sábado, 1 de abril de 2017

La maniobra de la tortuga (Benito Olmo)

Como casi siempre, mis razones para leer un libro son de lo más variopintas... En este caso, me gustó el título porque siempre me ha llamado la atención la maniobra de la tortuga de las legiones romanas...

Curioso porque, leyendo el prólogo, resulta que es nada más y nada menos que de César Pérez Gellida... ¡no podía ser una casualidad!

El libro me ha gustado mucho, sí, mucho.

Se trata de buscar al asesino de Clara Vidal, una chiquilla colombiana de 16 años en Cádiz. Así de simple y así de complicado, claro... Con adolescentes de por medio, con gente que cree que el dinero compra cualquier cosa y a cualquier persona, con gente que cree que cualquiera se puede tomar la justicia por su mano... Muchos ingredientes para hacer un buen guiso cuando se cocinan despacio y con cariño.

El prota, prota de la novela es el inspector Manuel Bianquetti que, con sus más de dos metros de altura no es de los que va pasando desapercibido por la vida, claro...

Mientras busca al asesino, poco a poco, vamos conociendo un poco más de su vida. Conocemos a su hija Sol y a su ex mujer, Patricia. No es hasta pasado mucho tiempo cuando nos enteramos de qué es lo qué paso para que llegara la separación, pero eso no lo voy a contar aquí, por supuesto...

Es un hombre que me ha parecido encantador (¿por qué me gustan tanto los personajes de los libros que leo...?). Y, muchas veces, tan sabio.... "...mientras se preguntaba si aquel chico había nacido ya así de tonto o se había vuelto más lerdo con el paso de los años".

Hay otro personaje interesante, Cristina, una enfermera de 37 años, con una historia de violencia de género que es la que marca la novela de principio a fin.

Quizá sea por eso por lo que se ha hecho diferente de cualquier otra novela de este tipo. El libro me habría gustado de cualquier forma, porque debo de ser adicta a la novela negra, pero este enfoque le da un valor adicional que hace que suba un escaloncito más en mi apreciación.

No me voy a alargar más porque cualquier cosa que cuente va a desvelar lo que pasa y no quiero para nada dar ninguna pista. Simplemente, hay que leerla y ya está..

Pero dejo otro pensamiento de Manuel, no de gran profundidad pero que sí me ha hecho sonreír: "No se puede fumar ne los bares y no se puede beber en la calle. Los vicios de uno en uno, por favor".

No hay comentarios:

Publicar un comentario