jueves, 9 de enero de 2020

Loba Negra (Juan Gómez-Jurado)

Bueno, bueno... ya sabía yo que los Reyes sabían que me había portado muy bien. He aguantado hasta ahora sin comprarlo porque lo quería pedir a los Reyes... ¡qué regalazo! No es que no esperara que el libro fuera estupendo, que lo esperaba, es que me ha sorprendido porque me ha gustado más de lo que había esperado... ES-TU-PEN-DO.

No puedo revelar nada porque el propio autor nos pide que no lo hagamos (lógicamente) pero si puedo contar muchas cosas sin descubrir nada.

Por un lado, nos encontramos de nuevo con Antonia Scott y con Jon Gutiérrez... ¡cómo me gustan los dos! En palabras de Jon, hablando de Antonia: "Ay, bonita. Lo difícil que eres y lo mucho que te hacess querer". Es una mujer muy curiosa: "Su pasatiempo e imaginar durante tres minutos al día cómo matarse...". Claro que: "Puede que Antonia Scott sea el ser humano más inteligente del planeta...". Y una cosa que me gusta mucho: "Es cinturón negro en mentirse a sí misma y blanco-amarillo en expresar su realidad".

¿Qué se puede decir de Jon? Es mi favorito "del mundo mundial". Lo más importante: "No es que Jon esté gordo". Me encanta... si no me equivoco, esta frase se dice 8 veces en el libro y otra vez lo dice él mismo... ¡es genial! Él mismo dice por qué le ha elegido Mentor: "Por eso quería alguien como yo. (...). Alguien a quien le importe más la justicia que la ley". Y tiene un humor muy fino y unos golpes muy chulos, como llamar Reinamóvil a su coche... ¡Ah! en un momento dado, Jon dice "Hay que joderse". Sí, de acuerdo, no es una frase original, pero yo creo que es un guiño a Ramiro Sancho, el prota de las dos trilogías de César Pérez Gellida.

En esta novela encontramos también a la abuela Scott, una mujer de 93 años, cerca de 94 que hace lo que le da la real gana y que es la única que se atreve a decirle a Antonia las cosas. Antonia anda un poco preocupada por cómo tratar a su hijo Jorge. Los que hemos leído Reina Roja sabemos que no ha tenido una relación "normal" con él. Y le cuenta a la abuela sus dudas, a lo que le responde algo que las que somos madres ya sabemos: "Sobre todo la lección más importante. No acertamos nunca, niña. Hagas lo que hagas, te equivocarás. Y cuando crezca, te echará la culpa de todos sus problemas y defectos. Así es. Así somos".

Sin dejar el tema de la preocupación de Antonia por la maternidad, me ha encantado la explicación que le da Jon: "Cielo, ninguna estáis hecha para ser madres. Os ponen eso dentro, pop, sale un bicho que os trastoca la vida, y os creéis que las hormonas van a aparecer cantando Mocedades para haceros supermamás. Spoiler: no". Todas creemos que hay una técnica para ser buenas madres y leemos y preguntamos... pero no vale... hay que poner todo el corazón y dejar un poco al lado la cabeza. Y rezar, las que tenemos fe, o solo confiar, las que no la tienen.

Sin desvelar nada, de verdad, nada de nada. En este libro, se marchan a Marbella porque ha aparecido el cadáver de Yuri Voronin: "Creemos que Yuri Voronin era el tesorero del clan Orlov. El principal exponente de la mafia rusa en España". Y su mujer, Lola Moreno, escapa por los pelos de su asesino. El objetivo es encontrarla. Y ya está, ya no cuento más. Bueno, sí, tengo que decir que el chófer de Lola era "gordo de reflejos"... me ha hecho muchísima gracia.

Sí quiero decir algo de Aslan Orlov, a quien vamos a conocer, claro. Es alucinante... ¡qué frialdad! ¡qué salvaje! "Alguna vez se ha escuchado decir en voz alta que un amigo es alguien a quien todavía no ha matado" ¡olé!. Y también conocemos a Kiril Rebo, su lugateniente. "...siempre supo de sí mismo que era amoral. Y de Kiril que era directamente malvado". Pues con esto tienen que lidiar en Marbella la comisaria Romero y el subinspector Belgrano.

Frivolizando el tema... "...esas baldosas de Marbella con su diseño acanalado, enemigas de los tacones". Información de servicio público: no solo son las de Marbella... es así en casi todas las ciudades. Yo no sé si es que los Ayuntamientos quieren que las mujeres llevemos zapato plano (cosa que yo no soporto) pero no ayudan nada con las maravillas baldosas que ponen en todas las calles.

Hay una cosa muy chula en el libro (ya aparecía en la novela anterior) y son las palabras en diferentes idiomas que Antonia busca para expresar cosas que no se pueden expresar en una sola palabra en español. Es algo que hacía con su marido antes de que lo hirieran y ella lo sigue haciendo. Hay varias preciosas pero me ha encantado Kummerspeck, una palabra alemana que es "el beicon de la tristeza. El peso que ganas cuando eres infeliz".

Me ha encantado otra cosa, que me ha hecho sonreír: "...pronuncia la contraseña que ha abierto cualquier portal e Espala a cualquier hora, desde siempre: Soy yo". Es auténtico... decimos "soy yo" y ya está... no hace falta más...

Un detalle genial: en un momento dado aparece un ejemplar de Cincuenta sombras de Grey que se utiliza para encender el fuego de la chimenea... ¡un puntazo!

Más cositas... Una que me ha llamado la atención: "... los límites de tu lenguaje son los límites de tu mundo. Aun sin expresarlo en estos términos, cualquier fanático de la lectura lo comprende de forma intuitiva y por eso nunca puede leer lo suficiente". Puede que sea eso, sí, puede ser.

Y algo muy triste pero muy cierto: "Si hay algo que Lola ha aprendido de este mundo moderno nuestro es que la verdad es indiferente. Solo importa aquella versión de la realidad que coincida con tus deseos y aspiraciones". Duro de admitir pero muy real.

Ya no sigo más... Lo he pasado de maravilla leyéndolo, muchas gracias, Juan Gómez-Jurado... A ver si no tarda mucho en terminar la próxima novela porque no me apetece esperar. Es más que recomendable.

Termino con una frase que aparece al final, una frase que, no por conocida me gusta menos. Y es que, siendo de Neruda, tiene que ser una maravilla: "Y si nada nos libra de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida"

Nada de perder (Calista Sweet)

Estaba buscando algo ligerito, para leer antes de que los Reyes me trajeran los libros que he pedido (que suponía que me traerían porque me he portado muy bien) y encontré esta, que es cortita y de una autora que no me resultaba desconocida...

Pues me he equivocado... A ver, la novela se deja leer, de acuerdo, pero no me ha gustado. Para mi gusto deja muchos cabos sueltos y la imaginación se le va un poco a la autora, la verdad...

Curiosamente, volvemos a Australia como en la entrada anterior. Aquí nos situamos en 2007: "Cuando aceptó viajar a Queensland para participar en el Simposio Internacional para la Protección de los Arrecifes Coralinos, Elsa no podía imaginar que su vida daría un giro tan inesperado como excitante". El objeto del vieja es estudiar la Gran Barrera de Coral, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1981.

Allí conoce a Adam o'Neal, un "enigmático periodista" que la acompaña en un viaje en catamarán, el Long Orlando. Ella, Elsa Montero, es investigadora en el Centro Andaluz de Ciencia y Tecnología Marinas. No desvelo nada diciendo que hay chispa entre los dos, claro, como tenía que ser... pero hay tantas cosas complicadas alrededor, que no se aclaran y que aparecen porque sí, que a mí me ha superado.

Sobre todo cuando le pica una medusa y entonces: "El encuentro con la chironex había operado una transformación misteriosa en su ser convirtiéndola en una de aquellas fascinantes criaturas". Yo ya me había rendido antes de leer esto pero cuando llegué aquí, directamente me negué a involucrarme más... leí porque no me gusta dejar los libros a medias, pero para mí se había acabado.

Hay algunos personajes que podrían ser interesantes, de verdad, pero no se desarrollan, con lo que no llegamos a sentirlos "como propios" (no sé si me explico). Por supuesto que los personajes son propiedad del autor pero el lector comparte también algo de esa propiedad... y aquí no es posible,ni siquiera con Elsa. Dannie es una de los personajes que me habría gustado descubrir más a fondo... ¡una pena!

Eso sí, algo he aprendido del coral rojo: "...los antiguos griegos lo consideraban gotas petrificadas de sangre caídas de la cabeza de la Gorgona decapitada por Teseo. Los romanos veían en él un talismán para combatir las enfermedades; para los cristianos constituía un símbolo de la sangre del sacrificio de Jesucristo, durante la Edad Media se usó para ahuyentar a los malos espíritus y las brujas y, más tarde, sirvió como amuleto a los reyes que lo utilizaban frente a sus enemigos a fin de acabar con sus malas intenciones".

Esto no da para mucho más... Lo voy a dejar ya con dos reflexiones en vez de una, porque esas sí me han gustado: "El futuro pertenece a quienes creen en al belleza de sus sueños" (Eleanor Roosevelt); "A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra visa se concentra en un solo instante" (Oscar Wilde)

El cuaderno de las flores (Kayte Nunn)

Empezamos año... no quiero hacer el propósito de llevar al día las reseñas porque sé que no voy a hacerlo... No es que no quiera, es que no me da la vida... Siempre hay alguna cosa que hacer que no sea sentarme a preparar una reseña... Pero lo voy a intentar.

Y este ha sido el primero del año. Está bien... Se puede leer, se pasa un ratito agradable. A mi modo de ver, se queda "cojo" en algunos momentos. Entra en muchos detalles para algunas cosas y en otras nos deja sin saber ni por qué ni por qué no pasan las cosas. Pero es entretenido.

2017 - Anna acaba de heredar una casa de su abuela Gus: "Su abuela la había nombrado única heredera de esa vivienda, la casa adosada de dos plantas en la que había nacido, ciudado de una familia y fallecido". Mientras lleva a cabo unas reformillas, se encuentra una caja en el hueco de una pared. En la caja hay un diario y un cuaderno en el que hay unos dibujos maravillosos de plantas que no parecen oriundas de Australia. Y Anna lo sabe porque ha estudiado Botánica....

En cuanto al diario "parece la historia de una mujer, Marguerite y su hija Lily, que llegaron a Sidney a finales de la década de 1880"

Paralelamente, conocemos la historia de la familia Trebithick, principalmente de Elizabeth, una muchacha de 25 años, enamorada de las plantas, que dibuja estupendamente y que va buscando nuevas especies que dibujar. Lo ha heredado de su padre, que ha viajado por todo el mundo para encontrar nuevas plantas que se puedan criar en Inglaterra para utilizar sus diferentes propiedades.

Nos situamos en Cornwall en 1886. En el libro lo llaman Cornualles todo el tiempo, que es su nombre en español, pero a mí me cuesta mucho porque es donde yo estudié inglés y siempre será Cornwall... No conozco el pueblo en el que está la mansión Trebithick Hall, pero sí conozco Truro y Bodmin lo que me ha hecho mucha ilusión (porque no conozco tantos sitios como para poder identificarlos en las novelas que leo).

En fin, que para hacerlo corto, Elizabeth se va con su doncella Daisy a Chile (a Valparaíso) a buscar la trompeta del diablo, una planta con propiedades maravillosas pero que es, a la vez, muy peligrosa. Su padre, antes de fallecer, se lo pidió en su lecho de muerte y la previno contra Damien Chegwidden, que es el malo de nuestra novela (y no revelo ninguna cosa sorprendente)

El viaje de estas chiquillas es increíble y su estancia en Chile, también... Por otro lado, Anna descubre que es tataranieta de Lily. Termina en Kew visitando a un taxonomista, Edwin Hammet-Jones, que puede ayudarla a descubrir quién era la autora del cuaderno.

Y, ya que ha viajado de Sidney al Reino Unido, aprovecha para bajar a Cornwall a visitar Trebithick Hall. Y Edwin se va con ella. "Es una región preciosa, tiene una magia especial. La costa es muy agreste y no la han echado a perder. Las playas son comparables incluso a las australianas...". A ver, las playas están bien, son muy bonitas y la costa es una maravilla, llena de acantilados... pero... para bañarse no está la costa. El agua está helada, pero helada y eso que dicen que es la zona con el mejor clima de Inglaterra (que no es mucho decir, la verdad)

Hay cosas chulas en la novela, es verdad. Es muy interesante ver cómo era la vida en Chile a finales del siglo XIX, la importancia de las mujeres en la "medicina" tradicional,...

Me encanta que habla en un momento dado de los "pasteles de carne de Cornwall". Eso tienen que ser las Cornish pasties, sin duda. Debe de ser de las pocas cosas ricas de la cocina inglesa, la verdad.

Por otro lado, hay una historia truculenta de Anna y su novio Simon, fallecido, que nos enteramos casi al final cómo y por qué falleció. Ahí se me escapa un poco por qué aparece cuando ya no es necesario y cómo afecta eso a Anna.

Bueno y soy una admiradora de Vanessa, la hermana de Anna. Es madre de 3 hijas, está casada con un marido "peculiar" pero me encanta porque, en sus propias palabras: "Yo ni siquiera soy capaz de mantener vivo un cactus. Se me busca por herbicidio en tres estados"... ¡Esa soy yo!

Cierro ya, que me entretengo, como siempre. Y cierro con una frase de Matisse que me ha gustado mucho: "Siempre hay flores para quienes quieren verlas".