domingo, 4 de diciembre de 2016

El último paciente del doctor Wilson (Reyes Calderón)

Me parece mentira que no haya sido capaz de escribir una sola reseña en todo el mes de noviembre... Se van complicando las cosas, que si esto, que si lo otro... Pero ya estoy aquí de nuevo.

Y este es un libro muy interesante y muy, pero que muy sorprendente.

A los protas principales les tenemos ya calados, la jueza McHor e Iturri. Ya con eso sabemos que el éxito es más que seguro.

Pero lo más curioso es el tema central. Todo gira en torno a la maldad. Según el propio libro "Maldad absoluta es un imposible metafísico" pero... las cosas que hay por el mundo. "En alguien absolutamente malo no cabe ni una pizca de bondad. Un ser así no puede existir porque terminaría destruyéndose a sí mismo, ya que la misma vida es, en sí misma, un bien."14

Vamos a ponernos en situación. La novela empieza presentándonos la posibilidad de realizar cacerías en las que las presas... ¡son personas! A mí me ha costado mucho pensar que pudiera ser verdad pero debe de ser que me muevo en un entorno amable en el que estas cosas no existen porque los mortales más comunes tenemos que centrarnos en cosas más mundanas, como luchar por nuestro trabajo, nuestras familias, nuestros amigos... como seguir haciendo que el amor sea más fuerte que cualquier otro sentimiento... En fin, cositas tontas que nos impiden pensar en otras barbaridades.

La cuestión es que aparece un tal Rodrigo que pretende demostrar que se puede matar varias veces, sin que nadie sea capaz de localizarte (crímenes perfectos) y sin que te afecte y te convierta en un monstruo... Y para ello, habla con el Dr. Wilson para que sea él el que lo ponga negro sobre blanco y quede para la posteridad. "Soy mi propio experimento: un hombre sano, fuerte y templado, ajeno al dominio del mal, libre de enfermedades mentales, que se ofrece en holocausto para probar en sí mismo la más arriesgada de las conjeturas, la hipótesis de que se puede matar con serenidad, con determinación, estando cuerdo."

Es un libro que me ha encogido el corazón en algunos momentos, la verdad... Me cuesta pensar que haya gente que pueda ser así... Pero también he aprendido muchas cosas, como la tríada del homicida: "La inmensa mayoría de los asesinos en serie presentan al menos dos de estos tres elementos: eneuresis, piromanía y crueldad con los animales en la infancia" Uffff... me he quedado un poco más tranquila porque mis hijos no presentan ninguno... (es broma, solo para frivolizar un poco el tema)

Ah, y me ha encantado que apareciera en la novela, así... de pasada... solo un momentillo, Fermín Chocarro, uno de mis personajes literarios favoritos, que aparece en otra novela de la autora y es un súper matemático que se queda como fraile en el monasterio de Leire... ¡qué alegría me he llevado!

Y tengo que dejar una reflexión de Lola McHor que podría haber hecho yo misma y que, por eso, me ha tocado tanto la fibra sensible: "Siento serie envidia de aquellos afortunados que pueden decir, con verdad, que dominan alguna suerte de arte o saber, alguna ciencia o una parte de ella." Yo me siento así... me encantaría saber de verdad de algo... Cuando me pongo a reflexionar, me doy cuenta de que no sé nada de nada... ¡una pena!... Yo, que soñaba de pequeña con llegar a recibir un Premio Nobel...

También aparece Jaime, por supuesto, el marido de Lola McHor. Y es otro personaje que me encanta... "Él no cree en las mentiras piadosas. Sostiene que son como los escorpiones: acaban dándose la vuelta y picándote".

Termino ya, que me estoy alargando muchísimo... Y termino con una frase que le dicen a la jueza y que llena de optimismo la novela, a pesar de ser un tema tan sombrío: "La vida es una maravilla, Lola, aunque a veces llueva."

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