domingo, 27 de diciembre de 2020

Línea de fuego (Arturo Pérez Reverte)

 Esto ya sabía yo que era un éxito seguro, claro. Me gusta tanto este autor que raro es el libro que no me encandila.

En este caso, a pesar de tener un buen tamaño, lo leí muy rápido. Hay que decir que el libro engancha, y mucho, y que yo estaba aislada por PCR positiva... ¡vaya días tan entrañables que pasé! Entre que me acababan de poner mi maravilloso catéter y que no podía moverme de mi habitación, lo único que me quedaba era refugiarme en los libros.

No puedo dejar de empezar la reseña con la frase que aparece en la contraportada, porque me ha hecho pensar: "Es lo malo de estas guerras. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tú".

Creo que ya he dicho más de una vez que no me gustan los libros de la Guerra Civil, porque creo que ya lo han contado todo y es un episodio que me resulta tan triste y tan duro que prefiero no leer nada más. Pero es que esta novela no habla tanto de la Guerra Civil como de los hombres y mujeres que lucharon en ella.

Al final del libro, descubres que algunos de ellos son personajes reales y el autor te cuenta cómo terminaron sus vidas después de la guerra... Y me ha llamado mucho la atención. Porque mientras uno a leyendo, va cogiendo cariño a los personajes y sufre cuando ellos sufren y no quiere que les pase nada. Pero es que, cuando luchan unos contra otros, lo que quieres es que acaben bien todos... 

Hay muchos personajes que dejan algo en el lector, da igual del bando de sean, tanto ellos como el lector: Solimán, Pato, Harpo, Expçosito, Ginés Goguel, Panizo, Olmos, Gambo, Pardeiro, Longines... y muchos que me dejo...

La novela nos narra la batalla del Ebro, en julio de 1938, comenzando el día 24. 

Y nos explica la situación de muchos de los que estaban en el frente, que estaban porque les llevaron, no porque ellos quisieran, como Ginés: "En realidad, carpintero de oficio como es, no entiende de política ni  unca se afilió a nada, ni siquiera a un club de fútbol, y en tal sentido, lo mismo le dan unos que otros".

Es un episodio de nuestra historia tan triste... Todas las guerras son odiosas pero las guerras civiles están a otro nivel. Y hay una reflexión que me parece muy interesante: "Hay un momento complicado, cuando descubres que una guerra civil no es, como crees al principio, la lucha del bien contra el mal...Solo el horror enfrentado a otro horror".

Aparecen en la novela periodistas extranjeros para cubrir la noticia y me hace gracia la descripción que hace uno de ellos de los españoles: "Son valientes hasta la locura y generosos hasta el disparate, suele decir, pero imprevisibles si les tocas el mal punto".

También me parece para reflexionar una frase de un dirigente: "Los que tenemos enfrente son fascistas, pero también españoles, y eso les convierte en duros de pelar. Si nosotros somos la mejor infantería del mundo, ellos son la segunda"

Nos vamos a encontrar con una de las cosas más aberrantes de la guerra, la Quinta del Biberón... ¡qué cosas! Eso sí que eran niños... nacidos en 1920... y estamos en 1938... Pobrecines

Aparece la Legión, claro... un cuerpo que a mí siempre me ha gustado, aunque no tengo a nadie de la familia legionario... No sé, como siempre, son mis cosas... Y hay una reflexión del alférez Santiago Pardeiro, a quien la ha tocado estar al mando por las circunstancias, que me ha gustado mucho: "Pues más vale un por si acaso que un quién lo hubiera dicho".

Voy cerrando que me entretengo. Eso sí, este hay que leerlo, es casi obligatorio. Además de estar escrito de maravilla, se aprende mucho, consigue emocionar al lector y sacarle más de una sonrisa.

Para terminar: "Hay muchas formas de miedo, en la última semana ha conocido la mayor parte de ellas, y sabe que el temor a lo que está por llegar es el peor de todos"

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