domingo, 26 de mayo de 2019

Aguas oscuras (Robert Bryndza)

Desde que leí la primera novela de este autor me he convertido en una seguidora incondicional... Me gusta mucho cómo escribe y cómo gestiona las tramas, que son bastante enrevesadas pero que se aclaran siempre al final de forma muy coherente. Eso es algo que yo valoro muchísimo en cualquier novela de suspense...

Aquí nos volvemos a encontrar con Erika Foster que, mientras busca en un lago un alijo de droga, encuentran unos restos humanos. "Los restos se identifican como los de Jessica Collins, de siete años, la niña desaparecida que copó los titulares hace 26 años".

Nos encontramos a Erika Foster tres meses después de haberse traladado a la comisaría de Bromley, adaptándose aún a su nuevo equipo... Hay que decir que no es una mujer que se adapte fácilmente... Así que mueve los hilos para conseguir que le asignen el caso de Jessica Collins que se tiene que reabrir, claro.

Vamos a conocer a la familia de Jessica... Marianne, la madre; Martin, el padre con su nueva pareja, Toby, el hermano que tenía 4 años cuando murió Jessica  y que ahora lucha para que su madre admita a Tanvir, su pareja homosexual: y queda Laura, la hermana que ya iba a la universidad cuando murió Jessica. También conoceremos a Oscar Browne, el novio de Laura cuando la niña desapareció.

Nos vamos a enfrentar aquí al horror de la pederastia y aparecen Trevos Marksman y Joel Michaelis que ponen los pelos de punta. No hay ninguna escena "escabrosa" pero da escalofríos cuando Erika describe la casa de Trevor con las paredes cubiertas de grandes fotografías de niños pequeños... Ella misma dice que eso no es delito pero...

Lo bueno de esta novela es que, cuando ya pensábamos que con el traslado de Erika a otra comisaría dejaríamos de ver a su equipo, ella vuelve a reclamarlos y veremos de nuevo a Peterson y a Moss... ¡genial!

Paralelamente a tratar de saber qué pasó y quién mató a la pequeña Jessica Collins, Erika se enfrenta a una situación familiar complicada y conoceremos a su hermana Lenka y a sus hijos Jakub, Karoline y Erika, a los que solo conocíamos de las conversaciones telefónicas de Erika con su hermana.

De verdad que hay que leer esta novela. Es muy interesante, uno no quiere que se acabe pero está deseando saber qué pasa al final... sentimientos encontrados.

Voy a dejar una reflexión en relación con el miedo. que me ha hecho pensar. Siempre ha dicho que el miedo es muy libre pero nubla la razón... "Y el miedo los dominó. Los impulsó a hacer cosas que jamás habrían soñado que serían capaces de hacer"

Y cierro con otro pensamiento, como siempre: "Cuando vives con una mentida, se acaba arraigando en tu interior y casi llegas a creértela"

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