lunes, 10 de noviembre de 2014

Doce momentos en la vida de toda mujer (Joan D. Chittister)

Si yo fuera el agente especial Dale Cooper en Twin Peaks, cogería la grabadora y diría algo así como: "Diane, recuérdame que lea de nuevo el libro de Rut".

Bromas aparte, me ha dejado este libro una amiga de mi grupo Galilea (qué chulo el nombre que le hemos puesto...) porque a todas las que lo han leído les ha encantado y... ¡no lo podía dejar pasar!

Es un libro muy cortito pero no tiene desperdicio, se mire por donde se mire y sí, como diría el agente Cooper, hay que volver a leer el libro de Rut. De hecho, yo lo he leído nada más acabarme el libro para tener una visión de conjunto. La verdad es que el libro de Rut es cortito y se lee muy bien pero ahora lo he leído con otros ojos.

El libro de Rut a mí me gustaba desde siempre. Por alguna razón, a las monjas de mi cole les gustaba que lo leyéramos y recuerdo la imagen de Rut espigando en la Biblia para niños que leíamos en cuando éramos pequeñas.

Eso sí, a mí jamás se me habría ocurrido desgranarlo como lo hace la autora de este libro. Lo va analizando paso a paso, viendo en cada momento cómo la mujer es en sí misma sin depender del hombre y cómo Dios no ha querido hacerla esclava.

En ese sentido, no me sorprende en absoluto porque es algo que yo tengo muy claro. Yo nunca me he sentido feminista de las de "Nosotras parimos, nosotras decidimos" porque siempre he pensado que ser mujer es mucho más que eso. Y me ha gustado cómo lo expresa la autora del libro: "Todas debemos descubrir que ser mujer es mucho más que ser femenina. Ser mujer es ser capaz de pensar con l corazón, mirar de forma diferente. Ser mujer es llevar dentro de nostras el futuro del mundo y lo mejor de la tradición. Es tomar la vida con nuestras manos y formar y modelar un mundo desde la ética del cariño".

Es absolutamente cierto que la mujer sigue estando considerada pro debajo del hombre, pero no es menos cierto que, poco a poco, alguna cosita se va consiguiendo gracias a grandes cosas de unas pocas y a pequeñas cosas de otras muchas. Todas vamos consiguiendo día a día que el mundo se dé cuenta de la importancia de la mujer al margen de su capacidad para procrear: "La mujer no es una sombra del hombre. Es una creación de Dios única y específica, que ha sido colmada de dones por Dios para que vaya repartiéndolos"

Posiblemente, este libro sea especialmente para mujeres, pero puede que muchos hombres consiguieran ver algunos aspectos interesantes si lo leyeran con atención. Menos mal, porque yo siempre he estado en contra de las cosas que son solo para mujeres o solo para hombres: estoy convencida de que eso nos hace más difícil seguir luchando por llegar al nivel de los hombres en la sociedad...

Este libro solo tiene un problema y es que no vale con leerlo solo una vez. La primera vez que se lee es una toma de contacto pero creo que hay que tenerlo en la estantería para cogerlo de vez en cuando y echarle un vistacillo para recapacitar y no desviarnos de nuestro camino como mujeres instrumentos de Dios en el mundo.

Me podría alargar mucho, pero creo que no debo hacerlo. De hecho, tengo las notas de este libro delante y me estoy dejando muchísimas cosas pero las guardaré para pensarlo un poco más. Eso sí, quiero acabar con una frase que me ha gustado mucho y con la que estoy plenamente de acuerdo: "Al igual que solo si el hombre y la mujer trabajan juntos pueden hacer que se cumpla la voluntad de Dios hoy y aquí; al igual que solo el hombre y la mujer juntos pueden reflejar una imagen integral de Dios".

2 comentarios:

  1. hola, ¿te es posible compartir pdf de libro DOCE MOMENTOS EN LA VIDA DE TODA MUJER DE Chittister Joan? Gracias de atemano

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  2. Perdona, no había visto el comentario... No puedo compartirlo: normalmente, los libros que leo en formato electrónico los descargo de una aplicación a la que estoy suscrita y que me permite tenerlos "en la nube" pero no compartirlos... Hago un pago mensual y tengo acceso a muchos libros... Aunque hay muchos que leo en papel. Me encanta cómo huelen los libros y el tacto. Todavía soy de las que prefiero el papel.

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