viernes, 30 de enero de 2015

Y de repente, Teresa (Jesús Sánchez Adalid)

Ya llegaron los Reyes Magos, lo que supone que algún libro cae... Y este año no ha sido diferente. También es verdad que suelen acertar y esta vez también ha sido así.

Me encanta el autor y me encanta el tema, Sta. Teresa y el libro, por supuesto, me ha encantado.

La historia narra las aventuras de fray Tomás Vázquez tratando de averiguar, el podre, si Santa Teresa era o no hereje... ¡criatura!

El libro es verdaderamente interesante porque explica de una forma muy didáctica cómo funcionaba la Inquisición en aquel momento. Fray Domingo Báñez explica a fray Tomás: "Bien sabemos que la Inquisición nació con el fin de prevenir herejías, sacrilegios y graves delitos morales... La Inquisición es necesaria en la medida en que hay que sujetar los desvaríos humanos, las manías ególatras, los excesos caprichosos, la vanagloria embustera, las verdades intencionadas y particulares. Mas también es cierto que muchos se sirven del Santo Oficio para sus propios intereses: para sacar beneficios sin cuento, para vengarse de enemigos, para satisfacer los odios que generan envidias, para granjearse mejores cargos, para medrar...".

He aprendido también quiénes eran los familiares del Santo Oficio: Miembros de menor nivel dentro de la Inquisiición. Sin necesidad de tener ningún tipo de voto, ni ingresas en el clero, sus funciones son la de informar de todo lo que sea de interés para institución y ocurra dentro de la sociedad en la que están integradas. Digamos que son como una tupida red de vigilancia"

La cuestión es que a fray Tomás, el inquisidor Rodrigo de Castro le encarga moverse tras los pasos de Teresa de Jesús y quienes la han conocido para comprobar si era o no una alumbrada. Para ello se hace acompañar de Luis María de Monroy, caballero de Alcántara, que es un familiar de la Inquisición y va con él como protector, ya que fray Tomás, por su carácter religioso no podía llevar armas encima.

Importante saber que según se decía "las mayores herejías son las de los pertinaces alumbrados, de sus éxtasis, arrobamientos, contemplaciones y desmayos; movimientos libidinosos que no ocultan otra cosa que la pura lujuria, envuelta en las lumbreras de las visiones y revelaciones aparentemente prodigiosísimas." Admito que yo no tenía claro que era eso de los alumbrados pero en el libro termina quedándome bastante claro y explica muy bien con algunos ejemplos lo que suponía en aquellos momentos.

Fray Tomás es encantador, jovencito, muy culto (había estudiado con fray Luis de León en Salamanca) y el pobre no quería trabajar para el Santo Oficio. Y, poco a poco, se va dando cuenta de que Teresa de Jesús no puede ser hereje.

Monroy es estupendo también. Al muchacho le ha pasado de todo. Ha estado luchando contra los turcos y terminó en Estambul, prisionero: "Y allí fui empleado en los trabajos propios de los cautivos; cuales son: obedecer, para conservar la cabeza sobre los hombros, escaparse de los uno puede, soportar alguna que otra paliza y escurrirse por mil vericuetos para atesorar la propia honra, que no es poco, pues no hay caballero buen cristiano que tenga a salvo la virtud y la vergüenza entre gentes de tan rijosas aficiones."

Ambos terminan siendo buenos amigos y sus conversaciones no tienen desperdicio. Los demás personajes son también muy buenos, muy bien descritos y muy cercanos.

El libro es, de verdad, para leerlo con mucho interés: es interesante, divertido, con un lenguaje muy cuidado pero muy fácil de leer y, sobre todo, se aprende muchísimo. Francamente recomendable.

Divertida, divertida, la relación de Ana de Mendoza con Teresa de Jesús. No puedo contarlo todo aquí pero es curiosísima, de verdad.

Y, además, entre unas cosas y otras vamos sabiendo lo que Teresa de Jesús iba sembrando por todas partes por las que pasaba. El Libro de la vida es el "meollo" de la cuestión, con el que quieren demostrar que era una alumbrada. Confieso que ese no lo he leído (aunque sí he leído algún otro escrito por ella) pero me lo pongo de deberes...

Lo mejor, a lo largo del libro aparecen poesías de Santa Teresa que son realmente maravillosas y muchas de sus frases. A mí siempre me ha gustado eso de que "un santo triste es un triste santo", que nos hace ver que seguir a Jesús nos tiene casi que obligar a estar alegres...

Y termino con unos versos que me gustan muchísimo

Vuestra soy, para Vos nací
¿qué mandáis hacer de mí?

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