domingo, 2 de abril de 2017

La maldición de la reina Leonor (José María Pérez González - Peridis)

Este libro fue un capricho después de escuchar al autor. Yo sabía que Peridis ya había escrito otra novela (que aún no he leído) y hace poco le escuché en la radio (mientras hacía la cena... ¡qué poco literario!) hablando de La maldición de la reina Leonor. Y no me quedó otra solución que leer el libro... No tenía otra opción.

Y he de decir que me ha gustado mucho. Solo he tenido un problema y es que he tardado demasiado en terminarlo. He estado tres semanas con él y eso es muchísimo. No ha sido por el libro, para nada: son las circunstancias... Entre salir tarde de trabajar, ir a la oficina andando, algún día que me han recogido en coche y leer poco en fin de semana por los exámenes de mis hijos... ¡ha sido un horror!

Pero... lo he conseguido, lo he pasado muy bien y he aprendido muchas cosas. Si yo tuviera buena memoria (que no es el caso) sabría muchísimo... La de cosas que se aprenden en los libros, especialmente en novelas históricas como esta.

La acción se desarrolla a finales del siglo XII - principios del XIII. Y, la de líos que tienen los unos con los otros y los otros con los unos. Nuestro foco principal está en el rey Alfonso VIII de Castilla y la reina Leonor de Plantagenet, hija de Leonor de Aquitania y hermana de Ricardo Corazón de León (todo eso para situarnos un poco). Me ha gustado lo que dice Leonor de Aquitania sobre su hijo Ricardo: "Para tu hermano, la vida es un juego y juega a jugarse la vida"

Todo comienza porque la reina cree que no puede tener un heredero porque el rey tiene una amante, la judía Raquel. Y, nada, va a la reina y la envenena... ¡ya está! A partir de ahí... cualquier cosa

Pero en realidad la reina es una mujer muy interesante, con las ideas bastante claras. Y Alfonso VIII tampoco está mal.

Eso sí, tenían un jaleo tremendo. Por un lado, las relaciones con los otros reinos europeos, imprescindibles para mantener territorios. Por otro lado, la reconquista (la que liaron y lo que hemos tenido que estudiar todos después) que aún la tenían a medias. Y también los de casa, que por muy primos/tíos/vecinos, se tiraban los trastos a la cabeza y te vendían por un plato de lentejas, como Jacob y Esaú... ¡Vaya pandi!

Me he dejado los matrimonios concertados... ¡eso sí que es un jardín! Ahora caso a mi hija con tu hijo para que sea reina de tu reino pero tu hijo se muere y me la traigo. Si no se muere, dejo por escrito que te mato si la mata a ella para quedarse con mis tierras.... ¡Dios mío...! ¡Qué agobiante! Y las pobres criaturas, casadas para parir "como conejas" a ver si algún hijo no se moría y podían tener un heredero...

Pero, ahora llega la Iglesia que no permite matrimonios consanguíneos ("Si nos hay mas reyes locos es a causa de los bastardos") y cuando ya llevas casado no sé cuánto tiempo y has parido un equipo de baloncesto... ¡zas! te anula el matrimonio. Claro, la que se va al convento es ella porque él sigue a sus cosas y se casa con otra. Según decía el papa Celestino III, la Iglesia lo que hacía era "Esperar prudentemente, amenazar pacientemente y actuar contundentemente"

Pero el matrimonio de Leonor y Alfonso no salió del todo mal, gracias a muchas cosas, entre otras a algo que ella pensaba y que debemos poner en práctica todos: "Sabía que lo que se calla se encona como las heridas que se cierran en falso y lo que se dice se ventila y se seca como la ropa que se tiende al sol"

Hay muchas más cosas en el libro que lo hacen muy interesante. Según el propio autor: "Para mí, hacer una novela es como construir una casa para que en ella se sienta a gusto el lector, porque el que la construye se ha esmerado en organizarla adecuadamente..." Algo sabrá Peridos, que para eso es arquitecto... Y yo me he sentido así, casi dentro de los palacios o en las tiendas en la guerra, sobre todo en las Navas de Tolosa, en el año 1212 (de las pocas fechas que soy capaz de recordar...)

Voy a acabar con una reflexión de Leonor de Aquitania que me ha parecido ser un buen cierre para la reseña de un buen libro: "El odio y el rencor son un castigo para quien lo padece, en cambio el perdón y el amor sofocan la ira y ensanchan el alma. La vida está llena de traiciones y de perdones."

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