jueves, 31 de diciembre de 2020

Rey blanco (Juan Gómez Jurado)

Poco se puede decir que no se haya dicho ya... Como me encanta el autor y había leído Reina Roja y Loba negra, no tenía más opción que seguir con Rey blanco. Y, como era de esperar, no decepciona para nada. No podía parar de leer y me ha encantado.

Eso sí, tengo deberes: tengo que leerlos todos del tirón una segunda vez. Estoy segura de que he perdido detalles que me encantarán en una segunda lectura.

Nos vamos a encontrar, por supuesto, con Antonia Scott y Jon Gutiérrez, que ya sabemos que no es que esté gordo. Y con Mentor, Carla Ortiz, la abuela Scott (mi superfavorita), Sir Peter Scott, Jorge Losada Scott, la dra. Aguado, Raúl Covas (el antiguo escudero de Antonia)...

Comenzamos la novela con Jon secuestrado... Y claro: "Lo que a Jon Gutiérrez más le jode de los secuestros es que le secuestren a él".

No quiero contar nada porque hay que leerlo, pero el caso es que están haciendo desaparecer a las Reinas Rojas... Jon aparece pero con una sorpresita bajo la piel... Y tienen que ver qué está pasando. Como diría Mayra Gómez Kemp... "hasta aquí puedo leer".

Pero, claro, hay momentos y reflexiones más que geniales. Por lo pronto, he aprendido una palabra (que no seré capaz de reproducir verbalmente) que me representa: åselichibå, al parecer, en oromo significa "el lago de aburrimiento que produce la estupidez ajena". Me he acordado inmediatamente de mi amiga María y nuestra frase favorita: "estamos rodeadas".

También hemos conocido una buena escala de mentirosos: de cero a Presidente del Gobierno. Y el principio básico de cualquier programador: "lo que el usuario no sabe, al usuario no le hace daño". Y Mentor piensa que es también el principio básico de los gobiernos.

Como Jon es absolutamente maravilloso, tiene cosas esstupendas: "La noche anterior, Jon no vio pasar su propia vida ante sus ojos. A Dios gracias, piensa, que bastante malo es morirse, como encima hacerlo viendo cine español"

Y ya le conocemos: "Jon lleva el orgullo como los baños de los noventa. Alicatado hasta el techo, y con flores de colores"..."Que hay cosas que son como son y no son de otra manera, hostias"

Seguiría hasta el infinito y más allá, de verdad. Es una novela estupenda porque mantiene permanentemente la tensión, está muy bien escrita, con muchos momentos para sonreir e incluso soltar la carcajada, incluso en los momentos más complicados. Y eso se agradece muchísimo.

Además en esta novela, incluso más que en las otras, se resalta el valor de la fidelidad, del trabajo en equipo, de mejorar al lado de los demás...

Confío en el autor para que Antonia y Jon sigan con nosotros, ya se les echa de menos...

Y voy a cerrar con dos reflexiones muy interesantes. Por un lado: "No hay favor más barato que el que puedes resarcir con dinero"... es una verdad como un templo...

Y, por otro lado una que creo que es una estupenda reflexión para un día 31 de diciembre como hoy: "Siempre nos decimos que mañana será otro día, que tendremos tiempo para arreglar las cosas. Hasta que no"


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