jueves, 31 de diciembre de 2015

El sueño eterno (Raymond Chandler)

Otro éxito asegurado... ¡cómo me gusta la novela negra y cómo me gusta Raymond Chandler...!

Me encanta el detective Philip Marlowe... "Estaba aseado, limpio, afeitado y sereno, y no me importaba que se notara. Era todo lo que un detective privado debe ser". ¿Qué más se puede pedir? Lo tiene todo...

Es un hombre frío, pero apasionado; legal pero flirtea con las normas; listo pero vulnerable... todo, lo tiene todo...

En esta ocasión se encuentra con los Sternwood, familia forrada de dinero (no sabemos si conseguido legal o ilegalmente) que tiene problemas fundamentalmente con las dos hijas, Carmen y Vivian que son un poquito especiales. La pequeña, Carmen, es un pelín "ligerita de cascos" y a la segunda le gusta demasiado el juego.

Siempre que leo una de estas novelas me doy cuenta de que antes era mucho más difícil encontrar a los malos porque no había tantas técnicas para encontrar pistas como hay ahora. Se basaban quizá más en la observación pero también es cierto que la probabilidad de error era mucho más alta.

Yo me lo he pasado muy bien con este chico entrando y saliendo de las casas alegremente, escondiéndose de los malos, coleccionando armas que les iba quitando a los que le atacaban... una maravilla.

Me ha hecho gracia el concepto que tienen de los malos: "Los bandidos de categoría tienen espíritu comercial. Aprenden a hacer las cosas con espíritu práctico y dejan sus sentimientos para la almohada".

Es una novela estupenda del autor, de las que merece la pena leer. Lo pasa uno genial, hay un poco de todo y no se sufre, lo que es muy de agradecer.

Voy a terminar con una reflexión del capitán Gregory de la brigada de personas desaparecidas, que me parece que es para meditarla un poquito: "Soy un poli - me replicó. Nada más que un simple poli. Razonablemente honrado. Tan honrado como se puede esperar de un hombre que vive en un mundo donde eso está pasado de moda".

Pánico en la Casa Blanca (Clive Cussler)

Tratándose de Dirk Pitt, protagonista de las novelas de Clive Cussler, conmigo estaba asegurado el éxito de antemano. Elegí este libro porque sabía que me iba a gustar. Además, con bastante presión en el trabajo, lo mejor que me podía pasar era meterme en el metro con un libro de este tipo para desconectar completamente.

Y... objetivo logrado...

En este caso nos encontramos con Dirk Pitt, su amigo Al Giordino y el comandante Sandecker, como siempre. Aparece también la diputada Loren, que es la pareja de Pitt durante toda la novela (y eso sí es una novedad porque a este muchacho le pasa lo que a Bond, que cambia de chica con mucha facilidad).

Para hacernos una idea de quién es, le vamos a ver a través de los ojos de Julie Mendoza, de la Agencia de Protección del Medioambiente, cuando le acaba de conocer."Tenía el aspecto de un hombre que sonríe con facilidad y a menudo y que desafía a la vida y acepta las ganacias y las pérdidas con la misma indiferencia." Además de eso, mide casi 1,90 m, tiene unos ojos super verdes y es listísimo (no se le escapa una...). A mí, desde luego, me encanta...

En esta novela, que es trepidante (¡qué bonita palabra!) como todas las de esta serie, pasan miles de cosas. Empiezan buscando un tóxico terrible que se ha quedado encerrado en un barco naufragado y terminan rescatando al vicepresidente de los Estados Unidos... Por supuesto, todas las historias tienen un nexo común.

Los malos son muy malos. En este caso son coreanos, aliados con los rusos para minar (literalmente) la personalidad del presidente de Estados Unidos.

Y los buenos son muy buenos: nuestros chicos de la AMSN, la Agencia Nacional Marítima y Submarina.

En estas novelas siempre se aprenden cosas interesantes, como que la cicuta se llama Corium maculatum y es de la familia del perejil. Sí, lo sé, eso seguro que está en todos los libros y en internet pero... nunca va uno a buscarlo.

También he aprendido que si un barco lleva invertida la bandera de su país, quiere decir que está pidiendo auxilio... Muy interesante...

Aparecen psiquiatras-psicólogos-neurólogos en los dos bandos, que son los que quieren intervenir en el cerebro del presidente (los malos) y evitarlo (los buenos). Me ha llamado la atención lo que dice uno de ellos en relación con los sueños y su significado: "Son solo una situación en la que el cerebro, liberado de tener que pensar todo el día, se va de vacaciones".

En definitiva, una novela genial para pasarlo fenomenal y entretenerse mucho. Es de las que yo clasifico como "novelas de playa" pero que van también de maravilla para el metro.

Y acabo con una frase interesante de Lincoln: "No puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo"

Mario y el mago (Thomas Mann)

Una historia cortita de Thomas Mann, autor del que ahora hacía tiempo que no leía nada.

La historia tiene lugar en una ciudad-balneario en Italia y los protas son una familia alemana que está allí pasando sus vacaciones: un matrimonio y dos peques.

Y la acción se desarrolla, sobre todo, durante la actuación de Cipola, un mago que lleva su espectáculo a la ciudad.

Poco más pasa pero es verdad que es un placer cómo se expresa el autor. Es un lenguaje un poco "engolado" a veces pero que se sale de lo que solemos leer habitualmente y que a mí me resulta agradable.

Por otro lado, me ha hecho gracia porque la familia estaba alojada en un hotel y tiene que marcharse porque la niña estaba saliendo de la tosferina y hay una princesa en el hotel que no quiere que se queden porque alguien "...diera fe a la tan distinguida creencia de que la tosferina es también contagiosa por vía acústica".

Lo cierto es que el tema no tiene gracia pero cuando mi marido estaba leyende La montaña mágica hace años, estaba con un resfriado importante que fue empeorando conforme el protagonista pasaba más tiempo en el hospital para tuberculosos... La consecuencia fue que tuvo que dejar de leerlo y, hasta hoy, sigue sin terminarlo.

Así que tuve que analizarme cada día no fuera a ser que empezara yo también a toser como la hija del protagonista...Afortunadamente, no fue el caso.

Es un libro agradable de leer y entretenido. Se pasa un buen rato y se lee enseguida.

Termino con una reflexión del protagonista, con la que me siento bastante identificada: "Confieso que me cuesta acomodarme al roce con ciertos modales humanos - demasiado humanos - como son el abuso cándido del poder, la injusticia y la corrupción servil".

Relatos (Patricia Highsmith)

Sí, lo sé: acabo de leer un libro de esta autora y vuelvo a la carga. He de confesar que me pasa muchas veces... Tampoco es malo...

En este caso es un conjunto de relatos cortos que tienen como protagonista, en muchos casos, diferentes animales porque, al parecer, a la autora le encantaban.

Tengo que decir que me gustan más sus novelas más largas pero tampoco es que estos relatos me hayan disgustado, no, para nada.

Y. como siempre, hay frases que me han llamado la atención. Por ejemplo, una que me ha parecido muy gráfica: "La multitud se arrastraba como un mosntruo ciego y sin mente hacia la entrada del metro". Me he gustado porque en más de una ocasión me he visto yo en una multitud de ese tipo y no he sabido cómo definirla. Lo del "monstruo ciego y sin mente" me ha parecido genial.

No voy a contar mucho más porque me he gustado pero no me ha impactado. Pero sí quiero dejar una frase de una de las historias. La prota es una niña que, más que eso, parece la hermana del muñeco diabólico... ¡vaya bruja!

Pero lo que quiero dejar aquí es una frase para la polémica y para que mi marido me llame y me diga que eso de que las niñas maduran antes es una leyenda urbana: "Las niñas nacen mujeres. Los niños no nacen hombres. Tienen que aprender a serlo. Pero las niñas ya tienen un carácter de mujer".


domingo, 27 de diciembre de 2015

Un beso para mi enemigo (Ruth Rendell)

Vamos a por otro libro policíaco, novela negra un poco menos tradicional que el anterior pero también muy interesante.

Lo primero es que el título es un poco peculiar. Cierto es que traducir el título de un libro no es tarea nada fácil pero en inglés se llama Kissing the Gunner's Daughter. Al parecer, es como se llamaba a una especie de castigo que se imponía a los marineros en el siglo XVIII, tumbándoles boca abajo sobre el cañón, que era "la hija del artilleron" (the gunner' daughter). Pero es que, en este libro, Daisy, la superprota, es hija de un ex jugador del Arsenal que, a la sazón, se llaman "gunners", por lo que tiene más connotaciones de lo que nos da a entender cuando leemos el título en castellano.

En fin, esto es un poco anecdótico, pero me ha llamado la atención porque seguro que la autora quería un poco más cuando puso el título a su novela.

La trama es muy interesante: una familia "acomodada" (que manera más mona de decir que tenían mucho dinero) tiene la mala suerte de estar cenando una noche cuando aparece alguien que decide descerrajar dos tiros al marido de la cabeza de familia, Harvey Copeland; a la susodicha, Davina Flory, a su hija Naomi y a la nieta Daisy, que se salva por los pelos.

Viven en una casa en una finca enorme con un acceso por carretera, otro acceso complicado y mucho bosque a su alrededor...Esto es importantet para el desarrollo de la novela porque determina quién pudo hacerlo aunque nos parezca que no. Lo cierto es que lo hace notar en varias ocasiones con lo que a mí ya me había hecho pensar en ello bastante (es que soy muy lista, la verdad...).

Con este lirbo me ha pasado como con otros muchos: no me cae bien la víctima y me encanta el detective que se encarga de la investigación, Reg Wexford.

¿Por qué me cae tan bien? Porque empatiza mucho con la víctima, Daisy. Tanto que llega a pensar que se ha enamorado de ella aunque la muchacha acaba de cumplir 18 añitos y él es un hombre maduro con dos hijas ya mayores. Eso sí, se da cuenta de que no es verdad y en sus propias palabras "había aprendido la enorme división entre amar y sentir cariño por alguien".

Lo de su hija Sheila no tiene nombre, la verdad. Para él es su niña bonita y es consciente de que se nota frente a su otra hermana... Eso sí, el criterio que tiene la pobre con los hombres es para nota. Está a punto de comprometerse con un escritor imbécil (no tiene otra definición) y cada vez que aparece dan ganas de abofeterarle. Al pobre Wexford le tiene frito.

Es cierto que no estoy comentando nada de la trama, que es verdaderamente interesante. Pero no puedo decir nada porque es bastante complicada y si cuento algo lo puedo destripar. Así que... ¡a leer el libro!

Los personajes son muy curiosos: algunos son muy de andar por casa, personajes que nos podríamos encontrar cualquier día haciendo la compra y otros son bastante más complicados. Un mérito que yo le doy a la autora (entre otros) es que nos hace fijar la atención en ciertas cosas que luego nos llevan a un callejón sin salida y que hacen que no prestemos atención a otros detalles que sí que son fundamentales. Juega mucho con los lectores y eso me gusta.

Me lo he pasado muy bien leyéndolo (que poco original soy: me pasa con muchísimos libros) y quiero dejar una frase de Wexford que define muy bien lo que nos pasa con muchas cosas: "Se ha producido un acontecimiento del que es difícil hablar e imposible permanecer callado".

Extraños en un tren (patricia Highsmith)

Cualquiera que haya visto el título puede pensar que ahora me dedico a comentar cine... ¡yo!... Pero no, es la novela en la que se basó una película muy famosa que ha visto todo el mundo. Todo el mundo menos yo, claro... Increíble pero cierto... ¡no la he ¡visto!

Y el libro estaba por aquí cerquita y no lo he podido dejar... ¡mis cosas!

Es un libro muy curioso. La historia es muy buena y no me extraña nada que fuera llevada al cine porque es misterio sin sangre por todas partes lo que es siempre una buena receta para pasar un rato agradable viendo una peli.

Pero lo que me ha llamado la atención son los personajes y sus reacciones a lo largo de la historia.

Tenemos dos protas principales: Charles Anthony Bruno y Guy Haines. Esos son los dos extraños que se encuentran por casualidad en el tren. Desde un primer momento, Bruno nos parece un poquillo peculiar, la verdad pero Guy es... más normalito.

Y entonces, Bruno deja caer algo que a Guy le parece horrible... En plan de broma le propone que él, Bruno, puede matar a su ex, de la que está tratando de divorciarse y, por su parte, Guy puede matar al padre de Bruno que les está haciendo la vida imposible a Bruno y a su madre. ¡Y ahí queda la cosa!

Pero una cosa va llevando a otra y los dos hacen los que habían comentado aquella noche en el tren. Sí, por razones muy diferentes pero el caso es que cada uno de ellos carga con una muerte a su espalda.

Bruno dice al principio de la novela: "Cualquier persona es capaz de asesinar. Es puramente cuestión de circunstancias, sin que tenga absolutamente nada que ver con el temperamento". No sé si es un problema de la traducción (tendría que buscar el original en inglés) pero no creo que sea "temperamento" la palabra a utilizar. Eso por un lado. Por otro... no me queda nada claro... Si obviamos las circunstancias de la guerra o la defensa propia, no sé en qué otras circunstancias. Yo no estoy nada de acuerdo con esa afirmación.

No creo que para cualquier persona sea tan sencillo decidir (no realizar, que eso ya son palabras mayores) que alguien tiene que morir porque sí...

Más adelante, Guy piensa que "la ley de la sociedad era benévola comparada con la de la conciencia". Tenemos que tener en cuenta que, en la época en la que se desarrolla esta novela, aún no existía C.S.I. y era mucho más difícil "pillar a los malos". Así que, tanto Bruno como Guy parece que van a salir impunes de lo que han hecho. Y es entonces cuando Guy descubre que tiene conciencia. ¡Qué malo es eso y cuánto hace sufrir!

La reacción de ambos frente al asesinato es completamente diferente. Me sorprende mucho cómo lo afronta Bruno: "Eso era. Había puesto fin a una vida. Mas nadie sabía qué era la vida; todo  el mundo la defendía, era lo más valioso, pero él había arrebatado una".

Merece la penda leerlo. Sobre todo, como decía para analizar a los personajes y sus reacciones y a todos los comparsas que tienen a su alrededor.

Y cierro con una cita curiosa a la que, a lo mejor hay que darle una pensadita: "Toda decisión tiene un motivo para no tomarla".

sábado, 5 de diciembre de 2015

36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione (Leopoldo Abadía)


Hay veces que la vida pone en tu camino gente que merece la pena conocer. Y eso me ha pasado a mí hace poco menos de un año. Por circunstancias laborales, apareció por la ofi una nueva compañera con un contrato temporal. Su contrato terminó pero, como este año hemos tenido una explosión de natalidad en la empresa, ahora la tenemos haciendo una suplencia en el departamento.

Y ha sido ella la que me ha prestado este libro. Me comentó que se acordaba de mí cuando lo estaba leyendo y, claro, lo tuve que leer...¡¡Vaya descubrimiento!! (Muchas gracias, Estel)

Lo he pasado de maravilla y he aprendido muchísimas cosas. Pero sobre todo, he leído el libro como si estuviera charlando con el autor. De verdad que es tremendamente agradable y no puede uno dejar de sonreír mientras lee. (A veces, incluso he soltado la carcajada en el metro, con el riesgo de que la gente piense que estoy como un cencerro, con lo que acertarán de pleno).

Si hay alguien que puede hablar de cómo mantener una familia en perfecto estado de funcionamiento es alguien que, como el autor, ha tenido 12 hijos y tiene ya más de 40 nietos... Ante eso, los que solo tenemos dos energúmenos en casa, somos meros aficionadillos...

Hay miles de cosas que me gustaría incluir en esta reseña... No sé muy bien por dónde empezar... ¡Qué agobio!

En serio, hay algo que me parece muy importante: "...el matrimonio no es una institución por la que dos solteros se acuestan juntos legalmente". Parece de Perogrullo, pero no lo es. Yo me doy cuenta de que mucha gente últimamente piensa que es algo así, o muy parecido... Y me da mucha pena, la verdad.

Otra cosa fundamental: "Todos es cuestión de cariño. Y esa es la mejor herencia que pueden dejar unos padres a sus hijos". Esto no es que sea importante, es que es fundamental. Este libro es un estudio del amor en familia. Pero del amor de verdad, no del amor de la tele, de los libros o de los cuentos: del que lucha y curra al máximo para que las cosas funcionen. Del que se apoya en valores, en ejemplo, en comunicación, en educación... ese, el que hace que se vea que una familia es una familia y no un conjunto de personas que comparten piso.

Y, claro, las cosas no son fáciles. No lo son cuando no hay hijos porque nadie dijo que la convivencia fuera a ser fácil. Y lo son menos cuando llegan. Es lo más maravilloso del mundo, eso lo firmo en todas las casillas en que me digan que hay que firmar, pero no es fácil. Cuando son pequeños, porque son pequeños, cuando son adolescentes... sin comentarios, y cuando son mayores, lo que aún no es mi caso pero sí el de mis padres, porque seguimos necesitando que nos den una buena colleja de vez en cuando...

Por eso: "No puede ser que por auténticas bobadas, por cosas absolutamente opinables, discutamos, riñamos y, al cabo de un tiempo, digamos que tenemos incompatibilidad de caracteres. Lo que tenemos es una estupidez en grado sumo". ¡Cuántos casos conocemos todos así! Mi opinión es que más vale una discusión a tiempo, o incluso una retirada (que no siempre llevamos razón, o no siempre merece la pena quedar por encima) que destrozar un matrimonio que hemos empezado con tanto cariño y nos ha costado mucho seguir manteniendo. "Porque las cosas, cuando se enquistan, son males". Lo dice el autor, y lo digo yo también.

"Y no se nos puede olvidar que los objetivos fundamentales de una madre y de un padre son 5:

  1. Que los hijos sean buena gente
  2. Que se quieran
  3. Que se ayuden
  4. Que nos quieran a nosotros
  5. Que ayuden a los demás"
Puede parecer muy obvio pero a veces conocemos familias en las que eso no es tan evidente... A mí me preguntaron hace mucho, cuando llevaba a vacunar a mi hijo mayor, qué querría que fuera de mayor. Y recuerdo que, para satisfacción de la enfermera y perplejidad de alguna mamá que había por allí, dije que "buena persona". Y me alegro de que Leopoldo Abadía piense como yo. A qué se dedique dependerá de miles de cosas pero si es una buena persona dejará huella y será feliz (aunque seguro que habrá quien le tome por tonto...)

Me estoy alargando, me estoy alargando... Pero hay tantas cosas...

Solo voy a incluir tres más pero, por favor, que nadie deje de leer este libro...

"Una casa debe de estar lo suficientemente limpia como para que sea higiénica, y lo suficientemente sucia como para que sea confortable". Me encanta. Todos conocemos casas-museo. No puedes pisar la alfombra, no hay juguetes por el suelo (o libros, o bolis, o auriculares... lo que sea, dependiendo de la edad y el momento). Una casa en la que los padres no protestan porque tiene que recoger cosas, no es un hogar, es un museo. Y en un museo no puede vivir una familia.

Segunda cosa que me queda: "Porque el perdón sin olvido, no es perdón. Y si hay olvido, olvido de verdad, no hay nada que perdonar, porque se nos ha olvidado". Difícil ¿eh? Mucho, y para reflexionar un buen rato. Todos hemos dicho alguna vez eso de "yo perdono pero no olvido". No sé si vale con los demás pero con tu marido, imposible y con tus hijos, menos aún.

Solo puedo poner una cita más porque he dicho que me quedaban tres pero me da mucha rabia tener que dejarlo ya para no ser demasiado pesada. Porque hay cosas en las que me he sentido completamente identificada... Cosas como el ambiente los partidos de fútbol (todo el mundo cree que tiene a Messi o a Cristiano en casa...), la mamá coleccionando fotos de actores estupendos (a mí me gustan más los rugbiers, sobre todo, Richie McCaw, es lo que hay...), y tantas otras cosas que me pasan todos los días (y eso que mi matrimonio aún no es mayor de edad). Sí me quedan solo 3 meses para llegar a los 18 años, pero aún no los hemos cumplido...

Termino con una cita del final que me parece increíble: "Hacer el amor es fabricarlo cada día, con alegrías, con tristezas, con muchos fracasos, con la idea clara de que aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera, ese matrimonio lo saco adelante, pase lo que pase".