domingo, 15 de octubre de 2017

Que te vaya como mereces (Gonzalo Lema)

El título prometía, la verdad. Y además es la novela ganadora de la undécima edición del Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial (del Ayuntamiento de l'Hospitalet).

Bien... en la ficha del libro, nos dicen: "Un relato de denuncia que supone una crítica brutal a los estamentos de poder bolivianos, a los bancos arruinados, a la corrupción política, protagonizada por un personaje que dejará huella en el lector y le recordará al mejor Philip Marlowe de Chandler"
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El personaje al que se refiere es Santiago Blanco, de 56 años, que fue policía, después indigente y terminó siendo el portero de un edificio. No puedo negar que el personaje me cae bien, eso es cierto. Pero, de verdad, no me ha recordado para nada a Philip Marlowe, para nada... Ni a Sam Spade, por si alguien se lo pudiera estar preguntando...

A mí me encanta la novela negra pero esta se me ha hecho muy difícil de leer. Cierto es que no conozco nada de la vida en Bolivia... nada de nada. Se desarrolla en Cochabamba y cuando habla de La Paz no me pierdo, pero nada más. Sí, de acuerdo, escucho las noticias... pero eso no vale como conocimiento de un país.

Me ha costado mucho leerla porque creo que me ha parecido más sórdida y decadente de lo que pretendía el autor, que no era poco... No he conseguido llegar hasta el fondo de las situaciones... Todo está rodeado de violencia y corrupción pero ya no sé si con ánimo de denuncia o solo como descripción de una situación cotidiana...

Los personajes son interesantes pero tampoco sé cómo ubicarlos en muchos momentos.

La situación que nos plantea la novela es que desaparece el cadáver de Pedro Quiñones, hijo de Abrelatas un antiguo delincuente, conocido de Santiago Blanco, que ahora es camarero en un restaurante. Me encanta lo que le dice la policía cuando va a buscar el cadáver y no está: "Solo queda el quemado. No tenemos constancia de otro cadáver en nuestros archivos. Si quiere se lo lleva para no llorar al vacío y listo".

A partir de ahí, se supone que tiene que buscar el cuerpo, pero yo me he despistado. Puede ser culpa mía, seguro, pero no he conseguido saber muy bien qué va pasando. Solo que Lindomar Preciado, antiguo compañero de Santiago, le ayuda a buscarlo... No sé más.

Muy divertida la casa en la que vive Santiago, con unos personajes especialísimos como vecinos (y como cualquier cosa, claro). Entre ellos está Liliana Wenninger, la querida del dueño del edificio, que resulta ser una viuda negra... La mejor, sin duda, Margarita, la farmacéutica del local de la planta baja. Es el único personaje cándido, bueno y sincero de todos los que aparecen.

También está Gladis, la novia de Santiago, ex-prostituta que tiene un quiosco y quiere que Santiago se vaya con ella, cambie de vida y forme una familia con su hijo y su nieto.

Poco más, de verdad que no he sido capaz de entrar en la novela ni hacer que la novela entrara en mí. Así que, me ha costado leerla y se me ha hecho muy larga aunque no lo es en absoluto.  Me da mucha pena, pero no puedo recomendar que se lea

Eso sí, como hay muchas cosas que no entendía porque es un castellano muy "boliviano", he aprendido que la lawa es un guiso de cordero; la llajua, una salsa picante; la yapa, una parte que el vendedor da al comprador gratis... Un montón de cosas. Y se me han quedado cosas en el tintero, porque esto lo he encontrado buscando en la red, pero ha habido cosas que no he sabido encontrar.

Cierro con una frase muy gráfica de la situación en la que se encuentra Santiago en un momento determinado y que me ha hecho pensar que a mí también me ha pasado algunas veces: "Sus pensamientos rebotaban en la cabeza y no volvían a su lugar"

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