domingo, 30 de septiembre de 2018

Nadie es lo que parece (Mar P, Zabala)

Se trata del primer libro de la serie de Los casos de Marina Altamirano. Decidí leerlo porque parecía agradable, era cortito y me venía bien en ese momento. Además, la portada parecía presentar a la detective como una chavalita jovencita y agradable.

Ha estado bien, la verdad. Ha sido lo que esperaba... sin pretensiones, pero interesante.

Es cierto que Marina Altamirano es majilla y su compañero Carlos Tejedor, también. Los pobres se encargan de todo lo que no quieren los demás en la comisaría... Pobrecines... Hasta que aparece este caso, que todos creen que no tiene más de lo que se ve a simple vista. Hasta que van descubriendo que hay mucho más.

Primero aparece muerto un dentista con el torno clavado en el corazón. Luego, un psiquiatra golpeado varias veces en la cabeza con un libro gordote de psiquiatría que se llama Cómo entrar en la mente humana. He de decir que eso, aunque no debería, me hizo mucha gracia. Tiene su puntito, la verdad.

En fin, que va muriendo gente por aquí y por allá hasta que se descubre por qué son precisamente estas personas y quién puede querer que desaparezcan.

No hay mucho más que contar. Se lee fácil y rapidito y es entretenido. Es muy probable que lea los que vayan apareciendo de la serie si van cayendo en mis manos.

Eso sí, no deja frases para el recuerdo, qué le vamos a hacer. Los personajes son interesantes pero no muy reflexivos... A ver si para el próximo de la serie consigo sacarle algo más de jugo.

Todos los veranos del mundo (Mónica Gutiérrez)

Quería leer algo tranquilo y sin sobresaltos y pensé que esta sería una buena opción. Afortunadamente, esta vez no me he equivocado, lo que no es muy normal porque ni ojo clínico para estas cosas es legendario.

Nuestra prota es Helena, que se va a casar con Jofre, "uno de los jueces más jóvenes de la Audiencia Provincial de lo Civil de Barcelona" y un imbécil integral (eso no lo dice la autora, lo digo yo).

La boda se va a celebrar en Serralles, un pueblecito al pie de los Pirineos, donde la familia de Helena pasaba todos los veranos mientras los chicos eran pequeños.

Me gusta uno de los pensamientos de Helena: "Helena no sabe cómo sobreviven las familias cuando coinciden todos sus miembros adultos bajo el mismo techo..." ¡Qué gran verdad! Cuando nos juntamos todos, sea la familia que sea, siempre saltan chispas, aunque nadie quiera y luego quede todo en nada. Pero difícil, es muy difícil.

En Serralles se juntan todos. Llega Silvia, la hermana de Helena, y Xavier Brabet, el hermano, con sus dos hijos, Anna y Miquel. Xavier es escritor de best sellers y está separado. En realidad, no creo yo que nadie sea "escritor de best sellers". Los escritores son escritores y luego... algunas novelas serán best sellers y otras, no, digo yo. Y no creo que todas les salgan igual, ¿no? (También es cierto que el marketing hace mucho... ahí lo dejo)

También nos encontramos con Marc, el amigo de Helena de la infancia que ha vuelto al pueblo a cultivar vides y tratar de conseguir un vino un poco especial.

El personaje que me encanta es Jonathan Strange, dueño de librería La bibliteca voladora, que solo tiene libros un poco especiales y por eso no tiene ninguno de los grandes éxitos de Xavier. Es encantador y tiene un principio interesante: "...solo hay una manera civilizada de tomar el té: ngro, con una nube de leche y sin azúcar". No puedo estar más de acuerdo: a mí me gustan muchos tipos de té, pero al final, el negro con una nube es siempre el que más reconforta.

No cuento más: la novela tiene un final bastante predecible pero no molesta. Es agradable de leer, entretenida, no pide pan y no agobia, con lo que ha cumplido el objetivo que yo tenía. Es una novela de las que se podría leer tranquilamente en la playa.

Cierro con una reflexión que refleja una realidad profunda: "...no importa lo lejos que corras a esconderte, la vida acaba por encontrarte"

La sombra de la sirena (Camila Läckberg)

En mi ingenuidad, después de leer La bruja pensaba que solo me quedaba El domador de leones, que es el anterior. Pero... ¡oh, sorpresa!... tampoco había leído este.

No pasa nada, he podido superar la impresión y lo he leído sin consecuencias traumáticas.

Y, además, como era de esperar, me ha gustado. Sí, era difícil que no me gustara, puesto que conozco bien la serie, los personajes y la forma de escribir de la autora.

Vuelve a aparecer la comisaría de Tanumshede con Bertil Mellberg, jefe incompetente y estupendo abuelo; Martin Molin, un poco celosete que no se le considere convenientemente; Annika, tan competente y amable, como siempre; Gösta, peculiar; Paula Morales, madre del nieto postizo de Leo... Y, por supuesto, Patrick Hedström, nuestro favorito.

En esta novela, tenemos a Erika Falck, pareja de Patrick, embarazada de gemelos, y a su hermana Anna, también embarazada. He de decir que, como embarazadas son un poco ñoñas... muchas hemos estado embarazadas, no nos han dado tanta coba y hemos sobrevivido.

Como en otras ocasiones, la autora intercala textos del diario de un personaje con la narración de los hechos. El lector sabe que está leyendo parte de la vivencia del asesino, pero no sabe en ningún momento quién es, aunque pueda sospecharlo en determinadas ocasiones.

Es una forma de escribir curiosa que ya he visto en más autores y que no me disgusta. No siempre me "encanta" pero con Camila Läckberg lo tengo bien asumido.

Nos vamos a encontrar con el cadáver de Magnus Kjellner, que aparece 3 meses después de que empezaran a buscarle, y aparece en el hielo. Era un hombre formal, casado, con 2 hijos... Me llama la atención lo que piensa Patrick de la madre de Magnus "Había mujeres tan fuertes que nada podía quebrarlas. Vencerlas, sí, pero quebrarlas, nunca"

Tras esto, empiezan a investigar a sus amigos, Christian Thydell, escritor, Erik Lind y Kenneth Bengtsson... Y vamos conociéndoles a ellos y a sus familias, y descubrimos lo que hay por detrás de las fachadas que presentan ante lo demás.

Erik tiene dos hijas ya mayorcitas y me ha hecho mucha gracia lo que opina: "Se dedicaban a sus amigos y a sus actividades y ahora le veían más bien como el sector servicios". Me encanta, porque es cierto que así nos consideramos muchas veces los padres: los chicos organizan su vida y nos tienen a los papis por detrás cubriendo las necesidades que se les van presentando.

Obviamente, no pretendo contar nada de nada de lo que pasa en el libro porque es muy chulo y hay que leerlo, así que voy a ir cerrando ya para no caer en la tentación de dar alguna pista más...

Y cierro con una frase relativa a Christian que me ha llamado muchísimo la atención, prorque me ha hecho reflexionar un poco: "Nunca estaba con nadie, ni siquiera cuando se hallaba en compañía de otra persona"

domingo, 16 de septiembre de 2018

Madrid negro (Ernesto Mallo)

Después de leer Mindhunter, recorriendo el listado de libros que tengo por leer, encontré este y... era inevitable... Tenía que ser el siguiente.

Se trata de una recopilación de 11 relatos cortos de novela negra, ambientados en Madrid. No se puede dejar pasar... ¡cómo lo he disfrutado! Por supuesto, porque a mí me gusta mucho la novela negra. Si no... están muy bien escritos pero puede que no guste tanto. Lo importante es saber qué vamos a leer.

Lo que más me ha llamado la atención quizá es que muchos de ellos son absolutamente imprevisibles. En un relato muy corto, el vuelco que da en el último momento es increíble. Y eso me ha resultado muy refrescante (aunque sé que suena muy cursi)

Algunas de las cosas que he leído me han hecho pensar, como casi siempre, como por ejemplo: "...pecaste de lo que pecan todos los humanos, cuando les da por ahorrarse eso que tanto cuesta y tan poco provecho rinde, ponerse en la piel de otro para entender sus penurias, sus carencias o incluso sus bajezas".

Y también: "Incluso la gente más maja y razonable, con un muerto en el pavimento y el susto reciente, tiende a olvidarse de su ecuanimidad y sus sentimientos generosos para acabar tirando por la calle del medio". Esto me ha quedado muy claro... En situaciones límites, a ver cómo reaccionaríamos cualquiera de nosotros...

Como decía, todos los relatos me han parecido muy buenos, pero tengo que resaltar dos, que me han impactado más que el resto. Por una parte, Jaboncillos Dos de Mayo de Marta Sanz y por otra, llevándose el premio máximo, I don't like Mondays de Vanessa Monfort.

Este último, me tuvo con el libro cerrado un buen rato después de acabarlo, porque tenía que saborear la historia de principio a fin otra vez en mi recuerdo... La historia es increíble y el Dr. Merino, un hombre impresionante. Entre otras muchas cosas, se plantea una pregunta que creo que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿Por qué no habría un carné de madre y de padre? Quizá porque si lo hubiera no aprobaría casi nadie".

No me alargo más porque no puedo contar nada de ninguno de los relatos, para no "destriparlos", pero tengo que recomendar la lectura de esta recopilación. De verdad que se pasa un rato fantástico con una gran prosa y unas historias impresionantes.

Y cierro con una cita del Dr. Merino, al que ya he hecho referencia antes: "Cuando se piensa no se siente. Cuando se siente, no se piensa".

viernes, 14 de septiembre de 2018

Mindhunter (John Douglas / Mark Olshaker)

Sigo enfadada porque, como dije en la reseña anterior, he perdido las notas que tomé y marqué mientras leía este libro.

Lo peor es que, el anterior era más cortito, pero este es más complicado de revisar completo, así que... me he quedado sin muchas cosas que podría contar, teniendo en cuenta que mi memoria es la que es.

Pero, disgustos aparte, he de decir que me ha gustado mucho. Aunque, eso sí, me ha puesto la carne de gallina más de dos y más de tres veces... Hay que ver la gente que hay por el mundo...

Según el propio libro: "Es la historia, contada por él mismo, de John Douglas, el hombre que revolucionó las técnicas para estudiar las mentes de los criminales en serie". Trabajó 25 años para el F.B.I. y aprendió (y enseñó) muchas, pero muchas cosas.

A lo largo del libro, va desgranando casos en los que tuvo que trabajar y cómo le dio la posibilidad de ir descubriendo las diferentes personalidades de los asesinos en serie... Y hay qué ver qué asesinos en serie...

El hombre, no contento con tener que encontrárselos caso por caso, fiel a su lema de "A veces, la única manera de atraparlos es aprender a pensar como ellos", decide que una buena forma de aprender es ir a visitarles a las cárceles en las que están recluidos y tratar de que le expliquen las motivaciones de sus actos.

Recuerda el autor una frase que Sir Arthur Conan Doyle pone en labios de Sherlock Holmes (mi detective favorito, por otra parte): "La singularidad es casi siempre una pista. Cuanto más anodino y común es un crimen, más difícil es resolverlo". Es para pensarlo.

De verdad que asusta, y asusta mucho...

Por otro lado, el autor nos muestra su lado humano, como padre de familia, y cómo su trabajo le afectó profundamente. De hecho, se separó de su mujer (en realidad, fue Pam, su mujer, la que decidió que ya no podía más) y perdió el contacto con sus hijas Erika y Lauren. Su valoración de las cosas cotidianas, no tenía nada que ver con la de los demás... No daba importancia suficiente a cosas como los arañazos de sus hijas en el parque porque los comparaba con las puñaladas que había visto en el último cadáver al que se había enfrentado, por ejemplo. Afortunadamente, en el momento en que escribe el libro, ya ha conseguido recuperarlas.

Y comienza el libro tras el colapso que sufrió por la carga de trabajo y el estrés que le suponía y que le llevó al borde la muerte... Impresionante.

No es una novela, por lo que es aún más impactante. Ciertamente, la realidad supera a la ficción aunque sea una frase hecha muy manida.

Pero recomiendo dedicarle un ratito y leerlo. Es muy interesante y muy revelador.

Voy a cerrar con una cita de William Shakespeare en Hamlet que el autor incluye en el libro: "Las malas acciones, aunque toda la tierra las oculte, se descubren al fin a la vista humana". Confío, de verdad, en que lleve razón.

domingo, 9 de septiembre de 2018

El intranquilo retiro del inspector Duarte (José Payá Beltrán)

Estoy un poco disgustada (bueno, un poco no, mucho) porque por alguna razón se han borrado las anotaciones que tenía en el libro electrónico para esta novela, con lo que no he podido preparar la reseña como otras veces... y lo malo es que no solo ha sido con este, con el siguiente me ha pasado lo mismo.

Son cosas de la tecnología. Cuando leo en papel, apunto las cosas que me interesan y las dejo pegaditas en un post-it... Más arcaico pero, a veces, más eficiente. Algún día se perderá el papel y me enfadaré también.

Vamos a lo práctico, a la novela. He de decir que es una novela cortita que me ha gustado, sí, me ha gustado bastante. Se lee muy bien, es un tema interesante y los personajes son curiosos.

Hay que fijarse especialmente en Daniel Duarte, nuestro prota. Es un inspector de policía retirado, que vive en el pueblo de la sierra donde compró una casa con su mujer para retirarse cuando se jubilaran. El probelma es que su mujer falleció y eso le ha dejado un vacío imposible de llenar.

Es un hombre entrañable, interesante, sensato, cariñoso... vaya que me ha gustado muchísimo.

En un momento dado, aparece muerto Moisés Richart, un muchacho del pueblo, majete, serio, que estaba preparando una oposición y salía poco. Una noche, sale un momento a ver a Raquel, su novia y no vuelve a casa.

Y la policía le pide ayuda para resolver el crimen. A nuestro inspector le apetece ayudar y dar una visión un poco más global y con más experiencia.

Por supuesto, descubren qué ha pasado y yo no lo voy a contar.

Pero sí es muy interesante ver cómo se entrelazan las relaciones en los sitios pequeños (iba a decir "pueblos", no sé...). Cómo se pueden tomar decisiones en un determinado momento que tienen unas consecuencias impensables. Cómo personas normales pueden realizar actos irracionales... Sí, es bastante ilustrativo... pero da un poco de miedo, la verdad.

En fin, poco más... Como no tengo anotaciones, no puedo dejar un pensamiento final. Pero sí puedo recomendar la novela para leerla en un ratito y disfrutarla. Es de las novelas que podrían ser "de playa" pero con un protagonista muy entrañable.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Por trece razones (Jay Asher)

Lo sé, lo sé... Hace mucho que no escribo ninguna reseña. Y no es porque no haya leído, en absoluto, pero es que no me da para todo... Además, claro, he estado unos días de vacaciones y no he tenido la opción de ir escribiendo nada.

En fin, me pongo a ello y voy a ver si avanzo un poco.

Este libro lo leí un poco por curiosidad (como casi todos, por otra parte). Sabía que existía una serie, había oído un poco por dónde iba el tema y me llamaba mucho la atención.

Se ha quedado en eso, en que me llamó la atención antes de leerlo. He de decir que no me ha gustado. Esperaba mucho más o esperaba algo diferente, no lo sé. Pero me ha dejado fría.

No descubro nada si cuento un poco la trama de la novela. Tenemos a nuestro prota, Clay Jensen, que una mañana se encuentra en la puerta de su casa una caja con 7 cintas de cassette. Las ha grabado su compañera y amiga Hannah Baker, que se ha suicidado recientemente. En las citas habla del papel que 13 personas tuvieron en su decisión de suicidarse.

Por supuesto, una de las personas es el propio Clay que tiene que pasar la caja con las cintas al siguiente de la lista, en el orden que ella ha grabado.

Visto así, parece que pudiera ser interesante, pero no.

Lo primero, Clay me parece un personaje entrañable y agradable pero Hannah, no. Probablemente, tendría que empatizar con ella, pero no he podido. Quizá por eso, puesto que desde el principio no me ha gustado ella, no he conseguido que la novela me haya llegado de verdad.

Me llaman la atención bastantes cosas... Por una parte, cada vez que leo un libro de este estilo en el que están involucrados adolescentes, me pongo mala pensando en mis hijos. Es cierto que yo sé lo que me cuentan de lo que pasa en clase y en el colegio/instituto/universidad. Y es posible (seguro) que me oculten muchas cosas, pero lo que pasa en los institutos de los libros es "acongojante": da miedo solo pensarlo.

Por otra parte, me llama la atención que solo la madre de Clay aparece activamente en el libro. Ella sí se preocupa por saber dónde está Clay, se interesa por saber qué le pasa (porque se da cuenta de que le está pasando algo) y trata de ofrecerle apoyo, confianza... Vaya, es lo que yo creo que deben hacer unos padres... Pero no aparecen más padres en el libro (o no activamente). Da la impresión de que los padres de Hannah (por cierto, me acabo de dar cuenta de que Hannah es un palíndromo - cierro paréntesis) no forman parte de su vida. Solo la castigan un día (y ella se escapa) y la lloran cuando muere... Me falta su participación.

Y en tercer lugar, es cierto que las cosas que le pasan a Hannah no son para ganar el premio a la felicidad en el instituto, pero no creo que pueda culpar a alguna de las personas de su decisión. Hay razones que no tienen fuerza... No sé...

También creo que, cuando alguien necesita ayuda, es bueno que la pida: no todo el mundo es capaz de adivinar lo que necesitan los demás pero, si se les da una pista, sí son capaces de ayudar, y mucho.

Pero sí hay una cuestión que plantea que me ha dado que pensar: "Y vosotros - todos los demás - ¿os habéis dado cuenta de las cicatrices que habéis dejado a vuestro paso?"

Para no haberme gustado, me he alargado mucho (yo soy así). Pero cierro ya con una última reflexión de Hannah: "Nadie sabe con seguridad el impacto que tiene la vida de los demás"