domingo, 14 de febrero de 2021

El conde de Montecristo (Alejandro Dumas)

¡Qué suerte! La entrada número 600, un número redondo y precioso, corresponde al mejor libro de toda la literatura: El conde de Montecristo. Llevo mucho tiempo diciendo que voy a volver a leerlo, pero no quería... Me gustó tanto, tanto, que me daba mucho miedo que no me gustara al volver a leerlo. Pero no ha sido así, me ha gustado tanto o más que aquella primera vez, en aquella edición no sé muy bien si de mi bisbuelo o de mi tatarbuelo.

En fin, que hay que leerlo... es absolutamente maravilloso. Está maravillosamente bien escrito, cuida los detalles al máximo, los personajes son increíbles.... Lo tiene todo.

Cuando lo leí por primera vez, me entusiasmó Edmundo Dantés... Todo en él me pareció insuperable y su transformación en el conde de Montecristo me encantó. Es un personaje muy especial. Y cómo consigue Dumas que nos parezca cada vez mejor, cómo lo humaniza después de que nos parezca implacable y de piedra.

Todo el mundo conoce la historia, por supuesto. Me imagino que debo de ser la única persona que no ha visto ninguna de las películas ni ninguna serie. Nunca he querido que se desmonte la imagen que yo tengo del conde de Montecristo. Sí, he visto algún trocito, claro, es imposible no hacerlo con todas las  versiones que hay y todas las veces que ha aparecido en televisión, pero lo he dejado a un lado en mi cerebro porque Montecrsito es mío y nada más.

Hay personajes maravillosos, como el abate Faria, claro. Y Mercedes y su hijo Alberto, y la familia Morrel al completo... Y vamos viendo cómo el conde de Montecristo se va vengando poco a poco de todos aquellos que le hicieron prender en 1815 y estar en el castillo de If hasta 1829. Me encanta cuando dice el conde, al decirle que es perfecto: "No; perfecto, no; impemetrable nada más". Eso es lo que le hace tan especial.

Además de la historia de Edmundo, vamos a aprender mucho del momento por el que atravesaba Francia, con Napoleón dando guerra y las dos facciones, los partidarios del rey y los más adeptos a Napoleón... 

Hay una  frase de Danglars que me hace gracia: "Los franceses tienen sobre los españoles la superioridad de que estos piensan detenidamente y aquellos improvisan". Partiendo de la base de que no es cierto, lo que sí es verdad es que los franceses siempre se han creído superiores a los españoles. En realidad, se creen superiores a cualquier otro... ellos don franceses y con eso está dicho todo.

Otra cosa interesante que me ha gustado es: "Aprender no es saber. Entre los eruditos y los sabios hay mucha diferencia; la memoria constituye a los unos; la filosofía, a los otros".

Uy, no se me puede pasar dejar una frase: "¡Estamos en una época en que se admiten tantas cosas!" Siempre me llama la atención que me encuentro frases similares en novelas escritas en cualquier época, con lo que me queda claro que todo se va repitiendo... Lo que no tengo claro es que aprendamos algo...

No me voy a extender más. Es un libro maravilloso y ya está. No voy a contar la historia porque, como ya he dicho, todo el mundo la conoce, pero sí voy a dejar lo que el conde deja escrito al final: "Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidési que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará en dos palabras: Confiar y esperar".

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