miércoles, 16 de octubre de 2013

El elefante de marfil (Nerea Riesco)

Un libro no muy conocido de una autora que tampoco es muy conocida. Corresponde a una de las colecciones de El Círculo de Lectores que hago de vez en cuando.

Lo curioso es que yo pensaba que no lo había leído y, en cuanto lo empecé, me di cuenta de que sí, ya había pasado por mis manos. Como estaba en el metro y este libro es en papel, solo tenía dos opciones: seguir y acabarlo o pasarme todo el camino mirando la cara de la gente que iba conmigo en el vagón. Todo el que viaje en metro por las mañanas sabe que la segunda opción es un horror, así que, opté por la primera.

Y es un libro estupendo. Se pasa un tiempo muy agradable leyéndolo y se aprenden muchas cosas (lo que no se puede decir de todos, la verdad)

Eso sí, me avergüenza un poco confesar que no sé jugar al ajedrez. Sé cómo mueven las fichas pero no tengo idea de las aperturas, las estrategias... Y por supuesto, no sería capaz de ver una partida en mi cabeza y pensar en los movimientos que he hecho y que me quedan por hacer. Quiero pensar que es porque no lo he intentado nunca...

En fin, que el libro gira en torno a una partida de ajedrez entre "moros y cristianos" que se disputaban ni más ni menos que la Giralda. Pero la trama está envuelta en la historia de una familia sevillana, comenzando en 1755, justo el día de los Santos, cuando se produjo el terremoto de Lisboa.

Los protagonistas principales, León de Montenegro y Julia Gil de la Sierpe son realmente fantásticos pero el mejor de los mejores, como personaje es M. Verdoux, erudito, sibarita, preceptor, hombro en que llorar y la mayor sorpresa del final del libro.

Como decía antes, se aprenden muchas cosas como que "Jaque mate viene de la expresión árabe shah-mat que quiere decir "rey vencido". También, relacionado con el ajedrez nos enteramos de que "nuestro alfil actual, que ahora es una especie de obispo, antes era un elefante. Por eso se llama alfil, que significa "elefante" en persa.

Otra cosa muy interesante y que nos demuestra que la historia se repite y que no somos tan originales como nos gustaría ser es que por aquellas fechas los toros se prohibieron "porque un grupo de filósofos consideraba las corridas de toros una salvajada alegando que regocijarse viendo sufrir hasta la muerte a un ser vivo significaba que las personas seguían manteniendo los mismos instintos que las guiaban en la época de las cavernas". Eso sí, cinco años después, las corridas de toros se volvieron a permitir y la Maestranza de Sevilla se volvió a llenar de gente.

Cada capítulo comienza con una cita interesante relativa al ajedrez. Muchas son muy curiosas pero quiero dejar aquí la de Luis Ignacio Helguera: "El ajedrez nos recuersda que el mundo es un conjunto de posibilidades casi infinitas y que hay que decidirse por una".

Verdaderamente merece la pena dedicar unos días a esta novela. Yo he tardado una semana en leerla y no me ha importado haberla leído hace unos 3 años (me entretuve en localizar cuándo la había leído por primera vez - para algo tiene que servir llevar apuntando las fechas de los libros desde hace 30 años...)

Para acabar, quiero dejar un pensamiento de Guiomar, la hija de Abel de Montenegro (y por tanto, nieta de León de Montenegro). Es una muchacha muy curiosa que a mí me ha encantado. Supongo que parte del interés que me despierta se debe a que su nombre me gusta muchísimo. En fin, que me alargo demasiado: "Los seres humanos no son lo que son; son lo que les enseñan a ser."

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