jueves, 22 de noviembre de 2018

Konets (César Pérez Gellida)

Cierto: soy gellidista, no lo puedo evitar... Así que pedí que me regalaran este libro por mi cumple. Es el final, el colofón de las dos trilogías y Khimera. Tenía que cerrar y ha sido con esta nueva novela.

Por supuesto, me ha gustado muchísimo. He de decir que me ha dado un poco de miedo... Igual que me pasó con Khimera. El escenario es un poco apocalíptico pero no deja de ser factible, con lo que da más miedo todavía.

Nuestro principal protagonista es Olek Opiekzionek y le vamos a conocer cuando se adolescente y cuando ya es más maduro. Entre tanto, han sucedido los hechos de Khimera...

Olek ha contado toda su vida con un hada madrina, ya que ha sido criado por sus abuelos y no ha conocido ni a su padre ni a su madre. Ese hada madrina es Kusalka, que resulta ser... sí, Erika Lopategui (siento si he hablado de más). "Rusalka es el nombre en clave por el que se conoce a la persona que está dirigiendo un proyecto de investigación multidisciplinario llamado Khimera, que cuenta con el apoyo y financiación del Kremlin". "El fin último de Khimera no es hacer la guerra, sino evitar que las consecuencias de la misma devasten el planeta y borren la civilización tal y como hoy la conocemos". Por eso me da miedo... Si se leen las dos novelas, no es tan descabellado...

En esta novela nos vamos a encontrar con relaciones con la Congregación de los Hombres Puros... (agggggg) y con Augusto Ledesma, que pone carne de gallina solo con leer su nombre.

Eso sí, llega uno a la página 302 y lee: "Hay que joderse" y se ilumina todo un poquillo más... No lo puedo evitar, Ramiro Sancho es mi personaje favorito... En este momento, es Inspector General de la Interpol y tiene dos hijas, Asia y Greta.

Hay muchas cosas muy interesantes, y que dan que pensar mucho: "Si uno siembra toda la huerta con la misma semilla, no puede esperar que la cosecha sea variada".

He aprendido lo que es el síndrome de Harper-Matthews, el mal del murciélago: "El término aludía al hábito consistente en permanecer conectado a las redes durante largas temporadas evitando el contacto con la realidad: como murciélagos colgados en su cueva". No sabía yo que esto tenía nombre...

Podría seguir muchísimo pero no puedo dejar de contar las cuatro verdades: "La existencia es, en sí misma, sufrimiento. El origen del sufrimiento es el anhelo, el apego y la ignorancia. El sufrimiento se extingue eliminando lo que origina y, para ello, hay que seguir los ocho caminos de la nobleza: comprensión, pensamiento, palabra, acción, ocupación, esfuerzo, atención y concentración".

Hay que leerlo, de verdad que sí... Es el colofón a toda una serie fantástica que me ha tenido enganchada completamente. Me ha encantado.

Y cierro con una frase que me ha hecho pensar... "Vivir sin sueños ni ambiciones no es vivir, es sobrevivir".

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