martes, 30 de septiembre de 2014

La mujer del diplomático (Isabel San Sebastián)

El primer libro que me han regalado por mi cumpleaños (que no el último). Había oído hablar de él pero no había caído aún en mis manos. y, ¡cómo me alegro de que me lo hayan regalado!

Me ha gustado muchísimo. Se lee de maravilla, toca un montón de temas interesantes de una manera tremendamente elegante y hace pasar un rato estupendo.

Narra la historia de la familia Hevia-Soto Lurmendi. El padre, Fernando, es diplomático y ha pasado por diferentes países. La madre, María, ha ido siguiéndolo donde quiera que él ha tenido que ir, trayendo al mundo y criando, mientras tanto, a cuatro hijos: Miguel, Mercedes, Igancio y Lucía.

La novela comienza en el momento que muere Fernando y Lucía, tratando de poner en orden papeles y recuerdos, encuentra un diario de su madre. Ella está pasando por un momento personal complicado: su hija se marcha a vivir a Panamá, su padre acaba de fallecer, está a punto de terminar con una relación más bien tóxica que le está haciendo daño...

El diario de María le hace abrir los ojos a lo que su madre fue de verdad, a cómo afrontar la vida y a cómo luchar por lo que se quiere.

María comienza su diario en Estocolmo, con las dos niñas pequeñas y los dos niños estudiando en un internado en Madrid. La primera entrada está fechada el 22 de octubre de 1962, cuando se empiezan a vivir la crisis de los misiles de Cuba.

Hace un recorrido por sus sentimientos en esos difíciles días, angustiada por la situación, por sus hijos, por su marido... Sufre convencida de que su marido le es infiel pero incapaz de hacer ella lo mismo porque en realidad le quiere, porque sabe que el amor lo puede todo y, sobre todo, porque, como ella dice: "No me reconocería". Esas tres palabras me han hecho pensar... Es cierto, hay muchas veces que no hacemos las cosas porque van en contra de lo que somos. Pueden ser más o menos éticas, más o menos razonables pero a mí me pasa muchas veces: si lo hiciera, no me reconocería.

Por otro lado, me ha gustado una de sus reflexiones: "Nuestra vida es como el Titanic: por muchos icebergs que haya en el mar, por más agua que entre en el barco, la banda sigue tocando". No es fácil pero es cierto, "el espectáculo debe continuar", pase lo que pase y hay que sacar las fuerzas de donde no se tienen.

Y otra de sus frases, se podría imprimir y entregar por la calle: "El dolor o el miedo no nos hacen fuertes, Paola. Lo que nos construye y da fortaleza es el amor. El dolor nos hace duros, críticos, insensibles, fríos".

Lucía intercala su vida con la lectura del diario de su madre y cuenta cosas muy chulas porque se ha movido por muchos sitios. Al parecer, París es donde más feliz ha sido. Da muchos detalles de por qué le ha gustado y le ha marcado tanto en su vida pero me ha gustado mucho cuando dice "...el Velosolex amarillo para circular por Neuilly..." No es el momento ni el lugar para que yo cuente mi historia con la Velosolex (para mí siempre ha sido femenina...). Yo, que no sé montar en bici ni conducir (pese a tener el carnet de conducir) viví con más intensidad la Velosolex que cualquiera que haya tenido una y la haya usado durante años...Es una de mis grandes historias...

También hablan en el libro del Vasa: "Al acercarnso al muelle de atraque hemos podido contemplar de cerca el Vasa, un antiguo barco de guerra que se hundió en el año 1628 en su primera travesía, nada más salir del puerto, y que los ingenieros sacaron del fondo de la bahía la primavera del año pasado, prácticamente intacto". Esto me ha hecho recordar "en mis viajes por todo el mundo", la vista al Museo Vasa en Estocolmo. El museo es precioso pero es que, además, era mi viaje de novios y ese es siempre un viaje muy especial.

Bueno, claro y hace un guiño a la mitología de Cthulhu, de Lovecraft. Yo no la conozco porque no es mi autor favorito ni mi tipo de novela preferido pero he oído hablar mucho de Cthulhu a mis hijos y nos hemos reído algún ratillo a su costa...

El libro pasa por muchos temas interesantes, como decía antes. Habla en profundidad del amor filial, de la vida familiar y del respeto y la admiración a los padres. También trata el tema de la diplomacia y los juegos de poder entre las grandes potencias. Lucía recuerda: "Las grandes naciones, le había dicho siempre su padre, conocen y cultivan su historia. Las que comenten el error de ignorarla se condenan a repetirla".

Y habla del terrorismo. María muere en un atentado en un avión cuando viajaba a Nueva York porque iba a ser abuela y quería llegar para estar con su hija Mercedes. El momento en que narran la muerte de María es espeluznante.No soy llorona, para nada pero emociona profundamente. Y Lucía nunca consigue reponerse de la situación. No solo por perder a su madre, sino por la forma en que fue, por la manera en que se enteró (por un periodista) y porque no consigue nunca comprender las razones, cosa lógica, por otra parte, ya que es incomprensible. José Alberto Santos, el periodista que le dio la noticia en su momento, se reúne con ella y le dice: "El terrorismo nunca tiene causas lógicas, se fundamente en el odio y se nutre de irracionalidad. No hay nada que entender. Lo único que podemos hacer es combatirlo, cada uno en la medida de sus posibilidades."

No me voy a extender más porque si sigo, podría escribir otro libro. De verdad, lo he disfrutado muchísimo.

Pero siempre acabo con una cita y hoy no iba a ser menos. En contra de mis principios voy a incluir una cita de una "cansautora" (que me perdonen pero no me gustan los cantautores. no lo puedo remediar). Se trata de una cita de Mercedes Sosa que puede hacernos pensar un poco: "Durar no es estar vivo, corazón, vivir es otra cosa"


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