domingo, 12 de abril de 2020

El olor de los días felices (Marta García Pons)

Otro más que elegí por el título.... Está bien, pero esperaba algo más, la verdad. Me ha gustado, sí, lo he disfrutado, pero... no sé, quizá no era lo que yo quería leer en este momento.

Conocemos la historia de Anna Expósito, que vive en la Casa de la Misericordia en Barcelona: "Alguien la había depositado allí cuando tan solo tenía unos días de vida y había girado la rueda" (la rueda del torno, claro...)

Sor Julia es la hermana que más la ha cuidado durante su vida en el orfanato y es la que le busca un trabajo como dependienta en la una perfumería... Nos encontramos en los "felices años 20" con todo lo que eso conlleva. Una década de extravagancias, de diversión, de más libertad de la mujer... y Anna comienza a vivirlo desde fuera del orfanato, compartiendo piso con dos amigas.

La perfumería le abre los ojos en relación con el arte de vender y comprar, algo que marcará su vida posterior. Pero un problema hace que tenga que dejarlo y empezar a trabajar como criada en una casa que, afortunadamente para ella, es la de un publicista.

Eso sí que marcará su vida, ya que será de las primeras mujeres publicistas.

Paralelamente, Anna descubre una fotografía de una mujer a la que se parece muchísimo. Y eso hace que empiece una búsqueda de su madre para saber por qué la abandonó.

Por supuesto, no es una tarea sencilla y se irá encontrando con algunas personas que no quieren saber nada más del tema y tendrá que ir moviéndose hasta aterrizar, sorprendentemente, en Filipinas. Y allí se irá con Manuel, un vecino de la primera casa en la que estuvo viviendo y que es un personaje estupendísimo, de los mejores de la novela

He aprendido unas cosas curiosísimas, como que "el jarabe para el dolor de dientes para niños lleva morfina, alcohol y cannabis" ¡vaya coktail! Es como cuando mojaban el chupete de los peques en coñac para que se durmieran... ¡pues claro que se dormían, nos ha fastidiado!

Y otra cosa que he aprendido... los 6 pasos para convencer a un cliente, de Rafael Bori: "despertar su atención, retenerla, estimular el interés, inspirar simpatía, crear el deseo y conseguir que llegue a consumarse la compra". Cuando uno lo lee se da cuenta de que es una gran verdad, pero ahora, en la era del comercio por internet, se nos ha perdido un poco eso de "inspirar simpatía", que a mí siempre me ha gustado mucho.

Cierro ya, que me entretengo mucho. Y cierro con una frase muy interesante: "Labor omnia vincit" (el trabajo todo lo vence)

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