Vamos, vamos... Nos toca ahora el primogénito, el vizconde Anthony Bridgerton... Un buen partido...
Un hombre preocupado porque se ha hecho cargo de su familia al fallecer su padre y convencido de que morirá a los 39 años como él. Y con un pánico tremendo a las abejas ya que su padre falleció por la picadura de una abeja...
En esta entrega conoceremos a las Sheffield, Edwina, monísima ella, y Kate, no tan mona y ya un poco mayor para presentarse en sociedad (una vejilla ya con 21 años).
No voy a desvelar nada que no se sepa desde el principio si digo que Kate va a ser nuestra prota, pero no voy a contar por qué una abeja tiene al culpa de que se casen. Eso hay que leerlo...
Volvemos a encontrarnos con la Revista de sociedad de lady Whistledown que nos cuenta cosas muy divertidas como que hay dos sectas en la sociedad londinense: las mamás ambiciosas y los solteros convencidos: "...las mamás ambiciosas tienen hijas en edad casadera y el solero convencido no quiere una esposa"
Por otro lado, nos vamos a ir a la casa de campo de los Bridgerton, Aubrey Hall, que tiene 50 habitaciones, ahí es nada. Vamos, un chalecito en la sierra, más o menos... Yo, cuando pienso en esas casa, siempre pienso en tener que limpiar, pero luego me doy cuenta de que esta gente tiene un ejército de personas que lo hace.
Me ha encantado una cosa que cuenta lad Whistledwon en su revista: "Un hombre encantador es algo divertido y un hombre atractivo, por supuesto, es algo digno de contemplar. Pero un hombre de honor... ¡Ay!, querido lector, tras el deberían ir las damas más jóvenes"
Como ya dije en la primera entrega, esta serie no es para dedicarle muchas reflexiones, pero hay una que está bien y la voy a dejar para cerrar: "Tienes que vivir cada hora como fuera la última y cada día como si fueras inmortal"
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