miércoles, 24 de abril de 2013

Farenheit 451 (Ray Bradbury)

Ha sido el día del libro y en el cole de mis hijos hacen un certamen de relato corto "voluntario". Lo pongo entre comillas porque es voluntario pero hay que presentarlo sí o sí y por lo visto, hasta califican el relato...

En fin, que el mayor no tenía una idea clara de por dónde empezar su relato y nos preguntó. Nosotros, hábiles que somos, le dijimos que hiciera algo que tuviera que ver con los libros. ¡Para esos somos sus padres!. Ya en serio, le dijimos que le diera vueltas a la prohibición de leer y lo bueno que es para la gente poder leer. Mientras lo estábamos comentando, me dijo mi marido que parecía que le estábamos dando la trama de Farenheit 451. Y entonces... ¡ah, cielos!... me di cuenta de que no lo había leído...

¿Qué se puede hacer? Pues leerlo, claro.

Me ha gustado mucho. Hay que reconocer que si uno quiere leer un libro relajante y tranquilo, no es este el que tiene que elegir, desde luego.

El protagonista es un bombero en el futuro. La función de los bomberos no era apagar incendios, sino quemar las casas en las que se encontraban libros. Puede parecer curioso pero la situación que plantea de una sociedad que "...llevaba su felicidad como una máscara..." es impresionante. Presenta una sociedad en la que los suicidios son habituales, en la que la gente sale a dar un paseo en coche pero no anda por la calle y no habla con nadie, en la que la televisión se llama "familia", en la que hay guerras permanentes pero nadie les hace ningún caso porque el gobierno dice que solo durarán dos días... ¡Un agobio absoluto! Lo dicen claramente: "Nadie tiene ya tiempo para nadie".

Hay frases escalofriantes: "Mi tío dice que su abuelo recordaba cuando los niños no se mataban entre sí... Mi tío dice que creían en la responsabilidad".

El bombero protagonista tiene que quemar una casa en la que la dueña se suicida quemada con sus libros y piensa "Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada."

La verdad es que es una historia corta pero muy trepidante y bastante agobiante, con un final muy esperanzador. Y hay una parte preciosa en la que los fugitivos, todos ellos catedráticos e intelectuales, cuentan que cada uno es un libro: han leído muchos pero se han especializado en uno y han desarrollado una técnica para poder memorizar absolutamente todas las palabras y poderlo transmitir a quienes no lo conocen, e incluso poder volver a escribirlo si tuvieran la opción. Es una parte preciosa.

Es un libro estupendo que hay que leer en algún momento y que hace que nos planteemos muchas cosas porque está ambientada en una sociedad futura pero no está tan, tan lejos de nuestra situación actual, lamentablemente.

Y a mí me ha hecho preguntarme: ¿qué libro me gustaría ser a mí? Me ha parecido dificilísimo decidir (de hecho, aún no me he decidido), porque no sé si me gustaría ser mi libro favorito (El Conde de Montecristo) o algún otro que considero que es una obligación leer (esos son muchos y no los voy a escribir aquí) o el Eclesiastés (que termina siendo nuestro bombero) o algún otro de los libros de la Biblia... ¡un dilema!

Así que traslado la pregunta a todos ¿Qué libro nos gustaría ser?

lunes, 22 de abril de 2013

A la sombra del templo (Toti Martínez de Lezea)

He leído vaias coas de esta autora y me gusta mucho, la verdad. Así que, encontré este libro y me apeteció ponerme con él.

Está muy bien. Es novela histórica y nos traslada a 1522 en el momento en que nombran Papa a Adraino de Utrecht, Adriano VI, que a la sazón, estaba en Vitoria en esos días. Debido a eso, había mucha gente por todas partes porque Adriano VI, antes que Papa era regente de los reinos de España en nombre de Carlos V (ponemos el orden de Alemania por si Angela Merkel está leyéndolo, no vaya a ser que se nos enfade...)

Es curioso porque parece ser que a Adriano VI no le gustaba nada el fasto y la opulencia, era bastante austero y quería reformar la Iglesia para que recuperara el espíritu cristiano perdido... No sé ¿dónde habré oído yo eso alguna otra vez?

El templo es Santa María, en Vitoria. Lamentablemente, es una ciudad que no conozco, así que me tengo que fiar cuando dicen que es el templo más antiguo y más querido de la ciudad.

Transcurre en unos dos o tres meses, lo que hace que la obra sea muy dinámica y nos enseña toda la hipocresía que movía la sociedad del momento que vivía de muchas apariencias y en la que con dinero se compraba a mucha gente (vaya, lo mismito que ahora pero sin whatsapp...).: "Era una lástima que las miradas estuviesen puestas en pobres viejas analfabetas, a las que se acusaba de brujería sin fundamentos sólidos y no en hombres como el procurador que, sin echar mano de la magia, hacían y deshacían a su antojo".

Tengo que decir, sin embargo, que hay algunas cosas que se me han escapado un poco. Hay tantas familias de "rancio abolengo" que están unas en cotra de otras  y aliadas con las de más allá, que en algunos puntos me he perdido un poco. Eso sí, aparece el condestable Velasco, que cunde mucho porque va apareciendo poquito a poco por todas partes y a mis hijos, los Velasco pequeño, se les está subiendo a la cabeza eso de que tienen una familia de un cierto empaque.

Llama mucho la atención lo de los cristianos viejos. Ay que ver qué complicado era eso y los probelmas que traía tener un familiar judío. Suena horrible leer cosas como "... hijo de un médico marrano..." ¡Qué barbaridad! Y eso de no permitir a alguien llegar a cierto nivel social porque su tatarabuelo era judío... A mí no me cabe en la cabeza.

Lo que estaba bien de esa época es que los tíos decían cosas más bonitas que ahora. Por ejemplo, un chavalín (soldadito él) le dice a la muchacha de la casa de postas (que se llama Isabel y es una de las protas):
Yo no nacía sino para quereros
mi alma os ha cortado a su medida
por hábito del alam misma os quiero
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Vamos, a mí me da un algo si me dicen eso. Igualito que si se me presenta Justin Bieber chillando eso de "Baby, baby, baby..."

No me alargo más. La historia es muy entretenida y se pasa un rato agradable leyéndola. Tiene su puntito de intriga, de honor, de cultura y, por supuesto, su puntito rosa porque tiene que haber chico y chica... es de rigor.

Cierro con una reflexión de un maestro que aparece en el libro "Omnis homo mendaz" (Todo hombre es un mentiroso)... ¿Será verdad?

jueves, 18 de abril de 2013

Ulysses Moore - La puerta del tiempo

Lo primero que llama la atención es que este libro no tiene un único autor. Es de la editoral italiana Edizioni Piemme y son ellos los que han escrit oel libro.

Por otro lado, es otro de los que se tienen que leer mis hijos y que yo leo también para que no me tomen el pelo cuando hacen los resúmenes.

Y este me ha gustado. Está muy entretenido, es para chavales pero se deja leer muy bien. Solo tiene un problemilla... ¡no acaba! Bueno, sí, acabar sí acaba pero la última palabra que pone es CONTINUARÁ.

Lo cierto es que yo, que soy muy aguililla, ya me estaba empezando a dar cuenta de que al libro le faltaba bastante poco para acabar y la historia estaba en su punto más álgido.. ¡y así era! Y ahora tengo un problema enorme porque a mi hijo no le está gustando nada el libro (aún no ha acabado) y le va a dar lo mismo que esté acabada o no la historia pero yo no me quiero quedar sin saber el final y me voy a tener que comprar la segunda parte...

Es curioso porque el libro se desarrolla en Cornwall (o Cornualles como se debería traducir pero que a mí me revuelve el estómago). Eso no tendría mayor interés si no fuera porque yo estudié inglés allí durante muchos veranos (7-8, ni me acuerdo) y es como si fuera mi otra casa. Me hace muchísima ilusión aunque no se desarrolle exactamente en uno de los pueblitos que yo conocía. Pero lo que sí es cierto es que el paisaje es similar en todo el condado, con los acantilados, las cuevas, el agua helada y, ¡cómo no!, la lluvia.

Además, la historia es curiosa. se desarrolla en una enorme mansión antigua cuyo propietario ha fallecido y es comprada por un matrimonio con dos gemelos de 11 años. En la casa solo queda Nestor, el jardinero, que es un tío estupendo pero un poco seco... Los padres, en un alarde de inteligencia, se marchan a terminar la mudanza en Londres y dejan a los críos con un amiguete del pueblo.

La combinación de 3 chavales (uno de ellos muy fantasioso) y una mansión enorme con muchas puertas termina siendo explosiva... ¡Les pasa de todo! Pero está bien éstructurada. Bien es verdad qie yo no me imagino a mi hijo de 11 años (los mismos que tienen estos niños) haciendo las cosas que hacen estos niños, pero bueno, aceptaremos pulpo...

Y no voy a contar mucho más porque el libro no da para mucho más. El jardinero me encanta y hay que estar muy pendientes para el próximo libro porque hay una mala, malísima que solo aparece un par de veces en esta historia pero que, como casi todo, está ahí para algo y va a dar mucho la lata en la continaución.

Es muy recomendable para niños aunque a mi hijo no le guste (no es nada representativo)

martes, 16 de abril de 2013

La marca del meridiano (Lorenzo Silva)

Un Premio Planeta... peligroso, muy peligroso... Porque claro, el hecho de que a una novela le den el Planeta no quiere decir en absoluto que la novela sea buena. Pero, a mi marido le trajeron los Reyes este libro y había que leerlo.

Está fenomenal. Muy agradable de leer, muy itneresante, con una parte irónica y otra sentimental estupendas y muy bien dosificadas. En fin, que yo le habría dado el premio, desde luego que sí.

Soy aficionada a no leer nada de nada sobre las novelas que voy a abordar. La mayoría de las veces no tengo ni la menor idea de la historia y eso es bueno porque todo lo que voy leyendo es absoluta sorpresa. Y en este caso, ha sido así.

Los protagonistas son Guardias Civiles y toda la trama gira en torno a un asesinato de otro Guardia Civil ya en la reserva. A mí, la Guardia Civil me encanta: me parece uno de los "cuerpos y fuerzas de seguridad del estado" más interesantes. No creo que tenga nada que ver con ser nieta del cuerpo, claro, porque a mi abuelo, desgraciadamente no llegué a conocerle. Pero lo cierto es que me caen realmente bien como conjunto. Así que, ahí llevo ventaja.

El protagonista es curioso: uruguayo, de ascendencia italiana y residente durante mucho tiempo en Barceloan, vuelve a Madrid a establecerse. Con estudios de psicología, tiene una mezcla de culturas curiosa y un sentido del deber y el honor interesante. El móvil le despierta con en himno de la Legión y el tono de llamada es de Freddy Mercury.

El prota dice cosas curiosas como que "la incapacidad creciente de la policía para inspirar miedo fomenta el desbarajuste socila".

La sargento que trabaja con él y el guardia Arnau forman un buen equipo, muy interesante. Y hay que reconocer que otorga un papel bastante importante a las mujeres dentro de la Guardia Civil y de los Mossos, lo que me ha sorprendido bastante, la verdad.

Va dando pinceladas de humor por todas partes y presentan a unos guardias muy humanos, con sus problemas personales que no deben interferir con su trabajo (claro, que eso nos pasa a todos) pero viviendo muchas veces al límite de los límites. Y también hay puntitos serios y reflexivos como cuando la mujer del guardia fallecido, Consuelo dice: "Es mejor afrontar las cosas, seimpre. Aunque te partan por la mitad. Siempre hay tiempo para pegar los trozos. Lo peor es dejar que te coman por dentro." Me parece una gran verdad.

Me ha llamado la atención cómo describe la mirada de un capitán de Asuntos Internos: "...ojos que habían visto lo último que deseaban ver y se habían hecho a convivir con ello".  ¡Durísimo!

Y es alucinante cuando cogen a uno de los malos, que se había pasado al lado oscuro, y ese mismo capitán, después de ser insultado le dice: "Una vez perdido, no se recobra jamás". A mí me ha pasado al leerlo lo que a la secretaria judicial que estaba alli, que me he quedado desconcertada pero luego lo explican. Hay que remitirse al artículo 1 de la cartilla del guardia civil (1845), que dice así: El honor ha de ser la principal divisa del guardia civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobr ajamás". Vamos, que si un guardia civil te dice eso, es posible que no haya insulto suficiente para poder devolvérselo porque, con palabras preciosas te está llamando de todo...

Como estoy muy sensibilizada con el tema de los adolescentes y los estudios, he dado un respingo cuando el hijo del prota le explica a su padre por qué no se tiene que preocupar por los dos chavales a los que da clase para sacarse unas pelillas: "Están en la ESO. Al final siempre los aprueban, con que sepan leer el enunciado y responder algo que tenga que ver." ¡Vaya panorama! ¿Le pasará eso a mis hijos?

Ya cierro, esta vez muy satisfecha con una historia interesante, un libro agradable, unos personajes cercanos, entrañables, que podrían ser amigos y con los que se podría salir a tomar un café y charlar un rato.

Y acabo con una cita de Moby Dick que incluye el protagonista y que resulta muy gráfica: "Hay ciertas ocasiones y coyunturas, en este raro asunto entremezclado que llamamos vida, en que uno toma el universo entero por una gran broma pesada, aunque no llega a verle la gracia sino vagamente, tiene algo más que sospechas de que la broma no es a costa de otro que uno mismo."

sábado, 13 de abril de 2013

Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (Kenzaburo Oé)

Kenzaburo Oé es un nombre recurrente en mi vida, aunque pueda parecer sorprendente.

Hace unos años teníamos la costumbre de jugar una partida de Trivial con unos amigos cada vez que nos juntábamos para cenar (lo que hacíamos con bastante frecuencia). Las partidas eran siempre "ellos" contra "ellas". Es indudable y un hecho objetivo que mi amiga y yo somos más listas y sabemos mucho más que mi amigo y mi marido pero, por esos grandes misterios que tiene la humanidad, su porcentaje de partidas ganadas sobrepasaba con mucho el nivel esperado. (Vamos, que nosotras perdíamos casi siempre, para qué nos vamos a engañar).

Uno de esos días, estando nosotras a punto de ganar la partida, tuvimos que responder a una pregunta más que capciosa: "¿Cuál es el nombre del único Premio Noebel de Literatura japonés?". Nuestra cara debió de ser para hacer una foto... Por supuesto, no acertamos, pero la respuesta era, como cabía esperar, Kenzaburo Oé. La partida la perdimos y, desde entonces, cuando estábamos a punto de ganar, invocaban al espíritu de Kenzaburo Oé para que nos hiciera perder.

Puestos en antecedentes, debo decir que no es la primera obra que leo del autor. Y, en este caso, esta novela tiene algo estupendo: ES MUY MUY CORTA. Por lo demás, creo que no tengo palabras. Vaya, me avergüenza decirlo pero no he entendido nada de nada. Conjunto vacío, cero, rien de rien, nasti de plasti... Creo que "rarísimo" no serviría como adjetivo... no sé cómo clasificarlo.

Algo debí de sospechar cuando Ariel Dilon en el prólogo dice: "Sus personajes son prisioneros de una experiencia a la que les están negados, en primera instancia, tanto la esperanza redentora del futuro como el consuelo del ciclo de conjeturas genealógicas y explicaciones míticas del pasado. Pero, a diferencia de aquel, su literatura insiste en interrogar ese presente inescapable en busca de las constantes del destino del hombre". ¿Qué? ¿Cómo se nos queda el cuerpo?

Como lo terminé ayer, me ha dado tiempo a pensar qué me podía haber pasado para leer un libro y quedarme tan al margen de la historia. Creo que ya lo sé: tiene que ser que la cultura oriental no ha llegado a calar en mí y estoy desconectada de su forma de pensar. También puede ser que el autor y la novela sean raros de verdad y que, como el Premio Nobel es universal, haya que dárselo a algún japonés alguna vez... Y me estoy empezando a convencer de que la segunda opción es la buena.

Ya he dicho alguna vez que yo, de literatura no sé casi nada. Me pasa como con el vino, que solo sé si me gusta o no, pero no entiendo (eso sí, leo más que bebo...). Pero, lo que me ha pasado con este libro es equiparable a lo que me pasó con Ulises de James Joyce, con la diferencia de que, gracias a Dios, el que me acabo de leer es mucho más corto.

Eso sí, me ha hecho gracia que hace mención a los mandalas, otra de las cosas que me encantan cuando tengo un poquito de tiempo libre (que no es habitual). Pero lo ve de una forma mucho más profunda de como lo veo yo, la verdad: "...con la nitidez luminosa de quien, sobre un mandala entrevé con toda la fuerza de una revelación la confusión entre el tiempo y el espacio..." Voy a tener que aprenderme la frase para poder soltarla cuando alguien me pregunte por qué coloreo mandalas.

Fin de la reseña. El libro es infumable.

jueves, 11 de abril de 2013

Memorias de un amante sarnoso (Groucho Marx)

Tenía que dar un cambio radical porque tenía la neurona alterada y temblando, la pobre... Y, sí, ha sido un cambio más que radical, desde luego.

No había leído nada de Groucho Marx pero siempre me ha llamado la atención su manera de expresarse y su sarcasmo hablando de cualquier cosa. Además de que siempre me ha parecido un hombre muy inteligente. Y el libro está muy bien.

Es un libro cortito en el que analiza miles de cosas en relación con el amor. Pero desde un punto de vista tan irónico que uno no deja de sonreir en ningún momento. Hay escenas esperpénticas equiparables a la del camarote (que a mí me parece divertidísima...)

Una de las partes más divertidas es el análisis de la evolución del amor desde que el mundo es mundo hasta la actualidad. No se puede resumir porque reducir a un párrafo todo lo que escribe es un auténtico crimen. Pero tengo que dejar una de las perlas que me ha parecido genial, cuando habla de las glaciaciones: "...no tenía en torno suyo más que hielo, desprovisto de valor al no existir la cerveza y el whisky".

También hace un análisis de las diferentes partes del cuerpo y critica a la Medicina por lo mismo que la criticamos muchos: "La panacea que hoy se prescribe se convierte mañana en el tóxico que se proscribe".

Yo, lo que no sabía es que era tan machista, si bien es cierto que yo, de Groucho Marx sabía (y sigo sabiendo) muy poco, con lo que no es raro que no lo supiera: "En materia de animales domésticos, no hay ninguno que se pueda comparar con una sencilla corista carente de pedigree".

Y va dejando reflexiones llamativas y estrambóticas por todo el libro, por supuesto. Algunas son para enmarcarlas: "Nunca he podido comprender por qué en las carreras todos demuestran tanta ansiedad por llegar a la meta. si se quedaran tranquilamente en la línea de partida, no se encontrarían jadeantes y cubiertos de sudor a cien metros de allí".

Otas de las reflexiones curiosas se refiere al exhibicionismo del ser humano. Tengo que decir que, en este caso, estoy muy de acuerdo con el autor: "El mundo está lleno de exhibicionistas. Yo creo que muchas de las personas que se introducen en la política lo hacen para encaramarse a una plataforma y permitir que los demás los admiren." ¿A que es cierto? ¿A cuántos conocemos que les gusta más un micrófono que a un tonto un lápiz...?

No me voy a alargar mucho más porque este libro es para leerlo tranquilamente en un rato no muy largo y reír un poco (que buena falta nos hace). Pero tengo que dejar su definición de la familia. La familia ya ha aparecido en varios de los libros que he leído útlimamente pero, desde luego, esta definición es de las más originales: "La familia, como sabemos, es una unidad social basada en el instinto gregario de los animales, entre las que se encuentran las suegras, las cuñadas solteras (incapaces de hallar quien cargue con ellas) y el cuñado alérgico al trabajo". Cada uno que analice la suya y tome nota...

martes, 9 de abril de 2013

Perdona si te llamo amor (Federico Moccia)

Me encontré con que tenía la versión digital de este libro que no había leído aún. Lo cierto es que lo he regalado por lo menos dos veces y tenía la imagen del librito, no muy "tocho" y en versión bolsillo, con una portada mona... bien, un libro aparente y apetecible.

Pues ya está, cuando espero algo estupendo... ¡batacazo! Vaya, el libro no está mal, no pero...es tan laaaaaaaaaargo. Yo recordaba el libro normalito pero... se hace eterno. Y, además, es taaaaaaaaaan predecible. Que sí, que eso está bien muchas veces, que así no sufres pero... ¡tantas páginas! Se me ha hecho larguísimo.

La historia es pastel, pastelón. [Laura, te lo tengo que pasar porque a ti te encantaría]. Situémonos: chica adolescente, cabra loca, desbocada, con las hormonas desbordadas por todos los poros de su piel, encuentra tío pseudo-maduro (porque solo tiene 37 años), pijo de la muerte, con dinero y recién abandonado por la que él pensaba que sería su mujer. Resultado: se enamoran, por supuesto, hagamos lo que hagamos, aunque leamos el libro del revés.

Como no podía ser menos, la chica tiene amigas (son 4 y se llaman "las Olas") y el muchacho tiene amigos y nos cuenta las historias de todos ellos. Aun a riesgo de destripar la novela, la ex-novia del prota es tonta. No podía ser de otra forma porque si fuera estupenda podría caernos bien y eso no entra en los planes del autor.

Y.. ya está: no hay más. Para eso un libro enorme... Dicen que mucha gente lo ha leído para conocer sitios estupendos para cenar o tomar café en Roma.. Vale, no me parece mal pero para eso se compra uno una guía turística, que sale más barata y da más opciones... (y no hay que leerla entera).

A fuer de ser sincera, debo decir que el libro se deja leer. Cansa, sí, pero se deja. Y no está mal escrito. El lenguaje es agradable, las palabras bien elegidas, la trama está bien hilada pero... para mi gusto, le falta ese puntito que hace que uno se identifique con el personaje y llegue a pensar que está manejándolo desde fuera.

Lo cierto es que los protas no me han caído mal, pero no son creíbles. Niki, la chiquilla, está en el instituto (nótese que no he dicho "estudiando" porque solo estudia para selectividad) y Alessandro "trabaja" pero no pisa la oficina... Y hacen cosas que no da tiempo a hacer por mucho que uno se lo proponga.

Alessandro es "creativo". Con todos mis respetos es un poco como cuando en mis tiempos de jovencita se decía "¿Estudias o diseñas?". La propia Niki lo define perfectamente (siempre que uno sea capaz de entenderlo, claro): Ser creativo quiere decir no ser prisioneros del tiempo de otro. No tener ni límites ni confines, hasta dar con la idea perfecta que te recompensa por todo ese tiempo que ya no está... pero que en realidad sigue existiendo todavía, solo que bajo otras formas. ¡Ahí queda eso!

Un libro siempre tiene algo aprovechable, siempre. Y este no iba a ser menos. Hay algunas cosas interesantes: "Cuando tienes éxito, los amigos te parecen muchos. En cambio, cuando fracasas, si te queda un amigo, también es mucho". Y curiosas pero ciertas: "Pero las lágrimas, cuando hacen su aparicion, son como los nios en la playa. Antes o después se escapan". Me ha parecido una comparación muy simpática porque es real como la vida misma.

Incluye algunas citas interesantes pero no quiero alargarme mucho para no incurrir en el mismo error que el autor cuando se puso con la novela (que, por cierto, ha sido hecha película...). Pero quiero terminar con una frase que me ha gustado mucho y que me ha hecho pensar un poquito: "Puedes escapar al ruido del río y de las hojas al viento, pero el verdadero ruido está dentro de ti"

Un libro que se deja leer pero que cansa bastante más de lo que yo esperaba. Habrá que cambiar de tercio inmediatamente.