lunes, 31 de diciembre de 2018

La importancia de las cosas (Marta Rivera de la Cruz)

Me encanta esta autora desde hace muchísimo tiempo, desde que la escuchaba en la radio, en una tertulia literaria. Y he leído muchas cosas suyas. EMario ste libro se lo regalé a mi madre porque pensé que le gustaría y, claro, porque sabía que me lo dejaría (je, je)

Y, efectivamente, mi madre me lo ha prestado y, efectivamente, me ha encantado. Lo he pasado muy bien leyéndolo. Es una historia muy bonita y, además, es un libro de los que yo llamo tranquilos y relajantes. ¿Qué más se puede pedir?

Nuestro prota es Mario Menkell, profesor de Creación Literaria en la universidad privada Luis de Camoens. Tiene 47 años y ya hace mucho publicó un único libro, Lo que me contó Bernard M., que fue un enorme éxito. Pero nunca más ha vuelto a escribir.

Su tía le dejó un piso en Chueca que tiene alquilado a Fernando Montalvo. Por estas cosas de la vida, el inquilino decide suicidarse... Y Mario se ve con el piso vacío. Bueno, vacío, no, más bien lleno de las cosas de Fernando Montavo. "Sr. Menkell, Fernando Montalvo era coleccionista. Coleccionista de cosas. Todo le interesaba y a todo le sacaba partido. Se entretenía así, buscando nuevas piezas y llenando la casa de chismes raros".

También nos encontramos a otra profesora, Beatriz Millares, profesora de Historia e Historia del Cine. Ha dejado a su marido y se instala en el apartamento de Mario.

Así empieza la búsqueda de la historia de Fernando Montalvo. Hay muchas cosas a su alrededor... ¿Quién es? ¿Por qué querría un hombre "anodino" como Mario empezar a buscar? ¿Quién le empuja a hacerlo? No voy a responder a nada para que todo el mundo lo lea. Pero es una historia muy interesante que nos lleva a conocer mejor a estos personajes y a otros que van apareciendo a lo largo de la novela.

No podemos dejarnos a Claudio Saldaña, el rector de la universidad. ¡Vaya elemento! Es para no perdérselo... Porque, además, la universidad es muy interesante, desde sus inicios hasta el momento en el que tiene lugar la novela. No hay más que ver lo que piensa Beatriz Miralles: "Sí, cuando estudiaba en Berkeley, Beatriz estaba convencida de que le esperaban trabajos más estimulantes que la docencia en una universidad privada hecha para regurgitar al mundo a un montón de indocumentados después de proporcionarles una leve pátina cultural, pero qué le iba a hacer".

La autora pasa muy suavemente por el problema del maltrato doméstico, pero me ha gustado mucho, "Me dio una bofetada, y nadie tiene la culpa de llevarse la primera, pero hay que hacer las cosas de forma que sea la última". Es algo que yo siempre he dicho, que yo creo que me pueden dar una vez, pero que no me darían una segunda. Y me pregunto que puede llevar a una mujer a mantener una relación con la persona que le ha dado la primera. Seguro que hay mucho en el fondo y que hay que analizar cada caso en concreto.

Ah, otra cosa que me ha gustado de Beatriz es que utiliza la colonia Cristalle de Chanel... ¡con lo que me gusta a mí! Es una de mis favoritas.

Me entretengo, lo sé, como siempre. Así que voy a cerrar ya, siendo consciente de que no he contado nada de la búsqueda de la vida de Fernando Montalvo, pero así hay más personajes a los que conocer.

Y cierro con una reflexión de Mario Menkell: "Mire, Sr. Hauptf, uno nunca sabe lo que está bien ni lo que está mal... hacemos las cosas como buenamente podemos y que sea lo que Dios quiera, como decimos los españoles".


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