domingo, 10 de noviembre de 2019

El rey de hierro - Los Reyes Malditos I (Maurice Druon)

He de decir que no conocía esta serie histórica y fue mi jefa la que me lo comentó. Luego resultó que mi compañera Elena la había leído un par de veces y también me dijo que merecía la pena, así que... no me quedó más remedio que buscarla y leerla. Y este es el primero de los libros.

Para ponernos en situación, la serie comienza con Felipe IV, Felipe el Hermoso, y nos lleva por los cinco último reyes de la dinastía Capeto y los dos primeros de la casa Valois. Toda una amalgama de intrigas, guerras, negociaciones, con venenos y adulterios de por medio, que nos demuestra que la realidad supera a al ficción. Bien es verdad que la serie es novelada y que algunas de las cosas que cuenta son "leyendas urbanas"... pero, vaya, era muy interesante vivir en aquellos momentos.

Tengo que confesar que Felipe IV es un personaje por el que nunca he tenido una gran simpatía. Al parecer, además de guaperas, era un buen gobernante y un buen estratega pero... a mis ojos cometió un gran error: acabó con los Templarios... ¡eso no se lo perdono! Porque yo, de haber nacido en aquella época y ser hombre, habría sido Templario... "La soberana Orden de los Caballeros del Temple de Jerusalén fue fundada en 1128 para asegurar la custodia de los Santos Lugares de Palestina y proteger las rutas de peregrinaje"

La novela comienza con la ejecución de Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden de los Caballeros del Temple que los maldijo hasta la séptima generación...

El viernes 13 de octubre de 1307 (de ahí que el viernes 13 sea día de la mala suerte), Felipe IV hizo detener a todos los templarios de Francia. "El drama se inició el día en que Felipe el Hermoso pidió ingresar en la Orden, con la evidente intención de convertirse en Gran Maestre. El cabildo había respondido con una negativa tajante y sin apelación".

Claro que, ya en la hoguera, Jacques de Molay les dijo al papa Clemete V, al guardasellos real, Guillermo de Nogaret y al rey, Felipe IV: "¡Antes de un año yo os emplazo para que comparezcáis ante Dios, para recibir vuestro justo castigo!"... Y se cumplió... Bueno, y al papa, cuando estaba en su lecho de muerte, para tratar de curarle le dieron esmeraldas trituradas... ahí lo dejo, que no sé si es peor el remedio que la enfermedad.

En fin, una novela muy interesante, que nos presenta personajes curiosos, como los hijos del rey, sobre todo su hija Isabel, casada con Eduardo II de Inglaterra. Y Roberto de Artois, primo de la familia... ¡vaya personaje! Su tía Mahaut tampoco tiene desperdicio, así como Beatriz de Hirson, su primera dama de compañía, que era una bruja piruja.

¡Qué trajín se traen!: yo te cuento para que tú cuentes, y si tú dices, yo hago esto o lo otro, lo niego, lo juro sobre la Biblia, ¡qué más da! Pero quiero mis tierras y las tuyas porque dan más dinero... Y los súbditos... ¡esos no importan!... En realidad, no se diferencia mucho de la política actual, a excepción de los asesinatos... en eso hemos mejorado un poquillo, es verdad.

Y se aprenden muchísimas cosas en el libro porque las notas son interesantísimas. He aprendido que Eduardo II fue el primer Príncipe de Gales antes de llegar al trono: "...contaba 3 días de edad cuando los señores galeses acudieron a su padre, Eduardo I,para pedirle que les diera un príncipe que pudiera comprenderlos y que no hablara ni ninglés ni francés. Eduardo I dijo que iba a complacerles y les indicó a su hijo , que no hablaba aún lengua alguna".

Podría estar escribiendo y escribiendo de todo lo que me ha llamado la atención y de todo lo que me ha hecho consultar más cosas, pero me alargaría más de lo normal (que ya es mucho decir). Así que voy a terminar con una frase del propio Felipe IV. Ya he dicho que no me cae especialmente bien pero, visto lo que vino detrás, tampoco estaba tan mal...: "Propio es de hombres fuertes no desconocer las dudas y titubeos, que son patrimonio común de la naturaleza humana, sino sobreponerse rápidamente a ellas."

viernes, 1 de noviembre de 2019

El final de Sancho Panza y otras suertes (Andrés Trapiello)

¡Entrada número 500! Tenía que hacer algo para celebrarlo pero ni siquiera me había dado cuenta de que estaba tan cerca hasta ahora mismo.

Eso sí, menos mal que me ha tocado con un libro estupendísimo... si me llega a tocar con uno de esos que son para olvidad, me habría enfadado mucho.

Lo primero que hay que decir es que al autor hay que leerlo, es una obligación. Es una maravilla cómo maneja el lenguaje. Además, adora El Quijote... y cuenta cómo lo leyó por primera vez. Yo también lo leí por primera vez cuando era muy cría en una edición que tengo con mucho cariño (aunque tengo alguna más) y me encantó leer la versión de Trapiello.

Lo que no sabía es que hay un libro anterior a este que estoy reseñando, Al morir don Quijote, que tendré que localizar para leer.

En este libro nos encontramos a Sancho, al bachiller Sansón Carrasco, a Antonia Quijana, la sobrina de don Quijote y al ama Quiteria, que se marchan a las Indias. Es toda una aventura, el viaje, la gente a la que se encuentran, cómo se enfrentan a las nuevas costumbres de América... un mundo nuevo...

Es una delicia leerlo, de veras...

Y me ha dejado muchas cosas para pensar. Por una parte, una reflexión sobre el pecado de vanidad: "...es, con el de la envidia, el más tonto de los pecados, pues a quien lo comete no le aprovecha, sino al contrario, ve cómo la impaciencia y el desasosiego le van royendo el corazón hasta acabar pudriéndoselo". Esto lo debería leer mucha gente, para interiorizarlo y cambiar de actitud...

Divertido lo que dice Sancho cuando le dicen que no parece él, que parece mucho más cuerdo y que utiliza menos el refranero: "Y para que vea en una muestra si soy o no el mismo, le digo que de casta le viene al galgo ser rabilargo y quien tiene arte va por toda parte, y más vale saber que haber, y sí es verdad que entonces era y ya no soy, pero tras un tiempo viene otro, y agradezco de vuestra merced tanto requiebro, pero no está ya el alcacer para zampoñas y cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces". Así... del tirón... ese es mi Sancho.

Esta vez sí que tengo reflexión para terminar. Y, claro, tiene que ser una reflexión de Sancho: "Sin saber quién soy, no podré saber nunca quién quiero ser. Con ser Sancho no me basta. Rían otros con él, que a mí me quedan muchas veras"

La inquietud de los muertos (Simon Beckett)

No tenía ni idea de que estaba leyendo uno de los libros de la serie del Dr. David Hunter. Lo pedí al Círculo de Lectores (el penúltimo... ya me he dado de baja) porque me parecía que podía ser muy interesante.

Y resulta que lo es... me ha gustado mucho. De hecho, me he descargado ya de mi aplicación dos más que están disponibles para leerlos porque merecen la pena.

Es que el Dr. David Hunter es estupendo... Y eso marca mucho. Cuando el prota no te cae bien... malo, malo. Que quede claro que es antropólogo forense pero lleva un tiempo retirado y se dedica a la atención primaria. Pero le van a buscar para un caso especial... y no puede decir que no...

En esta novela conocemos a otro personaje que me ha gustado un montón, el inspector Bob Lundy: "Debía tener cincuenta y pocos años y tenía el físico de un boxeador envejecido que había empezado a engordar". Me parece, cuanto menos, entrañable. Y es encantador...

Además, hay una reflexión muy cierta referente al inspector: "Hay personas, como Lundy, a las que conoces y sientes que las conoces de toda la vida. Hay otras, en cambio, con las que te cruzas y no dejan en ti ninguna impronta". Yo creo que eso nos ha pasado a todos: esa persona a la que conoces y te sientes como si estuvieras en casa... y gente con la que pasas años y si dejas de verles no te preocupa lo más mínimo...

Lo cierto es que no se puede contar mucho de la trama sin desvelar cosas pero nos vamos a encontrar con personajes muy, pero que muy interesantes, como Andrew Task, viudo con dos hijos, Jamie y Fay, que vive con su cuñada Rachel Derby que, a su vez es la hermana de Emma, una mujer que desapareció hace años.

Y conocemos a Stephen Villiers, el padre de Leo Villiers, de 31 años, cuyo cadáver nos vamos a encontrar también en la novela... Y no podemos olvidar a Edgar Holloway, el misterioso hombre de la carretera... ¿qué? ¿no apetece leerlo a ver cómo encaja todo esto?

Bueno, me ha encantado el pueblo de Cruckhaven... Cuando se llega hay un cartel que dice "Bienvenidos a Cruckhaven" y debajo habían escrito: "Y ahora iros a la mierda"... ¡Olé con la hospitalidad!

En la novela conocemos bien a Rachel... Y me ha encantado porque estaba con un tal Mark Chapel, que la dejó por una estudiante a la que le quedaba mejor el bikini. En fin, lo que me ha gustado es la opinión que tiene de la chica: "He visto calamares con más principios que ella". Yo me imagino al calamar y me entra la risa, no lo puedo evitar...

Voy a cerrar ya... esta vez sin reflexión porque la que más me ha marcado es la que ya he incluido en la reseña. Pero no puedo dejar de recomendar la novela... hay que leerla.