miércoles, 21 de noviembre de 2018

El Cid Campeador - Simplemente Rodrigo (Carlos del Solo)

Mi amigo Paco, que me conoce bien, me regaló este libro por mi cumple. Lo tenía fácil, era éxito seguro... Y, además, venía firmado por el autor, que también me deseaba feliz cumpleaños...¡lo tenía todo!

Es estupendo. Lo he disfrutado muchísimo. Vale, de acuerdo, todos sabemos que al final se muere... La historia del Cid nos la sabemos muy bien. Yo, hasta sabía que lo de doña Elvira y doña Sol era mentira, una invención de El cantar del Mío Cid. Porque realmente sus hijas se llamaban Cristina y María.

Pero el hecho de conocer la historia no hace al libro menos interesante. Es una versión fantástica, vista desde el Rodrigo humano. Me encanta cómo se preocupa en todo momento por su madre que es un personaje olvidado en cualquiera de las otras versiones que yo había leído.

En realidad, es un libro en el que nos damos cuenta de cuáles eran las relaciones y las preocupaciones de un hombre que es leyenda para todos nosotros. Y para todos sus coetáneos... Porque ya era un ídolo cuando vagaba el pobre por la Península, tratando de encontrar señor al que servir, sin querer agraviar a su verdadero señor, al rey de Castilla.

También vemos en el libro cómo estaban las cosas en aquellos momentos. No era nada fácil vivir por la Península, la verdad. No había sitio en el que se pudiera estar tranquilo. Los reyes se iban pegando unos con otros. Unas veces era por causas razonables pero otras, la verdad, era un poquito porque sí, o por sus santas narices (por no decir otra cosa mucho más fea que quedaría fatal aquí)

La historia comienza en 1063 justo antes de que Rodrigo fuera nombrado caballero por Fernando I de León, Castilla, Galicia y Portugal. Rodrigo era muy amigo de Sancho uno de sus hijos y se había criado en la corte con él.

Pero el rey, cuando murió repartió su reino entre sus hijos y la lió... Porque los hermanos se llevaban regular, por decirlo suavemente.

Además, había pequeños reductos musulmanes que rendían tributo a uno u otro rey para que los protegieran. Y también iban cambiando en función de los días, de lo que les ofrecieran, de las rebajillas en lo que tenían que pagar...

Y, claro, también había gente que tenía que trabajar la tierra en medio de todo ese batiburrillo. Ahora lo dejas todo y te vas a la guerra, ahora guerrean por aquí y te destrozan todo, ahora estamos tranquilos pero llega el señor y se lleva nuestras cosas... ¡vaya vida!

Nos cuentan también por qué le llamaban Cid Campeador... Fue Campeador al vencer al adalid navarro en una "tregua de Dios" y fue Cid, gracias a los musulmanes: "Nosotros cuando nos referimos a un señor, ya sea por nobleza o por comportamiento, en nuestra lengua la palabra suena "Cid". Por ello, al menos para mí, cuando os recuerde seréis Don Rodrigo Díaz, el Cid Campeador".

También aparece la famosa frase de Al-Mutamán, rey de Zaragoza: "¡Qué buen vasallo sois! ¡Ay, si tuvierais buen señor!".

Hay  muchos momentos que me han gustado mucho y he conseguido identificarme con Rodrigo en muchos momentos. De verdad que merece la pena dedicar un tiempo a su lectura. Se lee de maravilla, se aprende mucho y da mucha pena llegar al final...

Dejo una reflexión que me ha gustado mucho y que debe hacernos pensar: "Todo tendrá una explicación y, con el tiempo, seguro que la averiguareis. Es posible que el mismo Dios os quiera dar algún tipo de mensaje con todo esto que os está sucediendo o quizás tenga planes para ti".

3 comentarios:

  1. Hola Cris. Soy Carlos del Solo, el autor de "El Cid Campeador. Simplemente Rodrigo". Me alegro de que te haya gustado la novela. Es para mí un honor estar en tu blog :) Solo una peguilla... me apellido "del Solo". (me suele pasar). Un beso y encantado de contactar contigo.

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  2. Por cierto, mi nueva novela "Enrique IV de Castilla. El último rey medieval" creo que te gustará también (hay quienes afirman que les gusta más que la del Cid). Aprovecho para desearte un feliz año nuevo. Un abrazo. Carlos del Solo (carlosdelsolo@yahoo.es)

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    1. Madre mía... No sé por qué no me saltan avisos de los comentarios y acabo de verlo ahora mismo... Voy a cambiar inmediatamente el apellido para que esté bien... Y voy a localizar "Enrique IV de Castilla. El último rey medieval" para leerlo. ¡Qué despiste!

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