domingo, 21 de febrero de 2021

La puerta (Manel Loureiro)

 Muy interesante y muy curioso... Me ha gustado mucho.

Nos ponemos en situación: "El hallazgo del cadávar de una joven asesinada mediante una antigua forma ritual a los pies de la mítica Puerta de Alén, desconcierta a sus investigadores".

Se trata de una novela policíaca, sí, pero con un trasfondo místico y ritual muy llamativo, intrigante y, si se me permite la palabreja, desasosegante (que, como palabra, la RAE la admite).

Lo primero, decir que la Puerta de Alén, o Portalén, que significa Puerta del Más Allá, existe... Es "un monumento megalítico de casi tres mil años de antigüedad que, aunque pareciese imposible, seguía en uso de una forma parecida a la que le dieron sus constructores". Y está en el monte Seixo que "era una montaña sagrada para los celtas, hace más de tres mil años".

El autor nos dice, también, que parte de los sucesos que se narran han sucedido en la realidad. Y yo, personalmente, prefiero no saber cuáles son.

Pues nada, vamos a ver un poco a quién nos encontramos por la novela. Vamos a conocer a Raquel Colina, que ha estado trabajando dos años para el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil. Es una rubia de 40 años que tiene un hijo de 9 años, Julián. ¿Qué ocurre? Pues que Julián ha sido diagnosticado de Glioblastoma Multiforme Grado 4, lo que viene a ser un cáncer cerebral... Y no hay mucho más que hacer.

Con esta situación el padre de Julián no pudo soportar la presión (¡cobarde!) y se separó, dejando a Raquel con la presión de tratar de encontrar una solución que no existe y de hacer feliz a un niño que sabe en qué situación se encuentra.

Y es entonces cuando desaparece la racionalidad... y uno se agarra a un clavo ardiendo. Decide ponerse en contacto con Ramona Valongo, una menciñeira gallega, "cruce entre bruja, sanadora y herborista) que le asegura que puede curar a Julián.

Raquel pide el traslado al puesto de Viascón para estar cerca de ella, pero todo se complica... Encuentran el cadáver en el monte Seixo y resulta ser una chiquilla con la que Raquel había hablado porque se había curado por la intervención de Ramona... Y las cosas no pintan nada bien... Demasiadas coincidencias...

No puedo contar más de la trana porque no quiero destriparlo, pero sí tengo que contar que hay personajes realmente interesantes en la novela, como Ágata, la casera de Raquel; Andrés Méndez, un agente retirado que tuvo que lidiar con un caso similar al que se presenta ahora; y, sobre todo, sobre todo, Juan Vilanova... ¡me encanta! No sé por qué, pero me recuerda a Jon Gutiérrez, el personaje de Juan Gómez-Jurado... Quizá sea porque también está "fuertecito"... Pero, de verdad, me ecanta.

Me llama mucho la atención cómo Raquel puede convencerse de que el peque se va a poder curar por la intervención de Ramona, de verdad que me sorprende, pero entiendo que la muchacha quiere agotar todas las opciones. Y es que es muy maja, mucho, y le pasa lo que a mí con las plantas: "¡si ni siquiera tenía plantas en casa por su imparable tendencia a suicidarse, a pesar de todos mis cuidados!"

Voy a ir cerrando ya, pero merece la pena dedicar un tiempo a leerlo, de verdad que sí.

Y cierro con una frase de Sherlock Holmes en El signo de los cuatro que yo ya conocía y puede que haya dejado en más de una reseña, pero que me gusta mucho: "Es una vieja máxima mía que cuando hayas descartado lo imposible, lo que quede, aunque sea improbable, debe ser la verdad".

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