domingo, 12 de junio de 2016

La muerte de Atila (Cecelia Holland)

No sé muy bien por qué he leído este libro, la verdad. Es cierto que Atila es un personaje que me llama la atención pero no sé si tanto...

El libro es muy interesante y he aprendido muchísimas cosas, más que de Atila en sí, de los hunos y de los pueblos germánicos que estaban aliados con ellos. Pero se me ha hecho un poco largo... Solo un poco, sí, pero largo.

La historia nos narra cómo la muerte de Atila provoca un cataclismo porque la débil alianza que existía se destruye, puesto que él era el nexo, y se desata una guerra civil. En definitiva, no es más que eso pero para llegar a esto, pasa por una muy buena puesta en escena. Hay que reconocer que la autora nos sabe poner en situación...

Nos presentan a Atila como el qaghan = kaghan = kagan, es decir, el jefe de una tribu. "Atila no era su nombre de nacimiento, ni tampoco el nombre oculto que recibió cuando le hicieron las cicatrices: le habían dado ese nombre como regalo porque había unido a su pueblo y lo había hecho poderoso por encima de los otros."

También nos presentan a los xiumng-nu, que es una tribu seminómada de prototurcos y protomogoles a los que se ha identificado con los humos; y a los gépidos, un antiguo pueblo germánico que a mediados del siglo V d.C. formaron partes del imperio de Atila. Con Tacs (huno) y Dietric (único hijo de Ardarico, el jefe germánico) vamos avanzando en la historia que nos lleva a la guerra civil.

Nos describe muy bien a cada uno de los pueblos y vamos desgranando sus costumbres. Por un lado, "Como todos los hunos, incluido Atila, Stotlas era bajo de estatura y redondeado, en forma de barril, y feo, y también como todos los hunos, excepto Atila, era fatalmente estúpido". Y por otro lado, "Aradrico, que era un gépido, era alto y de fuerte constitución, poseía un cabello rubio y abundante y una barba que llevaba pulcramente peinada e incluso perfumada en algunas ocasiones".

Al parecer, los hunos, se dejaban querer y habían "subcontratado" la mayor parte de sus necesidades, lo que les trajo problemas al final. "Los gépidos tenían que ocuparse de suministrar carne a los hunos, quienes se consideraban demasiado superiores para criar su propio ganado".

Como decía antes, he aprendido muchas cosas como, por ejemplo, lo que es un catafracto: "Nombre que se daba a los soldados que llevaban una catafracta, armadura hecha generalmente a base de tela sobre la que cosían láminas de metal dándole el aspecto de escamas. Originaria de Oriente, se introdujo en el ejército romano en el siglo I."

Ah, y me ha llamado la atención que para los ostrogodos, un ciervo blanco era el símbolo de Jesucristo... No lo había oído nunca y me ha parecido curioso...

También es verdad que la autora se luce, eso no lo podemos obviar. Por ejemplo, en un momento dado aparece la palabra "isaurio" y nos lleva a una nota que dice así: "No se refiere aquí, EVIDENTEMENTE a un miembro de la dinastía bizantina de ese nombre que reinó entre 717 y el 812 sino a un miembro del pueblo natural de Isauria, en el sur de Turquía sometida por los romanos aunque no lograron establecer sobre ella un dominio efectivo."  La negrilla y la mayúscula son mías, claro, pero es que no pude cerrar la boca cuando lo leí. Eso sí, yo me había dado cuenta, como supongo que hace cualquiera que lee el libro porque es "evidente"...

Voy a cerrar ya, repitiendo que es un libro entretenido, que se deja leer pero que se hace un poquito largo en algunos momentos

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