domingo, 3 de mayo de 2020

La reina del azúcar (Dolores García Ruiz)

Curioso libro... Lo elegí, como muchas veces, por curiosidad, porque el título me llamó la atención. Y me ha gustado bastante. Lo he pasado bien leyéndolo. Es cierto que hay muchas cosas predecibles, pero también hay otras que son muy sorprendentes.

Y he aprendido mucho de Melilla, de la guerra del Rif, de historia de principios del siglo XX en aquella zona... Es muy interesante.

La reina del azúcar es Inés Belmonte (o Agnés Beaumont, que era su nombre original). Casualmente, aparece un cuaderno de contabilidad con su historia, contada por ella misma... Y ahí dice que deja un legado a Mercedes, su sobrina.

De ahí, tirando del hilo vamos a conocer una historia increíble y muy interesante de una mujer que lucha por mantenerse y por mantener a su familia, a costa de casi todo, con grandes sacrificios y bastantes intrigas.

Y también vamos a conocer al comandante Dniel Fonseca, hijo de Mercedes, criptógrafo del Centro Nacional de Inteligencia, "el mejor especialista en las minas. Así llaman los melillenses a estas galerías excavadas a partir de cuevas naturales en el interior del promontorio sobre el que se levanta la vieja Melilla amurallada."

He de decir que me ha caído muy bien, es un muchacho encantador (o a mí me lo parece) y tiene una particularidad muy especial: "sus ojos grises no captaban los colores pero estaban dotados de una capacidad natural para distinguir decenas de tonos grises y negros incluso en la oscuridad donde se volvían transparentes como gotas de agua y agudos como los de un felino"

Y también conoceremos al juez de Melilla Jorge Prieto, hijo de Encarna Máñez, con una relación complicada con Marta, su mujer, después de haber perdido a su hijo en un accidente terrible. Encarna es la viuda de Roberto, sobrino de Inés (todo está entrelazado, claro)

No quiero contar mucho de la vida de Inés, porque es muy curiosa y hay que ir desgranándola poco a poco... Solo decir que tuvo dos hermanas y 3 maridos, pero es un poco rocambolesco cómo se desarrolla todo y cómo va haciendo mella en ella... Su padre, Humbert, es francés y su madre, Ana Muñoz, una andaluza que no dejó nunca de estar enamorada de su cortijo en Gádor.

Me ha gustado mucho cuando Inés cuenta su primera experiencia en el cortijo: "...y, especialmente, con la luz jubilosa, restallante, del limpio cielo de Andalucía en primavera, que relegó a toco color conocido en París a la categoría de turbio espejismo." Me ha hecho recordar cuando una compañera de Bruselas vino a España y fue a ver nuestra fábrica de Sanchidrián... Venía impresionada con la luz... decía que no había visto nunca una luz así... ¡y era Ávila! Si llega a pasarse por Sevilla, se queda...

Hay una reflexión de Encarna que también me ha gustado: "...la justicia divina no archiva asuntos (...) y se cobró lo que le debían. Ejecuta sentencias sin prisa, pero sin pausa" Esto es algo que deberíamos tener siempre en cuenta, aunque también hay que considerar que la justicia divina no siempre es lo que nosotros creemos, no es asimilable a la nuestra... que luego nos llevamos las sorpresas que nos llevamos.

Se pueden contar muchas más cosas, pero no quiero destripar nada y, si no lo hago, estaría todo muy deslabazado y no se entendería nada.

Así que, voy a cerrar con una frase que creo que nos viene muy bien en estos momentos... para hacernos pensar: "...una guerra se empieza a perder cuando ya se da por ganada"

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