domingo, 17 de junio de 2018

Nunca es demasiado tarde, princesa (Irene Villa)

No había leído nunca nada de lo que había escrito Irene Villa pero siempre había tenido curiosidad, la verdad. Me ha parecido siempre un ejemplo de superación, así que, ya que el libro pasó por mis manos, no pude dejar de leerlo.

Lo primero, dejar claro que los personajes que aparecen en el libro no son reales (aunque podrían serlo). La propio autora nos lo dice al final. Pero puede que todos conozcamos a alguien en alguna de las circunstancias que se presentan aquí.

Nada más comenzar, hay una reflexión que me ha puesto en situación y que quiero dejar aquí porque creo que es para darle una vueltecita: "En la realidad cotidiana no hay un principio y un final. La vida es una lucha continua y quien decide exprimirla al máximo se enfrenta a los nuevos despertares que supone aprender, pero también a finales que nos obligan a cerrar círculos y pasar página".

En el libro vamos a encontrarnos diferentes historias complicadas: un accidente de coche que cambia la vida de una chiquilla (y de todos lo que están a su alrededor, claro); un chico que no deja vivir a su madre, tiranizándola anímicamente (y económicamente); una enfermedad en la familia; una mujer que trata de usar a los hombres hasta que se vuelve contra ella; maltratos en la familia...

Se da uno cuenta al leer el libro que la vida nos puede cambiar radicalmente de un momento a otro, sin que nos demos cuenta. Yo estuve un tiempo dándole muchas vueltas a eso: hace casi dos años me caí por la calle de la manera más tonta (y no fue por llevar tacones muy altos, que es lo que pensó todo el mundo, no, simplemente tropecé). No fue apenas nada porque se quedó en una luxación del hombro derecho que me tuvo de baja 55 largos días, que acompañé de buenos libros y de muchas sesiones de Juegos Olímpicos. Pero he revisado la película de la caída miles de veces y me he dado cuenta de que podría haberme golpeado en el suelo con la cabeza en lugar de con el hombro y la historia habría tenido un final completamente diferente... Y creo que eso me ha hecho ser más consciente de lo rápido que nos puede cambiar la vida o la forma en que la vivimos.

En fin, vuelvo al libro, que me disperso... Ufff, he leído algunas cosas alucinantes... "Había conocido a chicas que empapaban los tampones en alcohol para conseguir una buena borrachera y lo único que lograban era acabar en una ambulancia rumbo al hospital en coma etílico". Confieso que lo tuve que leer dos veces porque no me lo podía creer... ¡alucinante!

Otra cosa interesante: "Y es que uno quizá no pueda cambiar lo que el destino le tiene preparado, pero sí tiene poder sobre su actitud ante esas nuevas circunstancias. Si no te gusta lo que ves, ¡cambia la forma de verlo!". Cuando estaba preparando la reseña y he visto esto, me he acordado de una publicidad genial de Gomaespuma para el Banco Santander y Popular (la cuenta 1,2,3 para autónomos). Uno de los personajes es un "coach" saladísimo, que dice que "si la vida te cambia el guion, corrígele los acentos" Pues a eso vamos... aunque nadie dijo que fuera fácil.

Hay muchas más cosas que podría contar aquí sobre el libro, pero no me quiero alargar... que luego me pongo muy pesada. Es un canto a la lucha, al optimismo, a compartir, interiorizar, aceptar, levantarse y avanzar... No es un libro de autoayuda, pero sí es un libro que ayuda, de eso no me cabe ninguna duda.

Y cierro con otra reflexión para tener muy presente: "No tengas miedo a equivocarte, porque a veces es el único camino, y nunca dejes de intentarlo porque nunca es demasiado tarde"

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