domingo, 30 de septiembre de 2018

Todos los veranos del mundo (Mónica Gutiérrez)

Quería leer algo tranquilo y sin sobresaltos y pensé que esta sería una buena opción. Afortunadamente, esta vez no me he equivocado, lo que no es muy normal porque ni ojo clínico para estas cosas es legendario.

Nuestra prota es Helena, que se va a casar con Jofre, "uno de los jueces más jóvenes de la Audiencia Provincial de lo Civil de Barcelona" y un imbécil integral (eso no lo dice la autora, lo digo yo).

La boda se va a celebrar en Serralles, un pueblecito al pie de los Pirineos, donde la familia de Helena pasaba todos los veranos mientras los chicos eran pequeños.

Me gusta uno de los pensamientos de Helena: "Helena no sabe cómo sobreviven las familias cuando coinciden todos sus miembros adultos bajo el mismo techo..." ¡Qué gran verdad! Cuando nos juntamos todos, sea la familia que sea, siempre saltan chispas, aunque nadie quiera y luego quede todo en nada. Pero difícil, es muy difícil.

En Serralles se juntan todos. Llega Silvia, la hermana de Helena, y Xavier Brabet, el hermano, con sus dos hijos, Anna y Miquel. Xavier es escritor de best sellers y está separado. En realidad, no creo yo que nadie sea "escritor de best sellers". Los escritores son escritores y luego... algunas novelas serán best sellers y otras, no, digo yo. Y no creo que todas les salgan igual, ¿no? (También es cierto que el marketing hace mucho... ahí lo dejo)

También nos encontramos con Marc, el amigo de Helena de la infancia que ha vuelto al pueblo a cultivar vides y tratar de conseguir un vino un poco especial.

El personaje que me encanta es Jonathan Strange, dueño de librería La bibliteca voladora, que solo tiene libros un poco especiales y por eso no tiene ninguno de los grandes éxitos de Xavier. Es encantador y tiene un principio interesante: "...solo hay una manera civilizada de tomar el té: ngro, con una nube de leche y sin azúcar". No puedo estar más de acuerdo: a mí me gustan muchos tipos de té, pero al final, el negro con una nube es siempre el que más reconforta.

No cuento más: la novela tiene un final bastante predecible pero no molesta. Es agradable de leer, entretenida, no pide pan y no agobia, con lo que ha cumplido el objetivo que yo tenía. Es una novela de las que se podría leer tranquilamente en la playa.

Cierro con una reflexión que refleja una realidad profunda: "...no importa lo lejos que corras a esconderte, la vida acaba por encontrarte"

1 comentario:

  1. Tiene una pinta estupenda!!! Ahora me estoy releyendo Matar a un ruiseñor, pero cuando lo termine me pongo con esta historia. Por cierto... yo creo que le deberías decir a la autora lo que te parece (su twitter @Mnicaserendipia y su blog https://monicagutierrezartero.com/)

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