jueves, 9 de abril de 2015

La niebla y la doncella (Lorenzo Silva)

Parece mentira que haga más de un mes que no escribo ninguna reseña, y no es porque no haya leído, no... Tengo el ordenador de casa siempre ocupado y, cuando está libre, siempre tengo otras cosas que hacer...

Pero bueno, vamos a pasar al libro que he leído hace ya un montón.

Por supuesto, este no es el primero que leo del sargento Bevilacqua y Chamorro. Ya he comentado alguno más. Pero es que de verdad, me encantan. Él me parece un hombre verdaderamente fascinante. No es superman, desde luego, pero tiene algo muy especial.. Quizá sea el cinismo, por lo menos el fingido porque es un hombre realista, honrado, bueno, sensato.. en fin que tiene un poco de todo...

En este caso se desplazan a Canarias y he descubierto que La isla bonita de Madona, es la isla de La Palma. Por lo visto, estuvo allí y le encantó... Tendré que ir... Es cierto que todo el mundo dice que es la más bonita de las islas.

Esta novela es muy curiosa porque implica mucho personalmente a los personajes, tanto a los de siempre como a los que aparecen para ayudarles. No puedo contar qué pasa, pero sí que los personajes se involucran mucho.

En definitiva, se trata de saber qué pasó con un chavalito de la isla que era reconocido como guaperas, malcriado y de buena posición. Esto le lleva a relacionarse con droga y con gente poco recomendable  pero aparece muerto, se inculpa al padre de una novieta y, sin muchas pruebas, se da por zanjado el tema con el hombre en la cárcel.

Por supuesto, aquí llegan nuestros chicos para ver qué ha pasado de verdad. Y eso nos lleva a muchas cosas más...

Una de las cosas que me gustan de Vila es su afición. Hay que reconocer que el autor ha elegido algo realmente interesante: "Cada uno enfrenta como puede sus fantasmas. Yo hago soldados de plomo de ejércitos derrotados. Me relaja, porque exige atención y destreza manual, lo que ayuda a desconectar las zonas nocivas del cerebro." Estoy segura de que por eso mismo coloreo yo mandalas cuando tengo un poco de tiempo (lo que no es muy habitual, la verdad). Es una forma como otra cualquiera de desconectar...

Vila estudió Psicología, cosa que yo respeto profundamente (él, a veces, parece que no...). Pero es verdad que es una de esas profesiones que da lugar a mucho charlatán. El propio Vila dice en un momento dado: "Para eso sirve la jerga precisamente. Para que le pagues al psicólogo cuando te cuenta sus patrañas. Si lo entendieras, no creerías que hay necesidad de pagarle. Dirías: eso ya se me ocurre a mí". ¡Qué gran verdad! Todos, en mayor o menos medida somos capaces de emplear nuestra jerga profesional para impresionar al vecino y hacerle creer que lo que contamos es mucho más interesante e importante de lo que es en realidad.

El sargento está separado y tiene un hijo. Trata de estar con su hijo todo lo que puede y hacer de él un chaval sensato y con criterio. "El caso es que todos los padres creen que hacen lo mejor y todos acaban culpándose de los contratiempos que tengan los hijos. No se puede evitar". Iba a decir que sobre esto se puede escribir un libro pero estoy segura de que ya se ha escrito, y seguro que no solo uno... Todos los que tenemos hijos habremos sonreído al leerlo porque nos ha pasado todas las veces que los chicos tienen cualquier problemilla, desde la primera tos cuando tienen un mes, hasta cualquier suspenso cuando pasan a secundaria (y no pongo más ejemplos porque mis hijos aún están en secundaria, claro...). Y, además, cuando no se tienen hijos, todo el mundo opina sobre lo que hay que hacer... Cómo cambia todo en cuanto nacen...

Este libro, más que la historia, que es muy entretenida y me ha encantado, me ha aportado muchas cosas interesantes para reflexionar. Podría escribir una reseña larguísima pero no quiero alargarme mucho más, así que voy a cerrar con un parrafillo que nos puede dar que pensar: "No tengo muchas certezas, pero hay algo que mientras me alcancen las fuerzas trataré de honrar siempre: la lealtad a quien soporta contigo, codo con codo, el barro y el polvo de la misma trinchera. Aunque uno no termina de saber si es justa o verdadera la causa por la que lucha, lo que está fuera de cuestión es la indignidad de quien da la espalda al que tiene a su lado."

No hay comentarios:

Publicar un comentario