viernes, 14 de septiembre de 2018

Mindhunter (John Douglas / Mark Olshaker)

Sigo enfadada porque, como dije en la reseña anterior, he perdido las notas que tomé y marqué mientras leía este libro.

Lo peor es que, el anterior era más cortito, pero este es más complicado de revisar completo, así que... me he quedado sin muchas cosas que podría contar, teniendo en cuenta que mi memoria es la que es.

Pero, disgustos aparte, he de decir que me ha gustado mucho. Aunque, eso sí, me ha puesto la carne de gallina más de dos y más de tres veces... Hay que ver la gente que hay por el mundo...

Según el propio libro: "Es la historia, contada por él mismo, de John Douglas, el hombre que revolucionó las técnicas para estudiar las mentes de los criminales en serie". Trabajó 25 años para el F.B.I. y aprendió (y enseñó) muchas, pero muchas cosas.

A lo largo del libro, va desgranando casos en los que tuvo que trabajar y cómo le dio la posibilidad de ir descubriendo las diferentes personalidades de los asesinos en serie... Y hay qué ver qué asesinos en serie...

El hombre, no contento con tener que encontrárselos caso por caso, fiel a su lema de "A veces, la única manera de atraparlos es aprender a pensar como ellos", decide que una buena forma de aprender es ir a visitarles a las cárceles en las que están recluidos y tratar de que le expliquen las motivaciones de sus actos.

Recuerda el autor una frase que Sir Arthur Conan Doyle pone en labios de Sherlock Holmes (mi detective favorito, por otra parte): "La singularidad es casi siempre una pista. Cuanto más anodino y común es un crimen, más difícil es resolverlo". Es para pensarlo.

De verdad que asusta, y asusta mucho...

Por otro lado, el autor nos muestra su lado humano, como padre de familia, y cómo su trabajo le afectó profundamente. De hecho, se separó de su mujer (en realidad, fue Pam, su mujer, la que decidió que ya no podía más) y perdió el contacto con sus hijas Erika y Lauren. Su valoración de las cosas cotidianas, no tenía nada que ver con la de los demás... No daba importancia suficiente a cosas como los arañazos de sus hijas en el parque porque los comparaba con las puñaladas que había visto en el último cadáver al que se había enfrentado, por ejemplo. Afortunadamente, en el momento en que escribe el libro, ya ha conseguido recuperarlas.

Y comienza el libro tras el colapso que sufrió por la carga de trabajo y el estrés que le suponía y que le llevó al borde la muerte... Impresionante.

No es una novela, por lo que es aún más impactante. Ciertamente, la realidad supera a la ficción aunque sea una frase hecha muy manida.

Pero recomiendo dedicarle un ratito y leerlo. Es muy interesante y muy revelador.

Voy a cerrar con una cita de William Shakespeare en Hamlet que el autor incluye en el libro: "Las malas acciones, aunque toda la tierra las oculte, se descubren al fin a la vista humana". Confío, de verdad, en que lleve razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario