domingo, 4 de agosto de 2019

Largo pétalo de mar (Isabel Allende)

Otro de los libros que tuve que comprar en la Feria del Libro...

Isabel Allende me encanta, siempre me ha gustado muchísimo. Pero siempre que leo algo suyo me deprimo una barbaridad: la ilusión de mi vida es escribir un libro y, después de leer cualquier cosa de esta autora, me doy cuenta que nunca podré hacerlo...

Lo primero es decir que el título es el nombre que le dio Neruda a Chile... Neruda, mi poeta favorito, que aparece bastante en este libro, lo que le da un atractivo adicional, claro.

Es una historia estupenda, la historia de Víctor Dalmau y Roser Bruguera, que salen de España exiliados tras la Guerra Civil. Se asientan con mucho esfuerzo en Chile y entonces aparece Pinochet... y tienen que volver a salir de su hogar, con todos los problemas que eso supone.

Se marchan a Venezuela, donde: "Cualquier disculpa era buena para celebrar con música, baile y alcohol, el dinero parecía correr a raudales, la corrupción alcanzaba para todos". Me ha llamado muchísimo la atención... ¡qué diferencia con la situación actual!

Este libro hay que leerlo: la historia es maravillosa, los personajes son increíbles y está escrito deliciosamente bien... ¿qué más se puede pedir?

Y hace pensar mucho... ¿por qué las diferencias de pensamiento pueden llegar a desencadenar una guerra? En política, en religión... ¿es necesario? ¿Tan primitivos y animales podemos llegar a ser? Está claro que sí, por supuesto, pero me da muchísima pena... Y me reafirma en mi convicción de que la mayoría lo que quiere es dominar a los demás: ningún político quiere trabajar por los ciudadanos. Todos pretender dominar y acoplarse en el puesto de poder: si puede ser pacíficamente, mejor y, si no, pues como sea... Lo importante es dominar y estar por encima de los demás.

Al principio de la novela, cuando conocemos a nuestros protagonistas, nos hablan de la "quinta del biberón"... ¡qué horror!: "la leva de niños reclutados cuando ya no quedaban hombres jóvenes ni viejos para la guerra". El hermano mayor de mi suegro (que es el pequeño de 6 hermanos y ya tiene 88 años) formó parte de esos chavales... Y murió enseguida... Y mi suegro cuenta que su madre nunca volvió a ser la misma, con lo que eso supuso para su familia. De las cosas que más le marcaron es que en su casa nunca se volvió a celebrar la Navidad... No volvió a tener una cena de Nochebuena hasta que ya era novio de mi suegra y fue a cenar con su familia...

Roser nos explica una cosa que, por sabida, no es menos interesante: "La ley natural del universo es la entropía, todo tiende al desorden, a romperse, a disiparse, la gente se pierde, miren cuántos se perdieron en la Retirada, los sentimientos se destiñen y el olvido se desliza en la vida como neblina". Es una manera maravillosa de contarlo... Yo soy más prosaica y lo veo demostrado día a día en la habitación de mis hijos.

Voy a cerrar con una frase maravillosa, una frase que destila todo el amor que un hombre puede sentir por una mujer, una autentica declaración: "Con ella había vivido todo lo que valía le pena vivirse"

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