lunes, 11 de marzo de 2013

Casino Royale (Ian Fleming)

Vuelvo a mis cosas... sigo con James Bond (y eso que vengo de leer otra de espías...)

Esta novela fue la primera que escribió Ian Fleming con James Bond. Y se nota, claro que se nota. Hay que ver cómo se va refinando el personaje conforme van avanzando las novelas... Lo curioso del caso es que Ian Fleming la empezó a escribir para distraerse de los preparativos de su boda... ¿qué estarían preparando? Pero, visto lo visto después, no le fue mal empezar a escribir esta serie de novelillas.

Es el prototipo de novela de Bond, desde luego pero, como decía antes, el muchacho se va refinando. De hecho, aquí hay un momento en que pide "una botella de Veuve Clicquot y huevos revueltos con tocino". Vamos, yo soy el maître y me niego a servírselo, desde luego. Pero, eso sí, lleva un Ronson de plata vieja, que da mucha clase. A mí, personalmente, la plata vieja no me gusta nada, pero no puedo negar que da bastante estilo. Eso sí, debía de estar rellenándolo a todas horas porque, en un momento dado, dice que se estaba fumando su septuagésimo cigarrillo del día...

Volvemos a darnos cuenta de que es la primera novela porque, aunque James Bond nunca deja de ser machista, aquí hace un comentario para matarle lentamente haciéndole sufrir mucho: "Las mujeres eran para el esparcimiento. En un trabajo se metían por medio y lo enturbiaban todo con el sexo, los sentimiento herido y todo el equipaje emocional que arrastraban de un lado a otro".

Claro que, a la chica (que, a la sazón, se llama Vesper) su jefe le dice: "Aunque resulta bastante atractivo, no se enamore, porque no creo que tenga mucho corazón". ¡Ese sí es mi chico!

Y, para mi sorpresa, y en contra de las respuestas del Trivial, el Cero Cero, que yo creía que indicaba licencia para matar, nos dicen en el libro que "...significa que has matado a alguien a sangre fría durante alguna misión". Cuanto menos, sorprendente. Esto me va a obligar a seguir leyendo la serie para ver si vuelve a hacer el comentario en alguna otra de las novelas. ¡Habrá que sacrificarse, qué le vamos a hacer!

No hago comentarios de la trama porque es como tiene que ser. Bond se hace pasar por millonario jamaicano para arruinar a un espía ruso en el casino. Lo del casino está genial. Debe de enganchar, la verdad. Yo no he estado nunca en un casino y tampoco me llama especialmente la atención. Bueno sí, estuve en el de Montecarlo pero, como tenía 16 años, no pude pasar de la entrada y solo vi las máquinas tragaperras. Ahora, por fuera es precioso y el ambientillo que se respira alrededor es chulo.

La chica, como cabe esperar, es tontorrona y, encima, es mala... ¡lo que faltaba!. Pero el libro acaba como tieme que acabar: BIEN.

Es evidente que me ha gustado. Lo he pasado bien, me he abstraído de los problemas de trabajo y de los exámenes de mis hijos (porque parece que la que se va a examinar soy yo) y he disfrutado como una enana, sin sufrir, sin agobiarme, sin llorar... solo pasándolo muy bien.

Y, para acabar, una cita de espías: "Avanza contra el enemigo y a lo mejor la bala yerra. Retrocede, rehuye, traiciona y la bala nunca fallará". Para reflexionar un poquito.

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