martes, 4 de agosto de 2020

El mal de Corcira (Lorenzo Silva)

Nueva entrega de Bevilacqua y Chamorro... Esto sí que había que leerlo cuanto antes. Y, como siempre, una auténtica delicia, no solo por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta (que tan difícil es una cosa como la otra.

Me llega esta novela en el momento en que Bevilacqua tiene la misma edad que yo, 54 añazos (o añitos, según se mire) con una vida mil veces más trabajada que yo y con muchas más cosas que contar.

En esta novela lo que nos encontramos es: "Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado en una solitaria playa de Formentera" y resulta que es un ciudadano vasco que en su momento fue condenado por colaboración con ETA.

A raíz de esto, tenemos dos tramas paralelas: por un lado, la búsqueda del asesino del hombre que aparece muerto y por otro, los primeros años de Vila en el País Vasco en el cuartel de Intxaurrondo.

Los personajes son casi todos conocidos para los que somos seguidores de Vila y Chamorro: el cabo Arnau, la brigada Virginia Chamorro, , la guardia Lucía, la cabo primero Inés Salgado y, por supuesto, el teniente general del mando de operaciones, Pereira, con quine sirvió Vila en su época de lucha contra ETA.

Entre otras muchas cosas, aquí vamos a descubrir a Tucídides de quien yo no he leído nada (aunque puede que me lo plantee). Él es el primero que habla de la guerra civil de Corcira (que hoy es Corfú): "La muerte se presentó en todas sus formas y no hubo exceso que no se cometiera". Y también da las tres razones por las que se declaran las guerras: honor (que se podría sustituir por orgullo), miedo e interés. "Lo que importa es entender que tanto el interés como el miedo y el orgullo pueden hacer un asesino y un guerrero de cualquiera, si concurren en la medida suficiente",

No quiero contar nada de la novela pero hay que leerla porque tiene tantas cosas que hacen reflexionar...

En un momento dado habla del padre de Chamorro, militar retirado: "...pertenecía a una generación que no tenía entre sus hábitos el de buscar excusas para esquivar el sacrificio". Yo no sé si a la mía le pasa eso o ya no tanto. Me gustaría pensar que sí... pero a la de mis hijos... uffffffffffff.... ¿Sacrificio? ¡Qué curiosa palabreja!

Otra reflexión muy interesante: "En el país sonde vivo la pena de muerte está felizmente desterrada, y nadie, por dura y amarga que sea su suerte, tiene derecho a aplicársela a otro".

Ah, y me ha encantado su idea de los gatos. Chamorro habla en un momento de comprar un gato y Vila le dice: "No se dice comprar, sino adoptar: él a ti". Nosotros adoptamos una gatita hace dos meses y, efectivamente, ya nos ha adoptado ella a los cuatro.

Vuelve a aparecer Sun Tzu en este libro... El arte de la guerra... hay que ver la de citas que habrá proporcionado este libro. Pero esta es buena, buena de verdad: "Haz por conocer al enemigo mejor que él a ti"

Como siempre, podría decir muchas más cosas, pero voy a cerrar ya, con una frase que me ha gustado mucho y que luego he visto que se incluye en muchas de las críticas del libro: "¿En qué medida nos conforma aquello contra lo que luchamos?"

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