lunes, 30 de diciembre de 2019

Mademoiselle Coco y la pasión por el nº 5 (Michelle Marly)

Pura curiosidad... eso es lo que me llevó a leer este libro. Me pareció que podía merecer la pena y la verdad es que sí ha sido así. Lo he disfrutado, he aprendido muchas cosas y lo he pasado muy bien leyéndolo.

Coco Chanel se llamaba en realidad Gabrielle... Lo de Coco vino por una cancioncilla con un perrito llamado Coco, como protagonista...

La novela comienza cuando fallece Boy Capel (Arthur Capel), el "amante" de Coco, en un accidente de tráfico. Lo de "amante" suena muy feo pero no sé cómo decirlo. Llevaban juntos mucho tiempo pero él se casó con una aristócrata y tuvo una hija. Eso sí, seguía con Coco mucho tiempo...

Esta circunstancia la sumió en una profunda tristeza... Al final fue saliendo gracias, entre otras cosas a su amiga Misia (Marie Sophie Godebska) que en el momento en el que se desarrolla estaba a punto de casarte con el pintor español Sert. Era además muy amiga de Picasso, del bailarín Diághilev... Y ella era pianista.

Durante toda la novela, Coco Chanel busca EL PERFUME. Un perfume que pueda regalar por Navidad a sus mejores clientas. Por circunstancias, descubre el perfume Le Bouquet de Catherine y piensa que tiene que conseguir uno como este pero "modernizado". Este perfume se había hecho en honor de la zarina Catalina la Grande, "al empezar la guerra le cambiaron el nombre por el del proveedor de palacio y pasó a llamarse Rallet nº 1. Solo podían usarlo las damas de más alta cuna de Petrogrado". En opinión de Coco Chanel: "Una mujer sin perfume es una mujer sin futuro".

Yo conocía poco de la vida de Coco Chanel, pero me ha parecido fascinante. Pasó por un convento después de quedarse huérfana de madre, conoció a Boy quien la ayudó y animó con sus diseños... Luego tuvo una turbulenta relación con Igor Stravinski. Cuando esta finalizó, comenzó una relación con el gran duque Dimitri Pávlovich Románov, primo del último zar y bisnieto de la zarina Alejandra Fiodorovna. ¡Ah! y parece ser que también tuvo un romance con Picasso (se relacionaba bien, eso no se le puede negar)

Era una mujer trabajadora, con unas ideas revolucionarias: "desterró el corsé y confeccionó pantalones de mujer"; "... pijamas cómodos y elegantes con los que las mujeres podían huir a los sótanos durante los ataques aéreos alemanes". Esto sí que me ha gustado... es un poco como lo de Martirio: "con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal"... ¿Qué hay ataques aéreos? No pasa nada... allá vamos, todas monísimas con los pijamas de diseño... a cubierto, sí, pero monas.

Para ella, "las fragancias eran mensajes que emitía la persona que las llevaba" y se dedicó a educar el olfato. Y yo he aprendido cosas interesantes: "... la elaboración moderna de perfumes se originó en la Italia del siglo XVI. En esa época los alquimistas empezaron a mezclar aceites aromáticos que llegaban principalmente de Arabia, y las primeras manufacturas se instalaron en los monasterios".

Claro, esto es un poco como ver Titanic (y eso que yo no la he visto)... todos sabemos que se hunde. Aquí tenemos claro que encontró su Chanel nº5, perfume que mi madre ha usado durante muchísimos años y que seguro que aún tiene en su casa.

Otra cosa que he aprendido es que los ortodoxos se santiguan en orden distinto a los católicos. Al hacer la señal de la cruz, van primero al hombro derecho y luego al hombro izquierdo, al contrario de lo que hacemos nosotros. Me ha hecho gracia porque es una lucha que tenemos con los peques en catequesis... si se enteran, se me hacen ortodoxos...

Voy a cerrar ya, recomendando el libro, que es de verdad interesante y entretenido. Y cierro con un dicho ruso que cuenta el gran duque: "Tener sentido común es bueno, pero es mejor tener un amigo con sentido común"

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