jueves, 31 de diciembre de 2020

La noche de plata (Elia Barceló)

 Algo había leído ya de Elia Barceló pero creo que esta es su primera "novela negra". Y me ha gustado mucho, por muchas razones: está muy bien escrita, los personajes son estupendos, está muy bien ambientada... mil cosas... Muy recomendable.

Nuestra prota es Carola Rey Rojo, de 63 años, (que parece sacado de Reina Roja...) y es especialista en secuestros y homicidios infantiles. Es madre de Alma, una niña desaparecida 27 años atrás, en 1993 cuando tenía tan solo 8 años.

La novea se ambienta en la Viena de 2020 cuando "la policía encuentra un esqueleto infantil en el jardín de una casa de las afueras. Es el comienzo de algo peor".

Carola es hija de padre español y madre alemana, pero como su abuelo materno era colombiano, sus apellidos son españoles. Todo esto para contar que habla alemán... y nos la encontramos en Viena para desmantelar y catalogar la maravillosa biblioteca de Jesús Jacobo Valdetoro (alias Chuy) que ha fallecido en Tailandia. Su hermano Javier Julio César Valdetoro (¡me encanta el nombre!) la contrata ahora que ella está en excedencia.

Vamos a conocer al comisario Wolf Altman, un hombre maravilloso, mi personaje favorito. Dice cosas como: "Siempre he pensado que cuando uno necesita un título para ser alguien, es que realmente no e nadie, ni con título ni sin él". Es quien lleva el caso de los esqueletos que van apareciendo.

Carola se ha quedado viuda 3 años atrás de Agustín Uribe, Tino, con quien tuvo un hijo que está de Erasmus en Londres. Al hijo también le vamos a conocer pero me cae mal, así que no le voy a nombrar más.

Pero sí que aparece Juanma, Juan Manuel Araque, su primer marido, padre de Alma, que es un escritor famoso. Y Eva, su mujer... un poco bruja, la verdad, pero muy pija y muy trepa (¿Se nota que no me gusta?)

No quiero contar nada de la trama, solo que es dura, la verdad y bastante sorprendente. Todo lo que tiene que ver con secuestros y maltratos a niños me toca mucho la fibra sensible (como a casi todo el mundo) pero aquí vamos a conocer a algunos personajes que producen verdaderas náuseas.

Como siempre, hay cosas que me llaman la atención, como el Premio Darwin: "un premio anual que se concedía a las personas que contribuyen a mejorar la genética humana al eliminar sus genes del acervo común, muriendo del modo más ridículo posible, sin dejar descendencia".

En un determinado momento, he leído: "...le ofrece una copa de Gwürz Traminer...". Yo no entiendo de vinos, solo sé cuando me gusta y cuando, no. Pero hace años, tuvimos la posibilidad de visitar, por casualidad, una bodega en El Bierzo. Estábamos solos nosotros cuatro con el chico de la bodega, que fue maravilloso explicándonos todo lo que quisimos saber. Por supuesto, compramos vino (era a lo que íbamos, en realidad) y el blanco era de uva Gewúrz Traminer, la primera vez que nos la encontrábamos. Resultó ser un vino exquisito, a un precio fantástico.

Voy a cerrar ya, pero recomendando mucho que se lea esta novela... merece la pena. Y cierro con una frase interesante: "Nadie lo hacía mejor ni peor, cada uno era quien era o quien quería parecer"

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