domingo, 27 de diciembre de 2020

Caer (Javier de Frutos)

 Sí, hace mucho que no me siento a escribir una reseña... y ahora tengo un montón que quisiera dejar listas antes de acabar el año y no sé si me va a dar tiempo...

Está siendo una época un poco rarita...

En fin, que elegí este libro porque el autor, en Twitter, me puso un mensaje diciéndome que el tercero de la saga Que Dios nos coja confesados estaba a muy buen precio en Amazon (para Kindle). Lo miré y tuve que comprar los 3, claro. Lo mejor es que mi lector no es Kindle... así que los he leído en la aplicación del móvil. Mis cosas...

Y me vino muy bien porque lo empecé en el hospital, el día que me pusieron el catéter doble jota que tanta lata me está dando... Avancé muchísimo.

Contado esto, hay que decir que no es nada fácil hacer una reseña de este libro, ni de ninguno de la serie... La novela es trepidante y pasan tantas cosas que se van entrelazando que no se puede hacer un resumencillo así como así.

Para ponernos en situación, estamos en septiembre de 2014 y vamos a conocer a Daniel Steelman, profe en Valladolid, que recibe una llamada de una antigua alumna, Raquel, diciéndole que su hermana gemela, María, ha desaparecido. Daniel lo deja todo y va a ayudarla... Y entonces conoce a Clara Salvatierra, tía de las chicas, que es una mujer verdaderamente peculiar.

A Daniel esto le remueve más de lo normal ya que su hermana pequeña, Céline, había desaparecido hacía más de 10 años pero él lo sigue viviendo como si hubiera sido el día anterior.

Tras una serie de circunstancias, sorprendentemente (para mí), María aparece. A mí me sorprendió muchísimo porque estaba convencida de que eso sería la trama de toda la saga... ¡Para nada!

Luego aparecen unos documentos y un cuaderno que nos va a ir trasladando a otra época...

Nos vamos a encontrar con una trama que salta de la España contemporánea a diferentes ubicaciones en diferentes épocas, con una mezcla de realidad y ficción, con ritos y esoterismo, con personajes de todo tipo... una mezcla explosiva que te lleva a no saber para nada por dónde va a seguir llevándote el autor. Y engancha...

Vamos a ver lo que nos dice el propio autor, para que lo aclare él mejor que yo: "Partamos de que este libro encierra una novela de ficción, una realidad alternativa, un lo que pudo suceder y probablemente nunca sucedió, en la que conviven personajes ficticios con otros reales a lo largo de tres épocas entrelazadas que tienen lugar en diferentes escenarios reales" Vaya, lo mismo que he dicho yo, pero mejor y contado por el autor.

Hay algunas escenas que me han llamado la atención sin ser, en absoluto las importantes: "Unas señoras mayores jugaban al parchís como autómatas haciendo sonar de forma compulsiva los dados contra el interior de los cubiletes". Es que lo oigo... cierro los ojos y lo oigo... es mi madre jugando al parchís con sus amigas en la playa. Parece que el sonidito de los dados las hipnotiza y yo creo que, si no suena, no se entienden.

Uy, otra cosa que me ha llamado la atención es la cantidad de posibles significados se le da al INRI de la cruz... Yo siempre pensé que era Iesus Nazarenus Rex Iudeorum (Jesús de Nazaret, rey de los judíos), pero aquí le dan muchas más opciones: In Necis Renacere Integer (en la muerte renace intacto y puro); Igne Natura Renovatur Integra (por el fuego se renueva completamente la naturaleza); Iustum Necare Reges Impios (es justo aniquilar a los reyes impíos)... ¡Impresionante! (Yo me sigo quedando con la primera, desde luego)

En fin, como ya he dicho que no es fácil de resumir, dejo que lo lea cada uno y voy cerrando ya... así, sin extenderme más.

Y cierro con una pequeña reflexión de las que siempre encuentro: "Si algo me ha enseñado la visa es que para que se te abran las puertas, no basta con quedarse parado mirando frente a ellas".

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