Última entrega de Argus del Bosque... y me da penita que se haya acabado (a lo mejor escribe luego alguna más la autora, claro)
En este caso, Argus quiere investigar a fondo su pasado.
Pero, en la Gran Vía, en Madrid, un hombre es disparado y todo apunta a que el autor es el propio Argus. "En cada uno, el asesino firmó con una runa y demostró habilidades poco comunes en la ejecución de sus crímenes. Todas las evidencias apuntan a un solo sospechoso: el comisario Argus del Bosque". Además, Argus tiene tatuada la V invertida, la lambda griega, que identificaba a los espartanos.
La situación es más que angustiosa para él, pero no ceja en su empeño de continuar y llegar hasta el fondo de su historia para poder espantar definitivamente todos sus fantasmas.
Consigue encontrar a Egan, uno de sus compañeros que ahora es el Guardia Civil Eduardo Ríos.
Y, con la ayuda de la teniente Virginia Castell, llega hasta la granja: "...ese edificio tenía cierto paralelismo con su vida. Intacto por fuera, pero carcomido por dentro y a punto de derrumbarse sin remedio"
Una trama con muchísima fuerza, muy interesante y muy, muy recomendable.
Cierro con otra reflexión importante: "La palabra imposible sólo está en el vocabulario de los necios"
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