domingo, 12 de noviembre de 2017

Saque directo al corazón (Loles López)

Sí, de acuerdo, solo con ver el título, todos podríamos decir que no íbamos a leer una súper novela. Y yo no iba a ser menos.

Lo tenía clarísimo pero tenía que "conectarme a tierra". Después de los dos últimos libros tenía que leer algo absolutamente intrascendente. Y ahí, sí he acertado.

No puedo contar ni mucho, ni poco, ni nada.´

En un rincón del ring tenemos a Leo Silva, un tenista número uno del mundo, impresentable, chulo, desagradable pero... guapísimo, riquísimo y caprichosísimo.

Y en el otro rincón, tenemos a Érika Acosta, también buena tenista, que no se quiere dedicar profesionalmente a ello porque es hija del entrenador Rafael Acosta y está hasta las orejas de ver tenis a todas horas todos los días de su vida.

Ya está, eso es todo. Se supone que se odian pero al final resulta que se quieren.

Supongo que me lo merezco, por haberlo leído. No pasa nada que no sepamos que va a pasar. No hay sorpresas: ella es tontorrona, él es un listillo y todo es demasiado previsible.

La autora tiene su mérito, claro, porque no es para nada su primera novela. Y debe de tener su público (entre ellos, yo, que lo he leído). Pero, vamos, mi vida no va a cambiar ni un ápice tras leer esto. Gracias a Dios no es lo primero que leo en mi vida porque si lo fuera, seguro que no me habría vuelto loca por la literatura...

Eso sí, ha cumplido su misión y he conseguido limpiar el cerebro para enfrentarme a algo que, espero, será mucho mejor y más productivo.

Museo animal (Carlos Fonseca)

Me regalaron este libro por mi cumpleaños y solo con hojearlo me di cuenta de que sería una novela complicada.. No sé por qué, pero es una intuición que me funciona casi siempre.

Eso sí, era un regalo, así que no podía dejar de leerlo. Dilaté un poco el momento con excusas estupendas de las que me doy a mí misma sin necesidad... Pero al final, empecé.

Me ha parecido una novela con un lenguaje fascinante. Es verdaderamente maravilloso ver cómo es autor maneja el castellano. Y no es fácil encontrar algo así.

Ahora bien, la novela es tan tremendamente filosófico-psicológica (término que me acabo de inventar) que he llegado al final sin saber realmente qué ha pasado... No creo que el tema pueda dar para tantas páginas...

Y me molesta, me molesta mucho... Da tantas vueltas a lo que quiere contar, lo complica tanto, que no te deja disfrutar de cómo lo está diciendo, que es de verdad fantástico.

No sé muy bien quién es el verdadero protagonista... Intuyo que debe de ser Vivivna Luxemburgo (cuyo nombre real es Virginia McAllister) a la que juzgan por hacer que quiebren determinados operadores económicos, aunque ella cree que lo que hace es arte, al lanzar noticias falsas... En fin, eso es lo que yo "creo". Es posible que el autor haya querido otra cosa y yo me haya perdido. (Y perderme, me he perdido, eso es un hecho...)

En un momento dado, una especie de prota de la novela nos dice: "Mi vida había sido interrumpida por una llamada tempranera y al cabo de dos años de labor todavía no me quedaba claro hacia dónde iba la cosa" Y así es como estoy yo después de haber leído la novela.

No sé qué decir... Si alguien que lo haya leído ve ahora mi reseña podrá pensar que estoy tontorrona y que no tengo capacidad de discernimiento. Asumo cualquier acusación... Es así, pero no puedo hacer más. He llegado a pensar que tendré que volver a leer la novela dentro de un tiempo, en otras circunstancias, por si el problema ha sido el momento... Pero no sé si lo haré. Lo mismo me pasó con Ulises de James Joyce (salvando las distancias, claro) y sé que ni siquiera lo voy a intentar.

Pero vamos, como escritura, es desde luego, un regalo... De eso no me cabe ninguna duda. Es posible que lo que haga sea leer algo más del autor, a ver si así le voy cogiendo un poquito más el truqui y me resulta más cómodo.

Hay algunos personajes que me gustan, como el abogado Luis Gerardo Esquilín y el sargento Alexis Burgos. También me gusta Tancredo, y su intuición: "...el mundo se llenaba de chatarra informativa y algún día no habría espacio para tanta basura". Creo que ya estamos llegando a ese momento...

Poco más me queda... Voy a cerrar con un valor seguro, una cita de Oscar Wilde: "No hacer absolutamente nada es la cosa más difícil del mundo; la más difícil y la más intelectual". Ahí queda eso...

Una cuestión de vida o muerte o algo así (Ben Stephenson)

Tenía este libro en la biblioteca de mi lector y lo he abierto varias veces antes de decidirme a leerlo. Y cuando me pasa algo así, es probable que el libro no llegue a gustarme del todo. Ni más ni menos que lo que me ha pasado esta vez.

Al parecer es la primera novela del autor, canadiense, a la sazón. He leído algunas críticas y algunas valoraciones y no sé si estoy muy de acuerdo con lo que cuentan, la verdad.

Se trata de un libro ciertamente curioso porque, de alguna manera, incluye tres historias. O una historia desde tres puntos de vista, no sé... Por un lado, de vez en cuando, los árboles narran un poco de historia, por otro lado tenemos al prota, Arthur, un niño de 10 años; y por último, Phil, el escritor de un cuaderno que se encuentra Arthur.

Nuestro prota es un niño adoptado. Él considera que su padrastro, Simon, es un hombre muy aburrido. Sobre todo, me llama la atención que nunca considera a Simon su padre... Y siempre está imaginado lo que estará haciendo su verdadero padre.

Es un niño que no va al colegio porque es Simon quien se encarga de su educación en casa. Eso hace que se relacione muy poco y solo tenga como amigos a Finch y Victoria, que son sus vecinos. Un día, en el bosque alrededor de su casa, encuentra una libreta que ha escrito un tal Phil y que tiene un contenido un poco complicado para Arthur, por lo que decide hacer una investigación para ver quién puede ser Phil y devolverle el cuaderno. Sobre todo porque la última páginas escrita es muy "perturbadora"...

Tengo que confesar que yo tengo un problema importante con todas las novelas en las que el narrador es un niño. La mayoría nos presentan a los niños como tontos... Supongo que desde nuestra perspectiva de adultos, pensamos que reaccionan o piensan determinadas cosas que estoy segura de que no son así... Me pasó con El niño con el pijama de rayas, que no me gustó nada. Y, lamento decirlo, me pasa un poco (no tanto) con El principito. Así que, con este me pasa igual... Arthur me resulta un poco repelente y no consigo conectar con él en absoluto.

Claro, el autor debe de querer que empaticemos también con Phil y eso es misión imposible. Es un hombre tan forzadamente perturbado que el lector es consciente que es una ficción. Sí, de acuerdo, cuando uno lee, sabe que casi siempre es ficción pero es deber del autor hacernos creer en los personajes... Y aquí no lo ha conseguido en absoluto (al menos conmigo)

Hay un par de personajes interesantes, Max y Maxine, los tíos de Arthur. Y también Francis, un vecino de la calle, que está en una silla de rueda y los chavales creen que es una especie de vagabundo-brujo... Me ha gustado lo que piensa Arthur: "Tenía una sonrisa muy bonita, no la normal que significa que estás contento, sino de esas que ponen también contentos a los demás."

Como conclusión, el libro no me ha gustado nada pero es posible que yo tenga ese puntito de aversión y rechazo a los libros narrados por niños, como ya comentaba antes. No se puede negar que se lee rápido y fácil pero yo no conseguido conectar en ningún momento con ningún personaje.

Cierro con una frase de Francis (que puede ser el personaje que más me guste...): "Lo único que sé es que hay preguntas que podemos estar haciéndonos toda la vida".

miércoles, 1 de noviembre de 2017

En casa de los Templeton (Monica McInerney)

En este caso, decidí leer el libro porque lo llevaba viendo ahí, en mi biblioteca virtual mucho tiempo y se me iban los ojos... Así que, ¿por qué no?

No está mal. Es largo, un poco demasiado largo, pero no está mal.

En definitiva es una historia de amor disfrazada de "saga" familiar. Vamos a compartir viaje con la familia Templeton desde que llegan a Templeton Hall en Goldfields, Victoria, Australia, en 1993 y vamos a volver con ellos a Inglaterra con sus buenos y malos momentos.

Conoceremos a Henry y Eleanor, el padre y la madre, a Charlotte, Audrey, Gracie y Spencer, las 3 chicas mayores y el benjamín. Y a Hope. la hermana pequeña de Eleanor, que les acompaña siempre y que tiene un serio problema con el alcohol, las pastillas, las drogas más duras y casi cualquier cosa que sea adictiva (a excepción de los videojuegos, que no deben de llamarle la atención)

También nos encontramos con Nna Donovan, que en ese momento vive con Tom, su hijo, muy cerca de los Templeton. Es su vecina más próxima y tiene una relación peculiar con la familia. Claro que ella tiene también lo suyo. Su marido, Nick, falleció en un accidente de tráfico mientras ella estaba dando a luz al niño, y es algo de lo que huye permanentemente. Y conocemos a Hilary, su hermana, que es un poco su Pepito Grillo, y le va dando toquecitos para que reaccione y viva un poco más con los pies en el suelo.

Por supuesto, los personajes que más nos tienen que gustar son Gracie y Tom... es lo que quiere la autora. Y sí, son los más majetes... Pero hay otros que son también interesantes. A mí me gusta el Sr. Giles, el jefe de Charlotte, que le dice una cosa que todos deberíamos interiorizar: "Sí, posiblemente seas más lista y graciosa que mucha de la gente con la que te relacionarás en la vida, pero eso no significa que tengas que burlarte de ellos. Trátalos con respeto y conseguirás su respeto".

No puedo dejar de reseñar algo de lo que somos testigos todos cada día: "Phineas taylor Barnum, el empresario circense que fundó lo que sería conocido como el Mayor Espectáculo del Mundo tenía razón al afirmar que en el mundo nace un tonto por minuto". Realmente no sé cuándo lo dijo este visionario, pero creo que la cantidad de tontos por minuto va creciendo... No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor... ¡ahí lo dejo!

Voy a terminar ya. La novela se deja leer, está bien, es entretenida pero no ha marcado mi vida, de eso sí estoy segura.

Cierro con una frase de Eleanor que sí me ha gustado mucho: "A medida que me he ido haciendo mayor, me he dado cuenta de que no controlo el mundo ni a las personas que lo habitan". Gran verdad...


La biblioteca de los libros rechazados (David Foenkinos)

El título era un reclamo al que no me pude resistir... ¡es así! No sabía nada del autor pero ahora sí sé que también es músico, que tiene 43 años y que ha escrito unas cuantas cosas más antes que esta novela.

He de decir que ha sido muy interesante, muy curiosa y muy recomendable.

Lo primero, he conocido, además de al autor, a Richard Brautigan, que fue el auténtico fundador de la librería de los libros rechazados (the Library for Unpublished Books), de la que habló en su novela The Abortion. Para hacernos una idea: "El protagonista trabaja en una biblioteca que acepta todos los libros que han rechazado las editoriales. (...) No se acepta ningún manuscrito que llegue por correo. Hay que ir en persona a dejar la obra que no ha querido nadie". Y la Brautigan Library se creó. Según he estado investigando, ahora está en el Clark County Historical Museum de Vancouver, Washington, después de ir la pobre dando varios bandazos a lo largo de historia.

Es una idea preciosa, que da pie a esta novela. Aquí tenemos a Jean-Pierre Gourvec, responsable de una biblioteca con la misma filosofía que la de Brautigan en Crozon, Bretaña. Me encanta, porque en la entrada hay un aforismo de Cioran que dice "París es el lugar ideal para fracasar en la vida". Me ha gustado muchísimo porque yo a París le tengo un poquito de manía (no mucha, mucha, pero sí la suficiente como para que me guste que vayan juntas en una frase las palabras "París" y "fracasar"...)

Me gusta el bibliotecario... un hombre interesante: "Según él de lo que se trataba no era de que nos guste leer o nos deje de gustar, sino más bien de saber cómo hallar el libro que nos corresponde. (...) ...al mirar en detalle la apariencia física de un lector era capaz de deducir qué escritor necesitaba". Me ha hecho pensar... Mis hijos leen muy poco (a mi entender) pero ahora el mayor, que se tiene que desplazar hora y media en transporte público a la universidad, está descubriendo que eso de leer no debe de ser tan malo, y está leyendo bastante. Y, sí, quizá haya que empezar por el libro que nos corresponde a cada uno, dependiendo del momento...

En realidad, la trama no gira en torno al bibliotecario porque el pobre hombre fallece al poco de conocerle. Pero sí en torno a su legado, a los libros rechazados. Delphine Despero, una editora de éxito va con su novio, Frédéric Koskas a Crozon a visitar a sus padres y pasan por la biblioteca a echar un vistazo.

Sorprendentemente descubren un libro rechazado Las últimas horas de una historia de amor que les parece un gran libro. El autor es Henri Pick, ya fallecido, dueño de una pizzería en Crozon, que, según decía su familia, no había leído ni escrito nada en su vida. La novela "trata de una pasión que tiene que concluir (...) pero la fuerza inaudita de esa novela reside en que el autor refiere en paralelo la agonía de Pushkin"

La novela se publica, se le da mucho "bombo"... Y ya no se sabe si es que es muy buena o es que la publicidad que se le ha hecho es tan buena que no da opción a que no se venda el libro.

No cuento más. Pero lo cierto es que es muy interesante ver cómo la aparición de este libro revuelve la vida de muchos personajes que estaban agazapados, que llevaban una existencia quizá un poco monótona (no sé si es exactamente así) y renacen a otra situación no forzosamente mejor, pero sí diferente.

Entre estos personajes tenemos a Magali Croze, la ayudante del bibliotecario; a Joséphine, la hija del autor, separada de su ex, Marc; al propio Frédéric Koskas, autor publicado pero no leído... Y a muchos otros, entre ellos Rouche, un crítico literario caído en desgracia, "un hombre que llegaba con mucho retraso a la mejor versión de sí mismo". La novela nos cuenta sus historias en paralelo, de forma concisa pero a la vez detallada y vamos viendo cómo les va afectando la novela de Pick

Por supuesto, tratándose de una novela relacionada con la literatura, aparecen frases a tener en cuenta como: "Leer es un estímulo completamente egotista. Buscamos inconscientemente lo que nos dice algo". Es una gran verdad... Y también es verdad que libros que no nos dicen nada la primera vez que los leemos, pueden parecer escritos para nosotros en otro momento de nuestra vida.

Y hay otra frase que me ha gustado pero con la que no estoy completamente de acuerdo: "Escribir para uno mismo sería como hacer el equipaje para no marcharse". Puede ser verdad, pero también discrepo. Muchas veces poner negro sobre blanco nos hace ver lo que verdaderamente pensamos, queremos, creemos... al margen de lo que creíamos antes de escribir... Es para darle una vueltecita.

No me entretengo más, pero tengo que recomendar que se dedique un ratito a leer esta novela. A mí, desde luego, me ha sorprendido, me ha enganchado y me ha gustado mucho. Creo que le debo al autor leer alguna más de sus obras.

Voy a cerrar con una frase de Jonathan Swift, que me parece interesante: "Cuando aparece en el mundo un verdadero genio, se le puede reconocer por esta señal: todos los necios se conjuran contra él"