sábado, 8 de noviembre de 2014

La comunera de Castilla (María Teresa Álvarez)

Creo que ya he comentado alguna otra vez que he hecho una colección de Círculo de Lectores que tiene como protagonistas a mujeres. Aún no he leído todas las novelas pero esta, aun siendo la última, la he tenido que leer ahora porque su autora me encanta. He leído muchas cosas suyas y siempre me ha parecido estupenda. A mí me abre los ojos a muchas partes de la historia que no se estudian en los libros del cole.

Y este es uno de los casos. La novela narra la vida de María Pacheco, esposa de Juan de Padilla.  Sí, ese, el de Padilla, Bravo y Maldonado que, además de tres calles del centro de Madrid, son lo que estudiábamos como los tres comuneros.

He aprendido muchas cosas porque, además, leer este libro me ha hecho investigar un poco en la vida de esta mujer. En el libro nos dicen que era hija de Don Íñigo López de Mendoza, segundo con de Tendilla y primer marqués de Mendoza, y de Francisca Pacheco, hija del marqués de Villena, duque de Escalona. en el libro aparece mucho Diego Hurtado de Mendoza, uno de sus ocho hermanos, con el que se llevaba muy bien.

Y aquí surge una de mis dudas... ¿por qué ella se llama Pacheco, como su madre y no Mendoza, como su hermano? Curioso, curioso... He averiguado que adoptó el apellido de su madre para diferenciarse de dos de sus hermanas... ¡que también se llamaban María! ¡¡Increíble!! Será que no hay nombres estupendos en el mundo... Vamos, que eran ocho hermanos, que son bastantes, pero a mí, sin pensar, me salen más de ocho nombres que me gustan para ponerles a mis hijos...

Es fin, esto es anecdótico... La cuestión es que el libro nos revela a una mujer adelantada a su tiempo, culta, fuerte, valiente, enfadada porque le eligen al marido... Al final parece que se enamoró de su marido y fue muy feliz con él, al menos eso nos dice la autora, pero no le gustó nada que su padre decidiera con quién se tenía que casar (lo que hacían todos los padres en aquel tiempo, por otro lado, claro).

Su vida no fue muy fácil. Nació en Granada y se tuvo que ir a Toledo cuando se casó. Tuvo un hijo, Pedro, al que tuvo que mandar con unos tíos cuando las cosas se pusieron feas en Toledo tras el levantamiento de las Comunidades. Y la mala suerte quiso que el crío enfermara de peste y muriera con solo 8 añitos... Lo peor, ella no pudo estar con él... Su marido también murió, como todos sabemos y ella fue exiliada a Oporto, donde se desarrolla la novela.

La novela nos enseña la importancia del honor y de la amistad. Además de María, una de las protagonistas es Morayma, una amiga de su infancia en Granada que finge haberse convertido pero que sigue siendo musulmana. Es una mujer muy culta, muy bella y está enamorada de Diego, con el que sabe que nunca se podrá casar. Dice cosas muy interesantes a lo largo del libro pero me ha llamado la atención: "Es duro comprobar que lo más importante para la mayoría de personas en nuestro mundo sea el dinero". ¡Qué poquito cambian los cuentos...!

Uno de los que traicionaros a los comuneros fue un tal Pedro Laso de la Vega y me llamó mucho la atención porque: "Pedro Laso de la Vega, el traidor, sí ha sido perdonado. Desde hace años está integrado en la corte castellana. Dicen que fue su hermano Gracilaso quien lo consiguió del emperador, a quien sirve desde su llegada a Castilla".

Y otra cosa muy curiosa sobre Francisco Maldonado que nos demuestra que la justicia es pero no es... "El condenado era su primo, Pedro Maldonado, pero como era sobrino del conde de Benavente y este se opuso a la ejecución de su pariente, pues los justos a imparciales jueves, muy disciplinados, decidieron hacer méritos ante la nobleza".

Un libro de verdad muy interesante. Y unos personajes muy entrañables. No he contado nada de Zahía la chiquilla que se encargó de cuidar de maría desde que nació y que la acompañó al exilio... Es encantadora.

Tampoco he dicho nada de Felipa, la chavalita portuguesa que mendigaba y cambió de vida por conocer a María y Morayma... Hay que leerlo para conocerlas bien.

Voy a terminar con una frase del suegro de María que todos deberíamos tener en cuenta: "el cariño de la gente, María, es mudable, igual te adoran hoy que te aborrecen mañana".


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