lunes, 23 de noviembre de 2015

El dios del desierto (Wilbur Smith)

Este es el último libro que ha escrito este autor y... tenía que leerlo, así que lo pedí al Círculo de Lectores. Es cierto que el autor no es desconocido pero yo le tengo un cariño especial porque el primer libro que me compré cuando fui a estudiar a Inglaterra era suyo.

La verdad es que es muy entretenido y se aprende mucho. En aquella primera trilogía aprendí una barbaridad sobre las minas de oro de Sudáfrica... Vaya, que yo no sabía nada en castellano, como para conocer el vocabulario en inglés. Recuerdo que tardé unas cuantas páginas en saber de qué estábamos hablando el autor y yo...

En este caso estamos ante un libro del Antiguo Egipto, que es un tema que me apasiona. Sí, claro, me apasiona pero no tengo ni idea, como me pasa con casi todo... Hay miles de cosas que me interesan muchísimo pero luego... ¡se me escapa todo!... ¡Qué lastimita...!

El narrador de la historia es Taita, un eunuco, mano derecha del faraón Tamose. Estuvo profundamente enamorado de la madre del faraón, la reina Lostris y ahora adora a las dos pequeñas Tehuti y Bekatha...

Lo de los eunucos es algo muy llamativo. Taita es muy amigo de Atón, otro eunuco encargado de la seguridad de Egipto, y en su caso "su amo lo eligió por su intelecto excepcional y sus agudas facultades mentales. Quería alimentar y concentrar estos dones y deseaba evitar que acabaran disipándose por las distracciones de su libido".

Taita viaja con las princesas a ver si las casa con el Minos Supremo, el "emperador" de los minoicos, para de esa manera cerrar un alianza con ellos y luchar contra los hicsos que les están haciendo pasar mal rato en el norte de Egipto... En fin, las cosas  que se hacían antes para unir territorios, casar a las chiquillas...

Todo el viaje es una auténtica aventura, narrada a las mil maravillas por el autor y que nos hace vivir cada ola en el mar, cada flecha en al arco, cada beso de las princesas, como si estuvieran a nuestro lado... Porque claro, las princesas van a casarse con el madamás de turno pero nadie puede impedir que se enamoren de los chicos guapos con los que se encuentran... es lo que hay. Y Zaras debe de ser una monería, por lo que cuenta de él Taita... Y Tehuti bebe los vientos por él, por supuesto.

He aprendido que aparentemente fueron los minoicos los que inventaron el vidrio: "Habían perfeccionada la cocción de las arenas de sílice y otros minerales para fabricar vidrio, un extraordinario material al que daban forma de fuentes y platos y otros utensilios..."

También descubre Taita el diamante y se lo lleva de regalo a las princesas: "Una razón es que se trata del material más duro del mundo. No hay nada que pueda cortarlo y nada puede rallarlo, ni siquiera la daga de bronce más aguda. Por eso lo llaman diamante: la piedra dura. El agua no puede mojarla. Pero se pega a la piel de la mujer que lo luce como por arte de magia". Vamos que parece que fue Taita el que compuso la canción de Marilyn Diamonds are a girl's best friend...

Hay otra parte interesante porque Taita se da cuenta de que sale mucho humo de algunas de las "fábricas" que tenían los minoicos y ve lo que se vierte al mar y a los ríos y ve también que se talan muchos árboles para quemar la madera... "al enfrentarme a esa desfloración de la prístina naturaleza me pregunté cuál es el precio que el hombre está dispuesto a pagar para alimentar su insaciable codicia". Ummmmm

En fin, termino como siempre: "no me quiero extender mucho", con lo pesada que soy... Y esta vez cierro con una frase para la reflexión, que comenta Taita en un determinado momento: "No hay nada de valor que sea barato".

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