jueves, 25 de mayo de 2017

Secretos imperfectos [Serie Bergman 1] (Michael Hjorth & Hans Rosenfeldt)

No había pérdida: novela negra escandinava y serie para seguir... ¡Ahí tenía que llegar yo! ¡No me lo podía perder!

Y he de decir que, como cabía esperar, me ha gustado mucho y lo he pasado muy bien.

Estas novelas solo tiene mala una cosa: ¡vaya nombrecitos tienen los pueblos... En este caso se desarrolla en Västeräs, que no está mal pero parece que se ha lanzado una lluvia de puntos a ver dónde caían las diéresis... Porque los apellidos son facilísimos:Eriksson, Hansson, Haraldsson...

Broma aparte, en esta novela hay que prestar mucha atención no solo a la trama, que también, sino a los personajes principales porque nos los vamos a encontrar en el resto de la serie y hay que tenerlos controlados.

Nos encontramos con la Unidad de Homicidios: el responsable nacional es Torkel Höglund, un tipo interesante, separado, con dos hijas preadolescentes y buen profesional; luego tenenos a Vanja Lithner, joven (aunque sobradamente preparada), hija única que adora a sus padres y un poco listilla para mi gusto; Billy Rosen es encantador, el informático del grupo al que tienen un poquillo como chico de los recados, muy jovencito y con pocas aspiraciones aparte de resolver casos y ayudar en lo que pueda; nos queda Ursula Andersson, peculiar, lista listísima, única en su género (dice ella), casada pero con un matrimonio más que curioso.

En principio, ese sería nuestro grupo pero si la serie se llama "Bergman" es por algo, claro: Sebastian Bergman. Psicólogo y ex-colaborador de la policía, que ya trabajó con Torkel y Ursula cuando detuvieron a un asesino en serie, caso del que luego escribió unos libros que tuvieron mucho éxito.

El personaje hay que analizarlo con detenimiento pero eso lo debe hacer cada lector mientras lee la novela. En principio debería ser repugnante y caernos fatal pero no ha sido mi caso. Es un hombre con muchos problemas... pero no voy a dar más pistas. Buen sí, según sus propias palabras: "...lo dejaba al descubierto como lo que era en realidad: un hijo de puta."

La cuestión es que aparece por casualidad y trata de colaborar con la Unidad de Homicidios. Curiosamente están en su ciudad natal y el chavala que aparece muestro asistía al mismo instituto que él (Instituto Palmlövska) y que había sido fundado por su padre. Su reacción al volver a entrar fue: "El infierno no suele cambiar. ¿Acaso no era esa la definición misma del infierno? El sufrimiento inalterable". ¡Me encantaría pasar por allí!

No se puede contar nada para no desvelar lo que ocurre pero he de decir que me ha asustado mucho lo que hacen los adolescentes. Mi hijo mayor se graduó ayer en el colegio-instituto y me gustaría pensar que no se le ocurren algunas de las cosas que se les ocurren a los que aparecen en la novela (debe de ser ingenuidad de madre...)

Me ha hecho gracia un pensamiento de Lina, novia del chaval que aparece muerto, Roger Eriksson: "La verdad te hará libre, pero tus padres te matarán cuando lo sepan"

Hay que leerlo. Tiene que gustar la novela negra, claro pero trabaja muy bien los perfiles psicológicos de los personajes y dan ganas de empezar la segunda parte (cosa que yo ya he hecho, por supuesto)

Cierro con un pensamiento de Vanja que me ha gustado y que creo que es una gran verdad: "Las inquietudes que intentamos ignorar siempre vuelven. Cuanto más empeño ponemos en rechazarlas, mayor es su fuerza cuando regresan."


viernes, 5 de mayo de 2017

Patria (Fernando Aramburu)

Tenía que llegar: el libro lo está leyendo todo el mundo. He oído hablar de él en tertulias, en la calle, en la oficina y lo están leyendo mis amigas... De hecho una de ellas,  ya ha hecho su propia reseña en su blog (muy recomendable, por cierto: https://loslibrosdepimaga.blogspot.com.es/).

Y he de decir que me ha gustado muchísimo. Había oído muchas cosas pero no esperaba que fuera así.

Es cierto que yo no conozco en profundidad el conflicto vasco, pero he vivido, como muchos el dolor y la indignación cada vez que oíamos que se había producido un nuevo atentado... ¡tanta impotencia!

En el libro se puede vivir desde los dos lados... Cuando comienza la historia acaban de anunciar el cese de la lucha armada. Curioso porque ellos lo llaman "lucha armada" y no "terrorismo"... Será que hay maneras de ver la realidad como decía Jaap Keergard...

Vamos a conocer a dos familias. Por un lado (casi en una esquina del ring) tenemos al Txato (con cara de hombre asesinable), Bittori (su mujer) y sus hijos Nerea y Xabier. En la otra esquina están Joxian, Miren (su mujer) y los hijos, Arantxa, Joxe Mari y Gorka.

A mí Miren se me hace antipática desde el principio y Joxian me parece lo que mi madre llamaría un "buen Juan". Quizá Gorka sea mi personaje favorito de la novela...

Eso sí, el que me nos me gusta es Don Serapio, el cura del pueblo... ¿cómo es posible que diga las cosas que dice y defienda lo que defiende? Un sacerdote... ¿no tiene que predicar la paz y el amor? Las ideas son siempre defendibles, sean las que sean pero desde la razón y el sentimiento... NUNCA con las armas en la mano. Eso tendría que haberse enterrado con las cruzadas, que bastante daño hicieron ya...

Sí, ya, ya lo sé... Aún hay quien lucha con las armas en nombre de un Dios (mucho más incongruente que por ideas políticas o por territorios), pero a mí se me enciende el alma cuando lo pienso...

Hay una frase de Miren que me ha dejado helada, justo después de que hayan matado al Txato: "Se acabó el Txato. Es lo que tiene la guerra, que deja muertos". Impresionante: lo está diciendo de un hombre del que eran amigos del alma y al que todo el pueblo había dejado de hablar porque no pagaba todo lo que le pedían... Ella y Bittori eran amigas inseparables desde niñas y dejan de hablarse... ¿cómo es posible?

En palabras de Arantxa: "Ahora no nos hablamos con él ni con su familia aunque no nos han hecho nada. Este es un país de locos"

Y hay otro pensamiento de Gorka que me ha hecho reflexionar: "No es que los asesinatos de la banda lo dejaran indiferente, sino que estos se habían convertido en una rutina que le embotaba los órganos de al indignación y de la pena". Y me ha hecho reflexionar porque eso es lo mismo que yo decía muchas veces después de los atentados: nos estábamos acostumbrando. Y estábamos abrumados y embotados de dolor... y el corazón se encogía tanto que había veces que no se podía encoger más.

En definitiva, un libro muy, pero que muy recomendable. Yo había oído decir que era muy duro. Puede que lo sea pero creo que el tema, que es muy difícil y muy sensible, está muy bien tratado y llega a lo más profundo de cada uno.

Y, a lo mejor nos puede hacer ver si tienen sentido los fanatismos, por mucho que nos hagan creer que son el objetivo final de nuestra vida.

Josexto, el carnicero, después de morir su hijo lo dice muy bien: "Y no se dan cuenta de que, a cambio de nada, porque no hay más premio que la cárcel o la tumba, han dejado el trabajo, la familia, los amigos. Lo han dejado todo para hacer lo que les mandan cuatro aprovechados. Y para romperles la vida a otras personas, dejando viudas y huérfanos por todas las esquinas"

Podría seguir mucho más, como casi siempre, pero no quiero que esto sea otro libro. Por supuesto, tengo reflexión para cerrar... Habría muchas pero me quedo con una que me ha hecho pensar y con la que estoy completamente de acuerdo: "Pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba"


A grandes males (César Pérez Gellida)

A ver, era de esperar: he leído las dos primeras partes de la trilogía y, claro, en cuanto apareció la tercera entrega... ¡ahí tenía que estar yo!

Y, claro, por supuesto, me ha encantado... Y, además, el prólogo es de Dolores Redondo...

Mi marido dice que es novela negra, muy negra, demasiado negra para lo que le gusta a él, pero a mí me encanta... me lo paso en grande.

Y esta es un poco especial porque gira más en torno a la Congregación de los Hombres Puros. Y a mí todo esto de las sociedades secretas... me gusta, qué le vamos a hacer.

No voy a contar, por supuesto, nada de lo que pasa porque hay que leerlo, pero voy a dejar lo que dice el propio libro y así estoy liberada de darle más vueltas a la trama: "Thriller donde la realidad y al ficción se confunden para sumergir al lector a una trama cargada de incógnitas cuyas respuestas se encontrarán entre los muros del edificio Barolo, un rascacielos levantado para albergar las cenixas de Dante Alighieri".

Ya está, con esto ya lo sabemos todo... Y lo podríamos dejar ahí pero.... ¡nos perderíamos tantas cosas!

Por un lado, una vez más, un libro tiene casi como hilo conductor La divina comedia. Y eso es una lata porque he de confesar que lo leí hace años y me pareció un tostón. Quizá lo leí cuando no era el momento pero, me dejó tan mal sabor de boca que no me atrevo a volver a leerlo (mis excusas Sr. Dante Alighieri...)

Aparecen en esta novela nuestros amigos Erika Lopategui, Ölafur Olafsson (¡mira que me gusta a mí ese hombre!), y por supuesto, Ramiro Sancho. Estaba yo ya muy preocupada porque hasta la página 122 no había leído eso de "Hay que joderse, Sanchito. Hay que rejoderse". En cuanto lo leí, ya me relajé y me sentí más como en casa...

Y hay personajes nuevos encantadores. Por ejemplo, "Buja", Alcides Edgardo Bujaleski. El nombrecito se las trae pero es que nació durante el Maracanzo, claro. A mí Alcides me sonaba, por Alcides Ghiggia, pero no sabía que el uruguayo era Alcides Edgardo, y no lo relacioné hasta que no se lo cuenta él a Erika.

Él y su amigo Telmo son una pareja para hacer una serie de televisión y emitirla en horario de máxima audiencia... Se pasan el día peleándose pero luego casi solo se tienen el uno al otro. Porque Buja había sido quien destapó que sabía cómo encontrar el Cartapacio de Minos... Una cosa llevó a la otra, a su hijo le mataron y ahora ha resurgido su afán de continuar la búsqueda con Erika.

Hay una frase de Telmo que me ha encantado: "Creés que sabés pero solo sabés lo que vos creés". Eso se nos puede aplicar a todos en muchas ocasiones...

Eso sí, es un experto dantista y sufre xantofobia, de manera que no puede ni siquiera subir escaleras que estén pintadas de amarillo... ¡lo que hace la cabeza!

He aprendido muchísimas cosas, muchas... Pero hay algo que me molesta mucho: "Todas esas sociedades secretas bebían de los antiguos manantiales de la Orden del Temple". Señores, que los templarios no eran una secta como nos quieren hacer creer. Hicieron cosas bien y otras mal pero eran gente de bien (yo he dicho muchas veces que de haber nacido hombre y en esa época, habría sido templario...). No me gusta que se asocien sociedades secretas que solo buscan el beneficio de sus integrantes aun a costa de los demás con los templarios... ¡no, señor!

Eso sí, le encuentro una peguita... En un momento dado están hablando de números "especiales" y aparecen el 22 y el 7. Nuestro amigo Buja dice que "22 entre 7 es la relación de la circunferencia con su diámetro y en la antigüedad el círculo era la figura perfecta". Sí, luego habla de π pero no es la relación entre 22 y 7 porque entonces π sería racional y no lo es... Y eso chirría un poquito. En fin, se lo perdonamos porque se lo perdono todo pero...

Hay muchas reflexiones que podríamos dejar en esta reseña pero no me quiero alargar demasiado porque podría seguir y seguir... Pero hay una de Confucio que me ha gustado mucho "La persona que persigue dos conejos no atrapa ninguno".

Y también hay una gran verdad: "Si quieres esconder algo, ponlo bien visible y a la altura de los ojos de quien no sabe mirar"

Me dejo muchas cosas interesantes pero así obligo a todo el mundo a leerlo... Porque cierro ya con una reflexión de Jaap Keergard, al que conocimos muy bien en la segunda entrega de la trilogía: "La realidad que nos rodea es única, pero cambia en función de cómo la interpreta cada uno".