viernes, 2 de octubre de 2015

El secreto de Leonor de Aquitania (Cecelia Holland)

Leonor de Aquitania es un personaje que siempre me ha parecido interesante. Lamentablemente, no es que sepa mucho de ella, pero lo que he leído me ha hecho querer saber más.

Además, ya conocía a la autora, Cecelia Holand y también me gusta bastante como escribe.

La combinación era perfecta y el resultado no me ha decepcionado en absoluto.

Nos encontramos en el año 1151, cuando Leonor de Aquitania tenía 30 años. La criatura llevaba 15 añitos casada con Luis VII, rey de Francia y no había conseguido tener un heredero. Porque, claro, "heredera" no era una palabra válida en aquella época. El matrimonio debía de ser una fiesta, y eso que parece que el rey la quería bastante, o la apreciaba o, por lo menos, la respetaba.

Aparece por allí Godofredo de Anjou, llamado le Bel (debía de estar bien, el hombre) con su hijos. Y entonces Leonor se enamora de Enrique de Anjou, uno de los hijos y piensa que le puede venir muy bien para conquistar tierras y esas cositas que acompañaban entonces al matrimonio.

El muchacho, que tenía 18-19 añitos, se vuelve loco con ella y tienen la desgracia de que se quede embarazada... ¡hay que ver!

Y... ¡ahí está el secreto! Increíble pero cierto, mueven cielo y tierra para que nadie sepa que Leonor está embarazada. Porque lo que ella quiere es anular su matrimonio y, claro, si lo que tiene es un niño, el rey no va a querer desprenderse de su heredero... Su argumento era ese, era mejor que el rey y ella se separaran para que otra mujer le pudiera dar un heredero a la Corona.

Es una historia curiosa, entretenida, retorcida pero que se lee de maravilla. Además, se aprende mucho de la forma en que funcionaba la corte y la política de la época. Lo cierto es que muchas veces era fácil porque con sacar la espada y cargarse al que no estaba de acuerdo... ¡en paz!

Hay un par de personajes muy entrañables: por un lado, Petronila, la hermana, que sufre por ayudar a Leonor, la suplanta cuando ya no puede ocultar el embarazo y es humillada porque creen que la que está embarazada, sin estar casada (y eso que la habían repudiado...) es ella. Por otro lado está Joffre de Rançun, amigo de la infancia de las dos hermanas y devoto servidor de ambas. Para mí, el mejor de la novela, sin duda ninguna.

Y, curiosamente, aparece Bernard, el abad de Clairvaux... ¡San Bernardo de Claraval! Un santo que a mí siempre me ha caído bien pero... ¡qué borde es en la novela!

Total, muy recomendable. Sin que nos olvidemos de quién estamos hablando, ni más ni menos que la madre de Ricardo Corazón de León y la abuela de Blanca de Castilla. Eso sí, y bisabuela de San Luis...

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