viernes, 19 de agosto de 2016

Sarna con gusto (César Pérez Gellido)

Como a mí me encantan los refranes, el título me llamó mucho la atención y tuve que empezar a leerlo... ¡Y no me defraudó! Es la primera parte de la trilogía Refranes, canciones y restos de sangre.

He descubierto que hay una trilogía previa del inspector Ramiro Sancho, inspector del Grupo de Homicidios de Valladolid. Se llama Versos, canciones y trocitos de carne. Eso quiere decir que tendré que localizarla para poder leerla... ¡no me queda otra!

Me estoy dando cuenta que aquí en España se está escribiendo, en general, muy buena novela negra. No sé si es que somos un poco tétricos o qué pero sí que creo que cada vez hay más autores que hacen este tipo de género con más solidez, sin que sea previsible y combinando muchos factores distintos que le dan mucha más vida. Por supuesto, es mi opinión, que no tiene ningún valor para nadie más que para mí...

Lo primero, debo decir que me ha encantado el prólogo, de Urtzi, inspector de homicidios. Es muy agradable y nos explica cómo empezó el autor y qué pasó cuando fue a verle para empaparse del mundo policial.

En esta novela se combinan dos temáticas. Por una parte tenemos el secuestro de Margarita Zúñiga Pérez y por otra, aparece la Congregación de los Hombres Puros, con sus siete arcángeles, que dan un miedo tremendo... Entiendo que este será el nexo con las otras dos entregas de la trilogía.

El inspector vuelve después de haber tenido muchos problemas tras la persecución de Augusto Ledesma. Necesita volver a trabajar pero la situación no va a ser fácil.

He aprendido la diferencia entre "rapto" y "secuestro". Al parecer, en un rapto, la privación de libertad es de índole sexual mientras que en un secuestro, es económica y se pide un rescate.

El autor nos explica de maravilla la situación de Margarita y llegamos a compartir los sentimientos que ella tiene en cada momento.

Nos mantiene en tensión desde el principio hasta el final, con algunos desenlaces curiosos, sorprendentes pero sólidos siempre.

Todos los personajes son muy interesantes y aparecen el inspector Olafur Olafsson, islandés, que debe de aparecer en la trilogía anterior y Erika Lopategui que también debe de ser una vieja conocida. Olafur tiene un serio problema con la bebida y nos plantea una reflexión muy interesante: "Para saber cómo vivir, primero hay que tener un porqué y no encuentro ningún motivo para seguir arrastrándome".

Y todos los capítulos comienzan con un refrán o un pensamiento. Todos me gustan pero hay uno que me llama especialmente la atención: "Es preferible ser un imbécil por decisión propia que listo por imposición."

Ah, y el autor aparece en la novela... Es un representante de jugadores de rugby que se marcha de Valladolid para empezar una carrera como escritor... Me encanta porque el inspector también ha jugado al rugby... ¡en el Pepe Rojo! Sí, claro, a lo mejor solo me suena a mí, pero hemos estado allí 3 años con mi hijo pequeño en los campeonatos de España de chavales... ¡qué ambientazo!

Ramiro Sancho utiliza las enseñanzas que ha sacado del rugby para su vida y su trabajo: "Con el terreno de juego tan embarrado y el oval en las manos, no le quedaba otra opción que morder el protector bucal y correr hacia delante."

Cierro ya con la recomendación de no perderse este libro por nada del mundo y de seguir la pista al autor para devorar todo lo que escriba... Y cierro con una frase que me ha gustado mucho: "No te metas donde no conoces la salida".


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