domingo, 17 de abril de 2016

El escudero de Cervantes y el caso del poema cifrado (Manuel Berriatúa)

Uno de esos libros que pido al Círculo de Lectores sin saber muy bien con qué me voy a encontrar y que resultan ser la sorpresa de la temporada... ¡me ha encantado!

Es una historia con bastante enredo en la que se entrecruzan muchas historias y de muchos tipos, pero que no presenta problema para seguirla (aunque sí para contarla en una reseña cortita...)

El prota es Miguel Saavedra, que es catedrático de instituto y, además es profesor en la UNED de la asignatura "Cervantes y su tiempo". Como él mismo dice estaba "predestiando por la onomástica".

Como decía, hay bastante jaleíllo en torno a Miguel. Por un lado, acaba de perder a su madre y nunca conoció a su padre (ni su madre quiso decirle quién era). Estuvo casado con la hija de uno de sus profesores, Mariví, que es graciosísima, y con la que se lleva bastante bien.

Además, en el libro se aprenden muchas cosas, como que López de Hoyos fue profe de Cervantes, o que a Calderón de la Barca le llamaban "Perantón" por Pedro y Antón ya que nació el 17/01/1600, que es el día de San Antón. A lo mejor eso lo sabia todo el mundo, claro, pero yo... no.

Es muy interesante ver cómo da las clases de Lengua en ESO porque mis hijos no las dan así, eso ya os lo digo yo, con seguridad. Y es también muy interesante la relación que tiene con sus alumnos en la UNED.

La cuestión es que aparece una carta que tiene que ver con un soneto de Cervantes pero que ha sido un pelín "manipulado" y que puede llevar a encontrar "algo". Desde el otro lado del charco, alguien con mucho dinero sabe qué es ese "algo" y quiere que Miguel y Mariví le ayuden a conseguirlo

Y ahí aparece Minako, la chiquita medio japonesa que aparece en la vida de Miguel, que no sé si me cae bien o no, pero que tiene un papel muy interesante y que es un personaje, con todas las letras.

Todo esto se entrecruza con una herencia que recibe Miguel que es una casa en Cantabria y que le llevará a conocer un poco más de sus raíces, con lo que esto pueda suponer en su vida.

Uy, y no me puedo olvidar de fray Tobías, un experto en edificios religiosos en Andalucía, que es más que genial porque se sabe el Quijote del derecho y del revés...¡Ese sí que me cae bien!

Me ha hecho mucha gracia la opinión de Mariví, que dice que "un filólogo es aquel que puede pasarse un año estudiando lo que otro ha escrito en media hora".

Y, para el que lo lea, es muy interesante la discusión que tienen Miguel y sus alumnos de la UNED un día sobre si hay que poner el calificativo "gay" a diferentes actividades. Uno de sus alumnos es homosexual y tienen una discusión realmente interesante.

Por otro lado, otro día discuten sobre el machismo/feminismo en la lengua. Una de las alumnas cree que no se debe utilizar el masculino cuando se refiere a masculino y femenino. Ella dice que se puede usar "estudiantes" en lugar de "alumnos y alumnas", o "jóvenes" en luagr de "chicos y chicas". Obviando que yo no estoy de acuerdo en absoluto y que, siendo mujer, no me molesta que utilicen el masculino para incluirme, lo que me ha hecho gracia es que Miguel le dice que la cosa podría ser muy divertida si un padre que tenga 2 hijos y una hija, en lugar de decir "tengo tres hijos" dijera "mi progenie se compone de 3 unidades". Yo no he podido eviat reírme...

Y termino. Lo primero, recomendar el libro porque merece muchísimo la pena. Y, segundo, dejando la reflexión final, que me ha encantado: "Los libros han sido siempre maestros que no riñen y amigos que no piden". ¡Ahí queda eso!

El invierno de Frankie Machine (Don Winslow)

El día que compré el libro de la reseña anterior, en el VIPS regalaban un libro con la compra de otros dos. Y, claro, no lo iba a rechazar... Así que me traje este.

Siempre me he preguntado por qué me gustarán a mí tanto los libros de la mafia... No le veo sentido porque cualquiera que me conozca sabe que no parece mi estilo.

Yo creo que es porque a los mafiosos, a pesar de todos los pesares, se les suele dar un aura de una cierta honradez que hace que no me caigan del todo mal.

Y Frankie es estupendo. La trama es lo de menos... muchos tiros, muchos malos, Frankie bueno... Y ya está.

Pero el hombre tiene una filosofía de vida muy interesante. La criatura ya tiene una edad y ha dejado de trabajar para las diferentes familias y tiene una tienda de cebo para pescar (desde luego, hay que reconocer que es original). Y le gusta mucho el surf, tanto que surfea (no sé si existe el verbo en el diccionario de la RAE) todos los días con un amigo, Dave Hansen, que es, a la sazón, policía.

De acuerdo a Frankie, "la calidad de vida tiene que ser con pequeñeces, con hacerlas bien y hacerlas como corresponde". Y lleva mucha razón. No hay que aspirar a grandes cosa, ¿verdad? Con cuidar los pequeños detalles, la vida se convierte en maravillosa.

Toda la historia tiene que ver con la corrupción política y como afecta a la relación con las mafias.Y me ha llamado la atención lo que dice Dave: "Los de la mafia lo saben y saben que a un político se le soborna una sola vez; después se le hace chantaje".

Me ha llamado la atención cómo trata a los políticos en lo que se refiere a la corrupción. Y, claro, tal como están las cosas,... ¡viene al pelo! Los políticos no han sido nunca santos de mi devoción pero es que ahora... ¡madre mía! Y luego se preguntan por qué hay tanto desencanto con la Política...

Ojo a lo que opina nuestro amigo Frankie: "Ahora sabe que detrás de todo eso está el «hijo afortunado» porque ningún mafioso en todo el mundo ha sido jamás tan ruin como para secuestrar a la hija de alguien. Solo un político sería capaz de hacer una cosa así."

Y su opinión en relación con el crimen organizado: "Así que el gobierno quiere aplastar al crimen organizado. ¡Es tronchante! ¡Si el crimen organizado es el propio gobierno! La única diferencia entre ellos y nosotros es que ellos son más organizados".

Poco más. Es un libro muy entretenido. Partiendo, por supuesto, de la base de que a mí esto sí me gusta. Si no... un poco más de lo mismo todo el rato. Pero Frankie es estupendo se mire por donde se mire.

Y si no, veamos su concepto de vida, como reflexión final: "La vida es como una gran naranja. Cuando eres joven, la exprimes mucho y rápido tratando de sacarle todo el zumo enseguida. Cuando te haces mayor, la exprimes lentamente saboreando cada gota porque, primero, nuca sabes la cantidad de gotas que te quedan y, segundo, las últimas gotas son las más dulces".

Te esperaré toda mi vida (Megan Maxwell)

¿Por qué me compraré yo estos libros, por qué? Salí un día a la hora de comer a despejarme un poco y me pasé por el VIPS. Compré un libro para mi marido y quería otro para mí. Y, claro, lo que hace no pensar mucho... Este era muy baratito, pesaba poquito para llevarlo en el bolso... ¡y lo compré!

¡Cómo será, que ni siquiera me acordaba que ya había leído otro libro de esta autora!

En fin, que lo he leído... ¡ya está! Con esto se podía dar por terminada la reseña, pero me da un poco de vergüenza.

Para resumir, así, sin pretensiones, la historia gira en torno a tres chicas españolas que viven en Londres, Montse, Julia y Juana. Montse acaba de dejarlo con su chico, Jeffrey y se van a Escocia a ver un castillo con el que ella sueña habitualmente.

Salen en 2010 y, sorprendentemente, y por estas cositas que pasan todos los días en el mundo, aparecen en 1689, en el castill ode Elcho.

En él vive Declan Carmichael que, por supesto, es más que maravillosísimo. Y sufre mucho el pobre porque sobre los Carmichael pesa una terrible leyenda... Todos perderán al ser amado en el momento en que sus corazones rebosen de felicidad. Cualquier Carmichael que ame verá morir a su pareja hasta que uno de los amados recupere el colgante que les robaron y tiraron al mar en 1429.

Y esa tesitura nos encontramos...

Poco más, las chicas andan por allí, sin móvil (increíble), lavándose ellas solitas el sujetador y el tanga ("el" porque no llevan maletas) con e ltrauma que eso conlleva... Mucho sufrimiento.

Por supuesto, se enamoran de los escoceses pero tienen que volver a su época.

Y no cuento más... ¡que nadie me presione!

Es un libro que pasa sin pena ni gloria. Es cierto que se deja leer, pero es de playa. De playa en día de algas en el mar (días en los que yo no pongo los pies en el agua, que no soporto las algas). Para empezarlo cuando uno coloca la toalla y dejarlo cuando se recoge la sombrilla.

Eso sí... para no pensar. Libera la mente de cualquier tipo de presión.

La sombra del viento (Carlos Ruiz Zafón)

Ya hace muchos años que leí el libro por primera vez. De hecho, lo leí en una edición malísima que mi hermana regaló a mi madre y que iba perdiendo páginas conforme uno las iba leyendo... ¡se caían sin más!

Ahora mi hijo mayor ha tenido que leerlo en clase (buena elección del cole, esta vez sí) y he pensado que lo podía releer  yo. He de decir que ya teníamos en casa otra edición mejor que la primera que to leí, pero no había encontrado el momento de leerlo de nuevo.

Y la experiencia ha sido mejor que la primera... ¡Me ha encantado otra vez! Lo bueno de releer un libro es que la trama ya la conoces y puedes recrearte en detalles que pudieron pasar desapercibidos en la primera lectura...

Hay varias historias entrelazadas que no coinciden ni en el espacio (algunas partes sí) ni en el tiempo, pero podemos decir que la trama principal se desarrolla en torno a 1945 en Barcelona.

Y a mí, lo que más me gusta de todo es el Cementerio de los Libros Olvidados: "Este lugar es un misterio, Daniel, un santuario. Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte".

Ahí es donde nuestro prota, Daniel, encuentra La sombra del viento un libro escrito por Julián Carax que va a cambiar su vida completamente.

La novela es muy interesante, con una trama muy bien hilada, que no se pierde en ningún momento y que nos tiene absolutamente enganchados desde el principio hasta el final.

Pero, por supuesto, no lo voy a contar, porque hay muchísimas cosas que se pueden resaltar sin que desvelemos nada en absoluto.

En un momento dado, dice: "En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón". Y es una gran verdad. Lo he pensado y es cierto. Es posible que ya haya comentado en alguna otra reseña que mi libro favorito es El conde de Montecristo. ¿Por qué? He leído muchísimos y seguro que muchos son mejores pero este es para mí muy especial. Lo leí siendo jovencita en una edición muy antigua que había en casa y que había sido de mi abuelo. Además de que la historia es muy buena, el libro olía de maravilla, y creo que me enamoré del protagonista, de la novela y del libro físico. Nunca lo he releído completo... me da miedo, mucho, defraudarme. Tengo en casa otra edición más moderna (y seguro que más cómoda de leer) que me regaló mi marido sabiendo lo que el libro significa para mí pero aún no me he atrevido...

En esta novela, los personajes son magníficos. Daniel es increíble y su padre, muy entrañable. Me encanta Gustavo Barceló, que disfruta hablando con esdrújulas... (y me ha recordado la canción esdrújula que yo cantaba cuando era montañera, sobre una cítara que se tocaba en noches lúgubres...). Por supuesto, Julián Carax, claro... Y Nuria, que trabajaba en la editorial que editaba los libros de Julián y es hija de Isaac el responsable del Cementerio de los Libros Olvidados.

Pero, Fermín Romero de Torres se lleva la palma en mi corazón... ¡qué personaje tan maravilloso! Y en el fondo, un poco misterioso. Y me encanta porque tiene una forma de pensar increíble. Su reflexión sobre la televisión, que estaba entonces dando sus primeros pasos, no se puede pasar por alto: La televisión, amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán 3 o 4 generaciones para que la gente ya no sepa ni tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval y a estado de imbecilidad que ys superó la babosa allá por el Pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo y además, un chiste malo."

O lo que piensa del dinero: "El dinero es como cualquier otro virus: una vez pudre el alma del que lo alberga, parte en busca de sangre fresca".

Por otro lado, me ha llamado la atención un comentario de la portera de la casa en la que vivió Julián con sus padres. Al parecer, el Sr. Fortuny tenía la mano un poco "ligera": "Yo ya entiendo que a veces el marido tienen que pegar a la mujer para que le respete, no digo que no, que hay mucha golfa y las mozas ya no suben como antes, pero es que a este le gustaba zurrarla porque sí," Es impresionante porque realmente creían que eso era así. Y no estamos hablando de la Edad Media, es a mediados del S XX, y faltaban pocos años para que naciera yo... Para reflexionar... y mucho.

Otra cosa que me ha hecho pensar es un comentario de Nuria: "A veces nos creemos que las personas son décimos de lotería;: que están ahí para hacer realidad nuestras ilusiones absurdas". Y eso es también verdad si lo pensamos un poquito. Creemos que tenemos derecho a muchas cosas por parte de los demás y no nos damos cuenta de que, efectivamente, no son décimos de lotería...

No me alargo más. Es un libro para degustar, sí, para saborear... como si fuera una comida maravillosa. Hay que sentarse y disfrutarlo porque da muchísimo de sí...

Termino con uno de los últimos párrafos del libro, que me ha encantado pero que espero que no se haga realidad: "Bea dice que el arte de leer se está muriendo muy lentamente, que es un ritual íntimo, que un libro es un espejo y que solo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro, que el leer ponemos la mente y el alma, y que esos son bienes cada día más escasos."

domingo, 3 de abril de 2016

Hombres buenos (Arturo Pérez Reverte)

Este sí que me ha gustado, y mucho, muchísimo. Lo digo ahora por si luego se me olvida...

El autor me gusta mucho, con lo que ya llevaba una parte ganada. Pero mi hermana, que lo leyó antes, estaba rezongando porque dice que sus libros siempre acaban mal... Así que, cuando ella lo acabó y me dijo que esta vez acababa muy bien, me quedé más tranquila. Con lo de acabar bien o mal, no se refiere a que se casen o no, por supuesto, sino a que el final sea inverosímil y parezca un parche o sea un final coherente (aunque pueda ser sorprendente)

Como resumen, los académicos Hermógenes Molina (63 años y encantador) y Pedro Zárate (edad no confesada y más encantador aún) viajan a París a buscar la Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné des sciences. Quieren que el libro forme parte de la biblioteca de la Real Academia Española porque consideran que es fundamental.

Como no todos están de acuerdo con eso, aunque se vota por mayoría, hay otros dos académicos, Manuel Higueruela y Manuel Sánchez Terán, incompatibles en ideas y proyectos, que aúnan fuerzas en esta ocasión para que no puedan llevar a buen puerto su misión.

Una de las cosas más curiosas de este libro es que el autor combina las aventuras de los académicos con sus propios esfuerzos para escribir la novela. A mí esto me hace sentirme mucho más cercana al libro y, sobre todo, me hace darme cuenta de por qué yo no escribo el libro que es la ilusión de mi vida: nunca podré hacer lo que Pérez Reverte (vale, tampoco sé escribir tan maravillosamente bien como él).

Toda la novela nos relata los problemas que tienen que afrontar nuestros protas para conseguir la Enciclopedia. Hacen un viaje genial, nos descubren París maravillosamente: las diferencias de clases, los problemas de los más pobres y la indiferencia y el bien vivir de los más ricos, la cultura y la renovación de la ciencia... Estamos en el último cuarto del siglo XVIII y la Revolución Francesa está tomando cuerpo a marchas forzadas.

Nuestros protagonistas ven la enorme diferencia que hay entre la sociedad francesa y la española y algunas veces llegan a escandalizarse a pesar de sus mentes abiertas.

Aparecen algunos personajes curiosísimos, como Salas Bringas. Esta criatura es el que les ponen a su disposición para que les ayude a buscar la Enciclopedia y a desenvolverse por París. Pero, vamos, peculiar es poco... A mí no me cae nada bien, eso cierto, pero tiene su puntito...

Y luego está Pascual Raposo. A este muchacho le mandan los opositores a la Enciclopiedia para que haga todo lo posible para que no lleguen los libros a Madrid. Sí, lo sé, es el malo de la peli pero yo le cogido cariño...soy así. Y, además, creo que no es malo del todo... En un momento dado se dice sobre él: "Sobre él gravita la noche que añade sombras extrañas a la noche misma". Es impresionante....

En cuanto a los académicos, tengo que decir que me encantan tanto Don Hermes como Don Pedro... ¡geniales!. Sus conversaciones son increíbles. Don Hermes es mucho más transparente, más entrañable, con una fe firme... Y Don Pedro es más culto, más frío (al menos de cara a la galería) y, si no ateo, sí escéptico... A mí me ha encantado.

Además, era brigadier de la Armada y había navegado con Jorge Juan... Curioso, porque mi hijo tuvo que hacer un trabajo sobre un viajero famoso y nosotros elegimos Jorge Juan para salirnos un poco de los Livingston, Marco Polo... Y fue un personaje que me gustó mucho y que me sorprendió muchísimo.

Y nos dice en un momento dado algo que me ha hecho reflexionar: "Todo lo vivido aprovecha, de uan forma u otra. Exccepto para los fanáticos y los imbéciles".

Podría seguir alargándome con la reseña pero sería enrollarme demasiado. Eso sí, recomendar el libro para aprender mucho, pasar un rato magnífico y leer un lenguaje fantástico, que el autor, además de otras muchas cosas, sabe escribir como los ángeles.

Y, para terminar, un párrafo del discurso preliminar de la Enciclopedia: "Son los hombres imspirados los que iluminan al pueblo, y los fanáticos quienes lo extravían. Pero el freno que debe oponerse a los excesos de estos últimos no debe, en absoluto, coartar la libertad tan necesaria a la verdadera Foilosofía."

El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de IKEA (Romain Puértolas)

Es evidente que si elegí este libro fue porque el título es muy llamativo. Siguiendo mi costumbre de no leer la trama de la novela, me hizo mucha gracia el nombre y lo compré. Y en mi generosidad, se lo regalé a mi marido... ¡Pobre!

El libro no vale nada (y que me perdone el autor).. Promete mucho pero no aporta nada de nada (por lo menos a mí, claro)

La historia gira en torno a un indio, faquir por más señas, que se llama Dhjamal Mekhan Dooyeghas, que llega a París a comprar una cama de pinchos que ha visto en IKEA. La cosa se complica y termina metido en un armario que se traslada.

Esto da lugar a una peripecia increíble que le lleva por medio mundo con situaciones esperpénticas.

No sé si el autor pretende ser reivindicativo o sarcástico, la verdad. Llega un momento en que explica un poco el origen del faquir y es bastante duro... Pero ya no sabes qué hacer, si reírte o llorar. No he sabido si lo que el autor pretende es denunciar las situaciones que se plantean a lo largo de la novela o si solo quiere situar al protagonista en momentos a cuál más increíble.

Es por eso por lo que no me gusta, porque no sé dónde estoy, dónde está el autor o qué se pretende con la novela. Además de que no me ha parecido que esté muy bien escrito y de que la historia me ha aburrido bastante.

A pesar de todo, siempre se aprende algo y esta vez no va a ser menos, claro.

Por un lado, el autor dice que IKEA en sueco quiere decir "el colmo". Podría ser, pero el traductor de Google no lo sabe, así que he hecho unas indagaciones y la página www.erroreshistoricos.com me ha dicho lo siguiente:
"En 1943, con 17 años, Ingvar Kamprad fundó la empresa IKEA con el dinero que su padre le regaló por sacar buenas notas. El nombre IKEA proviene de las iniciales de su nombre (I. K.) más la primera letra E de Elmtaryd, una granja cercana al pueblo Agunnaryd, de donde utilizó la A."

Así que, yo creo que no es lo que el autor nos cuenta en la novela. Eso sí, en un momento nos dice: "Para alguien procedente de un país occidental de tendencia democrática, el señor IKEA había desarrollado un concepto comercial como mínimo insólito: la visita forzada de su tienda." Esto lo sabemos todos... No hay peor cosa que ir a IKEA con prisas... Y antes había algunos atajos que te permitían pasar de un sitio a otro sin hacer las 24 horas de Le Mans; pero ahora los han cerrado... ¡mala suerte!

Otra cosa que nos dice es que Maupassant odiaba la torre Eiffel. Al parecer comía allí todos los días porque era el único sitio de París desde el que no se la podía ver

Esto, al parecer sí es verdad. En el blog Enroque de Ciencia (de Carlos Roque Sánchez) se incluye parte de una carta suya de 1887 que dice así: “… pirámide alta y flaca de escalas de hierro; esqueleto gigante falto de gracia, cuya base parece hecha para llevar un monumento formidable de Cíclopes; aborto de un ridículo y delgado perfil de chimenea de fábrica”.

Por lo demás, no me queda mucho que decir. Hay personajes curiosos, la verdad, pero como la novela ha pasado por mí sin pena ni gloria, ni siquiera voy a hacer comentarios.

Para termina, me ha resultado curioso que en un momento dado diga que "el mundo es un pañuelo de seda india". Cursi es, desde luego pero no me resisto a contar lo que me dijo una vez a mí una responsable de Recursos Humanos mientras me hacía una entrevista: "Uy, si es que el mundo es un Kleenex". Le faltó "te lo juro por Snoopy; y si no, que se caiga el VIPS, se hunda Benetton y cierren Formigal este invierno"....