sábado, 31 de agosto de 2019

La Biblia perdida (Igor Bergler)

Como siempre, llega el verano y leo mucho pero escribo poco... ¡cosas que pasan!

Elegí este porque pensé que sería una especie de thriller eclesiástico, que me gustan un montón. No es exactamente eso, pero prometía mucho.

Y, ¿qué me ha parecido? Tengo sentimientos encontrados.... la trama me ha parecido demasiado enrevesada y con un final un poco "cogido por lo pelos". Pero, el resto, es espectacular... unas lecciones de historia increíbles, con unas anécdotas muy divertidas y muy interesantes. He aprendido muchísimo aunque la trama en sí no me ha parecido espectacular.

Los personajes son muy interesantes, la verdad, pero se podría haber sacado un poquillo más de ellos.

Para ponernos en situación, Charles Baker, el prota es "una especie de Sherlock Holmes de la cultura", además es el mayor experto en vampiros y en crear leyendas y en hacer funcionar la propaganda (que me ha llamado mucho la atención). Había sido "...jefe de las campañas electorales de seis senadores y un presidente de Estados Unidos (las había ganado todas)".

Nuestro prota se traslada a Sighisoara en Transilvania para dar unas conferencias, como excusa para tratar de encontrar una espada y, si es posible, a su abuelo, que había desaparecido mientras la buscaba. Durante la conferencia, le va a buscar la policía porque están apareciendo cadáveres con su tarjeta de visita encima... Ya ahí empieza todo.

Como decía antes, la trama ne ha dejado un poco fría porque esperaba mucho, pero he aprendido muchas cosas.

Nos da una buena lección sobre Vlad Tepes y las cosas que tenía, la criatura. Al parecer, era un hombre muy culto pero luego metió a los mendigos, ladrones, inválidos en un granero y los quemó vivos, con el pretexto de que les iba a dar de comer... ¡ahí estamos! Y, vaya... le llamaban "el empalador!, ahí lo dejo... Pero es una personaje que no deja de llamarme muchísimo la atención.

Al hablar de Vlad Tepes, habla, por supuesto, de los vampiros. Ya sabemos que las cosas que más "les gustan" son la cruz, la estaca, el espejo y el ajo. Yo sé que no pueden entrar en una casa si no son invitados, pero no sabía que no podían salir de la tumba si encima hay un rosal plantado. ¡Bueno es saberlo!

Tengo que contar de dónde viene la expresión "sentado en el trono": "Los reyes tenían un trono especial con un agujero, bajo el cual había una bandeja que encajaba en una especie de cajón. Hacían sus necesidades allí, y se levantaban solo para que los limpiasen los sirvientes a la vista de todos. Después paseaban la bandeja, todavía humeante, bajo las nobles narices de los condes, de los marqueses y de las damas que los acompañaban". Una tradición muy bonita...

Hay otra cosa que me ha llamado la atención: "La falta de soledad es el enemigo más temido del pensamiento libre". No lo había pensado nunca así, pero es cierto que, si siempre estamos rodeados de gente, poco podemos pensar por nosotros mismos. Y las redes sociales son una forma muy clara de estar siempre "rodeados". Da un poco de miedito, la verdad.

Podría seguir contando cosas que me han llamado la atención, como la reflexión sobre el bien y el mal: "Somos conscientes de las cosas buenas del mundo y de la vida solo porque tenemos el mal con el que compararlas".

Sin embargo, no creo que sea un libro para recomendar. Es muy largo y se hace un poco largo, las dos cosas.

Sí que quiero dejar una reflexión final, como siempre: "Perseverar es diabólico si te empecinas en una tontería"

Otro personaje histórico increíble es el emperador Rodolfo. Un hombre fascinante, él y su gabinete de cositas increíbles. Bueno, tenía migajas de la arcilla con la que Dios moldeó a Adán, ¡no digo más!. Además, tenía un león y Tycho Brahe le había dicho que era como su alma gemela. Un día el león, la criatura, se murió y el emperador se negó a comer, beber o tomar medicación y... se murió a los 3 días.

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