lunes, 9 de julio de 2018

La señora Osmond (John Banville)

La verdad es que ver que el autor era John Banville y decidir leer el libro, ha sido todo uno. Le conocí como Benjamin Black y me gustó muchísimo. Y luego he leído más cosas como John Banville y también me ha convencido.

Dicen, dicen, que es un futuro Premio Nobel de Literatura... Por lo visto, después de recibir el Premio Cervantes en 2014 su posición se ha afianzado. No sé, después de lo que tenemos que ver del Nobel, ya no sé si es bueno que se lo concedan o no.

En esta novela el autor se disfraza de Henry James para hacer algo similar al Retrato de una dama. He de decir que Henry James no es mi autor de cabecera y que este libro en concreto no lo he leído pero sí es verdad que John Banville nos retrotrae al siglo XVII de James.

La prota de nuestra novela es Isabel Osmond, una chica casada que acaba de descubrir que su marido la ha estado traicionando desde siempre sin que ella se percatara lo más mínimo. Su esposo Gilbert Osmond tiene una hija de un matrimonio anterior pero la cosa no está muy clara, estando por allí Serena Merle, una amiga íntima del Sr. Osmond desde siempre... ¡no digo más!

El personaje más interesante, para mí, es Staines, la doncella de Isabel. Es absolutamente maravillosa: de las que hace y deshace y sabe mejor que su señora qué es lo que quiere y lo que necesita. Claro, por supuesto, se toma demasiadas confianzas muchas veces... "... un silencio distante y discreto era a menudo la respuesta más eficaz a las provocadoras insinuaciones de su doncella".

Es una novela sobre celos, sumisión, deslealtad, traición, dinero... y sobre tristeza, dolor, incomprensión... Y también valor y decisión.

Me ha llamado mucho la atención cómo se siente Isabel: "Sentía en su interior el apocamiento del pecador, pero no podía identificar el pecado". Muy duro... se siente como si hubiera hecho algo malo, pero no sabe qué. Eso puede que nos haya pasado a todos en algún momento concreto pero un sentimiento permanente así, debe de carcomer por dentro...

Y hay otra frase más dura aún: "A veces creía ser parte de un cortejo fúnebre, y estar en el coche fúnebre...no, creía ser el coche fúnebre y llevar en su interior algo pequeño y difunto, el frío y minúsculo cadáver de su propio corazón, su propio ser, su propia vida".

Es una novela que merece la pena leer. El tema muy interesante y está tan bien escrito, que uno disfruta del lenguaje desde el principio hasta el final, con unos personajes con los que uno cree que podría mantener una conversación sin problema.

Cierro con un pensamiento que me ha parecido muy interesante: Cada hornada que entra en la edad adulta cree estar disfrutando, o soportando, vivencias, descubrimientos y dificultades nuevas, singulares y exclusivas de ellos y de sus coetáneos".

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