martes, 22 de abril de 2014

El guardián invisible (Dolores Redondo)

Leí que Legado en los huesos, de esta autora, era uno de los libros más leídos (o más comprados... no ´se) del momento y pensé en leerlo. Pero, cuando lo encontré, descubrí que era el segundo de una trilogía, la Trilogía del Baztán. Y sí, a mí no me importa mucho lo de las trilogías pero, sabiéndolo, no iba a empezar por la segunda entrega...

Así que, tuve que buscar la primera entrega y... ¡aquí está!

No sabía muy bien con qué me iba a encontrar porque, fiel a mi costumbre, no leí nada sobre el libro. Me enfrenté a él como siempre, a cara descubierta y a ver con qué me sorprendía... ¡Y me sorprendió!

Lo cierto es que me ha gustado mucho (tanto que he empezado la segunda entrega inmediatamente). Es una combinación de novela policíaca, mitología, y saga familiar que no tiene desperdicio.

La protagonista, Amaia Salazar, es la inspectora de homicidios seria y sensata que gusta encotnrar. Una mujer muy responsable, con una enorme preparación que se tiene que hacer un hueco en un mundo casi completamente de hombres.

Está casada con James, un escultor estadounidense de familia "bien", que trabaja en Pamplona  con el que tiene una relación estupenda aunque aún o tienen hijos, y eso que ambos tienen muchas ganas. Es un personaje entrañable pero el pobre, es ajeno a muchas de las creencias y costumbres del Baztán, comarca de la que es oriunda su mujer y que le sorprende enormemente.

Jonan es el policía que trabaja codo con codo con Amaia. Es arqueólogo y antropólogo y sabe muchísimas cosas. Un chico encantador que, a pesar de los que quieren ver fantasmas, no tiene nada con la inspectora, principalmente porque es gay.
Cuenta cosas sobre el basajaun y Mari, dos de las criaturas mitológicas, que me han parecido súper interesantes: "Un basajaun es una criatura real, un homínido que mide unos dos metros y medio de alto, con anchas espaldas, una larga melena y bastante pelo por todo el cuerpo. Habita en los bosques de los que forma parte y en los que actúa como entidad protectora."; "Mari aparece mucho antes del cristianismo, simboliza la madre naturaleza y el poder telúrico.(...)Un genio, una señora de la naturaleza y, para algunos, un espíritu telúrico y antojadizo capaz de tomar cualquier forma de la naturaleza (...), la forma que más le gusta: la de una dama hermosa y elegantemente vestida, como una reina. Así se presenta, y nunca sabes que es ella hasta que se ha ido."

La familia de Amaia es realmente curiosa. Las hermanas, Flora y Rosaura (que, con esos nombres, parecen las hermanastras de Cenicienta) son muy peculiares pero, lo más llamativo es lo que le pasé a Amaia con su madre cuando era pequeña. No lo voy a contar pero el trauma que le crea le dura desde entonces.

Mi personaje favorito es la tía Engrasi, que cuidó de Amaia siempre y que, después de irse a París a estudiar, casarse y enviudar, volvió al valle para no volver a salir de allí nunca. Yo creo que cada vez que aparece en el libro, sosiega la escena. A mí, desde luego, me encanta.

Y dice cosas muy curiosas: "¿qué es lo que importa realmente, que algo sea cierto o que tantas personas lo creyesen?"; "Mientras haya oscuridad habrá esperanza, y esas creencias seguirán teniendo valor y formando parte de nuestra vida."

Es interesante que todas las hermanas echan las cartas y tratan de adivinar lo que les dicen. Amaia no lo hace desde pequeña pero su tía dice que es la más sensible de las tres. Y esa percepción especial que tiene la inspectora le hace enfrentarse a los casos de una manera diferente y conseguir cosas que otro policía no podría conseguir.

En definitiva, es un libro muy recomendable, que hace pasar un rato agradable, que enseña muchas cosas sobre la mitología, que tiene una sensibilidad especial en la relación familiar que presenta.

No puedo acabar sin una frase que me haya gustado, así que, como era de esperar, dejo una frase de la tía Engrasi: "En ocasiones, Flora, el rechazo no está en quien recibe sino en quien se siente ajeno".

domingo, 13 de abril de 2014

Amada de los dioses (Javier Negrete)

Este es un libro de la coleccíón Sonrisa Vertical, definida como una Colección de Erótica. En general, he leído bastantes libros de esta colección y ninguno me ha gustado mucho, al menos no lo suficiente para recomendarlo pero... hay que leer de todo...

Cayó en mis manos esta novela, finalista del XXV premio La Sonrisa Vertical (2003) y pensé que era una buena opción, me tenía que dar una nueva oportunidad con esta colección.

Y... uno más que no es para recomendar, ¡qué le vamos a hacer!

Bueno, que el libro no está mal, eso es cierto, pero... no es de los que dices a nadie que lo lea porque le va a gustar, eso no. No es que yo tenga problemas con la novela erótica (como me pasa con la novela de terror). Es más bien que, a pesar de estar entretenido, hay muchas cosas que se escapan.

La protagonista es Nerea, una chavalita a la que raptan unos piratas cuando tiene 12 años y, como cabía esperar, la venden a un burdel. Eso sí, la chiquita es muy guapa y la venden a un sitio con clase (eso que se lleva, la pobre). Importante... nos movemos en la Grecia antigua, muy importante.

Lo que más me llama la atención es que mezcla realidad con mitología. Por ahí no habría problema porque es uno de mis temas favoritos (pero nunca me acuerdo de ningún mito porque tengo una memoria espantosa). Me encanta que incluya algunos mitos griegos en la narración pero no me gusta mucho que ella tenga relación con dioses diferentes en varios momentos de su vida porque, sinceramente, no sé si está soñando o si quieren que pensemos que es real.

Mi marido me decía que es lógico que pase esto porque el libro se llama, de hecho, Amada de los dioses pero a mí se me ocurre que los dioses pueden amarla mucho, cuidarla mucho y estar muy pendiente de ella sin tener relaciones sexuales con ella y dejarla medio muerta después...

Por otro lado, el final del libro tampoco me queda muy claro. No lo voy a contar por si alguien lo lee, pero lo cierto es que no sé muy bien qué pasa ni por qué pasa.

Nerea no me cae mal del todo. Lo cierto es que la criatura aprovecha los dones que le han concedido los dioses, la belleza, y aprende todas las artes de la seducción. A mí se me ocurre que hay mejores maneras de utilizar la belleza pero también es cierto que a la pobre la venden a un burdel y le dejan pocas opciones...

En fin, que el libro a mí no me da para mucho más. Solo decir que sí hay cosas curiosas como de donde viene el nombre de "pitonisas" que, por supuesto, viene de la mitología como tantas otras cosas. No voy a reproducir el mito completo aquí pero tiene que ver con que Pitón era el dueño del oráculo de Delfos y, desde que Apolo le mató, sus sacerdotisas se llaman pitonisas... ¡muy chulo!

La reflexión final tiene que ver con la vanidad y me ha gustado. La hace un imbécil, Critias, uno de los clientes más poderosos de Nerea pero que me cae muy mal. Aun así, me parece que clava el concepto de la vanidad (algo bueno tenía que tener el hombre): "No hay nada más fácil de manejar que un hombre vanidoso: solo hay que soplar para rellenarlo de aire y esperar a que acabe estallando como una vejiga de pez inflada".

Y las montañas hablaron (Khaled Hosseini)

Ya había tenido la oportunidad de leer los otros dos libros de este autor, Mil soles espléndidos y Cometas en el cielo y me habían gustado mucho. La sensibilidad de este hombre es increíble y, sin ñoñerías, saca lo mejor y lo peor de cada uno de los personajes, haciendo sentir lo mismo que sienten ellos.

Así que, tuve la posibilidad de leer este último, y no la pude dejar pasar. Y tengo que reconocer que, como cabía esperar, lo he disfrutado un montón.

El inicio es sorprendente, la verdad. No desvelo nada si digo que la trama del libro se basa en que una familia afgana con muy pocos medios, decide vender a la niña de 3 años a un matrimonio que vive en Kabul. Cierto es que la niña va a tener una vida mucho mejor con su nueva familia pero... ¿qué tendrá que pasar por la cabeza de esos padres?

A mí me parece impresionante.

Y, partiendo de esa situación, el autor hila una trama en la que se entrecruzan las vidas de muchas personas en diferentes momentos de su vida. Cada uno tiene una existencia completamente diferente pero todos tienen momentos duros en sus vidas que les hacen tomar decisiones en cada situación.

En realidad, no les pasa ni más ni menos de lo que nos pasa a cada uno de nosotros. Bien es verdad que las situaciones por las que pasan los protagonistas son un poco diferentes a las mías, por ejemplo. Principalmente porque, gracias a Dios, yo no vivo en un país como Afganistán, que ha pasado por varias guerras en los últimos años y que no tiene la misma situación económica y social que el nuestro.

Pero los protagonistas son tan reales que nos identificamos con ellos en cada párrafo y en cada capítulo.

Sinceramente, Pari, la niña a la que venden, que debería ser la gran "prota" (y lo es, claro) no es mi favorita. Mis personajes preferidos son Nabi, su tío, chófer de la familia que la compra y Markos, médico que se traslada a Kabul para ayudar tras la guerra.

¿Por qué? No lo sé muy bien. Nabi es un hombre fiel y abnegado, que no abandona al hombre para el que trabaja en ningún momento y que, después de heredar la casa, prefiere no cobrar el alquiler a los cooperantes que la ocupan porque está convencido de que han llegado para ayudar a su país y eso merece que les ofrezca su casa.... Me gusta cuando escribe la carta de su vida, que dice "...una historia es como un tren en movimiento: no importa donde lo abordes, tarde o temprano llegarás a tu destino". Y también me gusta mucho cómo describe lo que es el matrimonio: "...yo tenía todo aquello que uno suele buscar en el matrimonio: comodidad material, compañía y un hogar en el que siempre era bienvenido, en el que me amaban y necesitaban". Es una reflexión más que curiosa e interesante.

Y, por otro lado, Markos, cirujano plástico, que ha ido y venido por todo el mundo, unas veces con mejores intenciones y otras con peores... Pero lucha y establece un lazo fuerte con Nabi, a quien no conoce en un primer momento pero a quien termina queriendo profundamente. Y se hace cirujano plástico porque "...comprendí que el mundo no ve el interior de las personas, y que poco importan las esperanzas, penas y sueños que albergamos bajo una máscara de piel y hueso."

Aunque ya he comentado que Pari no es mi personaje favorito, sí hay una reflexión suya que me gusta. Hace falta saber que es profesora de Matemáticas en la Universidad en París: "...hallaba cierto consuelo en lo inmutable de las verdades matemáticas, en su ausencia de arbitrariedad y ambigüedad. En el hecho de saber que si bien las respuestas quizá se resistieran, era posible encontrarlas. Allí estaban, esperando entre los garabatos de tiza."

No me alargo más. Es un libro para leer con tranquilidad y saborear párrafo a párrafo. Como siempre, acabo con una reflexión que me ha gustado mucho. La hace Pari refiriéndose a su madre (a su madre adoptiva porque a la de verdad no la llegó a conocer) pero nos puede valer a cualquiera con cualquier otra persona con la que nos hemos cruzado en nuestra vida: "Debería haberme portado mejor con ella. Si haces eso, nunca lo lamentarás. De vieja nunca te dirás: Ah, ojalá no me hubiese portado bien con esa persona".


viernes, 4 de abril de 2014

El cielo ha vuelto (Clara Sánchez)

Como casi, siempre, este libro cayó en mis manos por casualidad. Es el Premio Planeta 2013, lo que no es garantía de que el libro sea bueno (al menos, de acuerdo a mi experiencia). Pero, había que leerlo y ver qué me parecía.

No está mal, la verdad, aunque tampoco puedo decir que me haya resultado maravilloso. Se deja leer muy bien y el tema es curioso. No desvelo ningún secreto contando que la protagonista es una modelo a la que le dicen que alguien está intentando matarla. Por supuesto, ella quiere averiguar quién es porque empieza a darse cuenta de que le pasan cosas "raras".

Esto genera una trama interesante pero más "suave" de lo que yo esperaba. Y nos lleva a ir conociendo a los personajes de la novela en muchas circunstancias.

Patricia, la prota, la modelo se define a sí misma, sin ayuda de nadie: "Abandoné los estudios al terminar el instituto. No me gusta estudiar, no pierdo el culo por saber cosas. Lo que más me interesa es que todos vivamos bien, mis padres, mi hermana, mi marido y yo, y no pasarme de peso". La muchacha es buenina, la verdad y todos abusan del dinero que va ganando como modelo. Los padres, unos caraduras; la hermana, una vaga a la que ella adora sobre todas las cosas... Y el marido... el marido es un imbécil integral. Para hacernos una idea, la propia Patricia, que es menos hábil que yo para conocer a la gente, dice de su hermana y su marido: "Despreciaban para no ser despreciados".

La pobre no tiene nadie razonable a su alrededor. Así que conoce a Viviana y se caen bien. Viviana es la que le dice que quieren matarla. Es un personaje genial que también quiere engañarla en un primer momento pero que luego se arrepiente. Su gato, Kas, es el mejor de la novela.

Y me encanta porque me he identificado mucho con ella y su bolso: "... para coger el inmenso bolso blanco, lo abrió, rebuscó en su interior, de donde salían sonidos que hacían pensar en gente y animales viviendo allí dentro..." ¡Mi bolso de todos los días es igual pero de color marrón!

Hay una frase que me ha llamado mucho la atención: "Nada, absolutamente, nada es seguro y todo es posible". Me ha recordado mucho, muchísimo, a un profesor de Mecánica Teórica que tuve en 2º de carrera que decía: "todo es absolutamente relativo", lo que es la paradoja de las paradojas... Este tipo de sentencias demoledoras me recuerda mucho a un auditor de calidad que venía una vez al año a la empresa donde yo trabajaba antes, de quien aprendí muchísimas cosas (y no solo de calidad) y a quien aprecio enormemente. José Mª me decía que a un auditor no hay que decirle "siempre", "nunca", "todos", "ninguno"... porque nos equivocaremos la mayor parte de las veces. Por eso estas frases me llaman tanto la atención.

Ya estoy a punto de terminar. El libro está bien y es agradable de leer, la verdad. Se puede recomendar para pasar un rato entretenido.

Y acabo con una frase de Viviana que me ha parecido para reflexionar: "El que no se esfuerza en buscar, no tiene derecho a encontrar".