De acuerdo, yo soy así: he leído el primer libro de seta autora y ahora, inmediatamente, voy con el segundo... No lo puedo evitar... En algunos casos, me obligo a cambiar de género o de autor antes de seguir con una serie pero en este caso... no lo he hecho.
Y el segundo libro, también me ha gustado mucho y no me ha decepcionado en absoluto... Da gusto leerlo. Porque lo cierto es que, además de historias muy interesantes, la autora nos lleva a temas diferentes y está tan bien documentada que nos hace aprender muchas cosas. Aquí es donde me vuelvo a lamentar de mi memoria de pez... Si yo tuviera buena memoria... ¡cuántas cosas sabría! Pero se me olvida casi todo... Tampoco pasa nada, se vuelve a leer y se recuerda... ¡ya está!
En este caso, nos pone en situación el cadáver de una chiquita, luego sabemos que es Wanda Karsávina, que es "...una profesora polaca viene a dar un seminario de Historia Medieval, y nos la encontramos muerta y vestida de princesa sobre los restos de un castillo..." A partir de ese momento, se enreda todo tremendamente y nos hacen internarnos en vericuetos que nos llevan por el mundo de la Arqueología, la Geología, la Arqueometría, la Historia Medieval,...
En la reseña anterior me olvidé de nombrar a Jacobo Riveiro que es el verdadero colaborador de Valentina Redondo, nuestra inspectora de cabecera para esta serie de libros... Y me fastidia haberme olvidado porque me encanta. Se une estupendamente su faceta de Guardia Civil con su faceta familiar, cosa que no pasa habitualmente con otros personajes.
No nos vamos a separar de nuestro amigo Oliver Gordon (¡menos mal!) que aquí nos presenta a uno de sus amigos, Michael Blake, y se reencuentra con su ex prometida. Por supuesto, continúa con la búsqueda de su hermano Guillermo, a quien creo que todos queremos conocer.
Nos presenta la autora a un grupo de personajes interesantes: Paolo Jovis, italiano, geólogo y fotógrafo científico; Marc Llanes, español, arqueólogo; Helder Nunes, portugués, antropólogo y experto en arqueología subacuática y arqueometría; y Arturo Dunach, de madre española, especializado en Arqueometría. Son cuatro amigos, aparentemente superprofesionales, muy bien considerados académicamente y que aparecen en Cantabria junto con Wanda cuando el cadáver de esta es descubierto.
No cuento más cosas de la trama, que se desvela...
Pero sí voy a contar alguna cosa que me ha llamado la atención, como que la composición del suelo y las bacterias en la zona de río Tinto son muy parecidas a las que hay en Marte, en el planeta rojo.. ¡qué cosas!
También me ha sorprendido otra cosa que he descubierto: "Velarde, posiblemente, no tuviese el síndrome de Diógenes, sino el llamado TA o Trastorno por Acumulación, que era diferente. No sufría deterioro físico, ni dejadez personal, sino que, al parecer, se limitaba a acumular pertenencias". Vamos a ver, que levante la mano todo aquel que crea que puede sufrir TA... Vamos, quitando a 3 o 4 de los que conozco, todos deberíamos haber levantado la mano...
¡Ah! Y me ha llamado la atención que el llamado "Sótano de las Golondrinas", el mayor pozo natural del mundo está en Aquismón, en el estado de San Luis Potosí, donde vive la familia de mi cuñado. Vale, sí, las distancias en México son las que son y hay más de 300 km hasta la ciudad, pero... está en el mismo estado, que ya es algo...
Hay muchas más cosas que me han gustado y que me gustaría comentar aquí, pero me alargaría mucho. Solo decir que Zubizarreta, que es muy callado habitualmente, deja caer una perla maravillosa: "Cuando nos morimos nos convertimos en santos". Es el equivalente a lo que dice mi madre: "Dios nos libre del día de las alabanzas"...
Para cerrar, lo voy a hacer con un pensamiento que la autora incluye en las "reflexiones" que van apareciendo a lo largo de la novela. Sabemos que esas reflexiones las va escribiendo alguien relacionado con la muerte de Wanda pero, claro, no sabemos quién es... Merece la pena dedicarles un poquito de atención especial: "El pensamiento es un artilugio peligroso. Que resulte ser abstracto e intangible, lo hace todavía más amenazador"
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