lunes, 14 de enero de 2013

El crimen de la Hipotenusa (Emili Teixidor)

Nuevo libro juvenil que mi hijo mayor se tiene que leer para el cole. Yo, en mi ingenuidad, pensé que, cuanto mayores fueran los chicos, los libros serían más agradables de leer para mí. No, no me he explicado bien: serían un poco más acordes a la literatura de adultos y no pensaría que el libro está escrito para chavales.

Craso error, ¡vive Dios!.

La cosa es que este libro promete durante las primeras 70 páginas (más o menos la mitad del libro) pero pierde toda la fuerza al final. Eso sí, se lee muy rápido. Yo he leído la mitad en el camino de ida a la oficina y la otra mitad en el camino de vuelta, ¡pis-pas!

La Hipotenusa es la profe de matemáticas de unos chavales que deben de estar en torno a los 15 años. Por lo visto, la profe desaparece y la policía quiere interrogar a un grupillo de alumnos "poco aventajados" que se habían reunido con ella la noche anterior para ponerse las pilas en la asignatura antes del examen del trimestre.

Hasta ahí, todo bien. Además, el narrador de la historia es uno de los chavales del grupo y la descripción de los otros coleguitas es estupenda. Todos tienen motes, y muy bien elegidos, casi tanto como el de la Hipotenusa.

Luego empiezan los interrogatorios a cada uno de los chicos. Ahí uno se empieza a mosquear porque son menores y el interrogatorio se lleva a cabo en presencia de la psicóloga del cole y de otro psicólogo que es profesor de la universidad. A mí ya me ha faltado el director del cole y los padres (a lo mejor es porque veo muchas series policíacas...).

Pero es que, después, en las últimas páginas, se monta la de San Quintín. Resulta que la profe no ha desaparecido, que el interrogatotrio no es interrogatorio, que el inspector no es inspector y que los policías no son policías. Todo se orquesta para que uno de los chavales, que a la sazón es adoptado, se dé cuenta de que no merece la pena inventarse que tiene un hermano gemelo que hace de malo siempre que a él le viene bien.

¿Qué? ¿Chunguillo? Pues, leyéndolo, peor. Vaya, que en un momento dado yo he mirado la numeración de las páginas por si faltaba alguna porque he pensado que me había saltado algo... INCREÍBLE.

Y lo peor es que en las últimas cinco páginas aún se complica más y aparece el hermano, que no es hermano pero que se conocieron en el orfanato y es como si lo fueran, y se cambiaron los nombres.... Solo ha faltado que la profe asesinada, que no había sido asesinada, se hubiera casado con el inspector, que no era inspector, sino psicólogo... ¡Qué agobio!

Yo comprendo que no soy muy partidaria de la clasificación de la literatura por edades (a excepción de los libros de los peques muy peques) y que  pasé de Los Cinco a Don Quijote con 11 años porque me enamoré del libro y quise leerlo. Pero, claro, tiene que haber novela juvenil razonable... no esto...

También es verdad que hay libros buenos y libros malos, ya sean infantiles, juveniles o medio pensionistas. Y éste, en mi modesta opinión es bueno solo hasta la mitad, es decir, es medio-bueno.

Me pongo en el papel de la Hipotenusa y... SUSPENSO. ¡A otra cosa, mariposa!

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