sábado, 20 de septiembre de 2014

El cielo sobre Darjeeling (Nicole C. Vosseler)

Este libro no estaba dentro de mi planificación para el verano pero, al llegar ala playa, mi madre me estaba esperando con él. Se lo habían prestado y, sabiendo que leo rápido pensó que lo leyera yo primero y ya lo leería ella después (¡qué maja es mi mami!)

Si normalmente no sé nada de los libros que voy a leer, de este mucho menos, claro. Y me ha gustado un montón. Es un libro que se puede leer muy bien en la playa, que hace pasar muy buenos ratos y que permite que se aprendan muchas cosas. ¡Y todo por el mismo precio!

Sin saber nada de nada, es obvio que el libro tiene que ver con la India, claro, por la cosa de "Darjeeling" en el título. Y, además, tenía pinta de que el té iba a ser protagonista de la historia ¿a que sí? Pues, efectivamente, así es.

Es curioso porque el principio de la historia transcurre en Cornwall, que es un condado inglés muy literario porque aparece en muchos libros, la verdad. Entre que el rey Arturo se paseaba por allí y que en su momento hubo muchos contrabandistas.... aquello es una mina para ambientar novelas. Lo importante no es que sea allí, lo que a mí me gusta es leerlo porque conozco la zona y me encanta recordarlo.

En fin, que me estoy alargando... La historia se desarrolla en la India, en una plantación de té en la India y cuenta la vida de Helen e Ian Neville (cuyo nombre indio es Rayiv). Él es el súper prota de muchos libros, que ha tenido una infancia complicadísima, hijo de unos padres enamoradísimos que tienen que huir porque nadie admite su relación... Podemos decir que la historia no es nueva, para nada, pero sí está ambientada en un sitio estupendo y está muy bien contada, desde el principio hasta casi el final.

Y digo "casi" porque el final, como muchas otras veces, es demasiado rápido. En el libro está analizando constantemente los sentimientos de los protagonistas y parece que vamos comprendiendo por qué hacen las cosas y casi sabemos cómo van a reaccionar. Pero el final se le va un poquillo de las manos (o eso me ha parecido a mí, por supuesto).

El personaje que más me ha gustado ha sido Mohan Tajid, el secretario-amigo-confidente-tío del prota. Es la serenidad y la sensatez del libro y es el nexo de unión entre todos los demás. Me ha encantado de verdad...

Se aprende mucho de la cultura india. A mí las culturas orientales siempre me han llamado mucho la atención y hay un momento en que el rajá Dheeraj Chand (abuelo de Ian) le explica a Winston Neville (el padre) qué es el tiempo: "Tiempo.¿Qué sabe vuestro pueblo sobre el tiempo? (...) Lo medís con vuestros relojes, bonitos juguetes,... yo poseo unos cuantos (...) Vosotros calculáis por generaciones, avanzáis a toda prisa sobre las vías de vuestras máquinas de vapor, pero esa no es la esencia del tiempo. El tiempo es una rueda que gira incesante gracias a los sucesivos ciclos de creación y destrucción. Uno solo de esos ciclos es un día y una noche de Brahma, el dios de la creación, y abarca custro eras del mundo o varios millones de años humanos. El universo se origina con el nacimiento de Brahma y se destruye con su muerte, entonces el ciclo recomienza. A pequeña escala, nuestra alma inmortal, el brahman, repite este ciclo de muerte y resurrección hasta ue conseguimos alcanzar la moksha, la liberación. Eso es el tiempo capitán Neville".

No me quiero alargar mucho más, porque se podrían contar muchas cosas del libro y la reseña sería difícil de tragar, pero quiero dejar aquí la historia de Ian le cuenta a Helene sobre el origen el té. En mi casa somos buenos consumidores de té y me ha gustado mucho: "Dicen que los orígenes del té se remontan a unos 4500 años. Shen Nung, el último emperador divino a quien los seres humanos deben el invento de la agricultura y de la medicina, ordenó s sus súbditos beber agua hervida. Un día de mucho calor, se encontraba Shen Nung a la sombra de un arbusto hirviendo agua para aplacar su sed. Una brisa ligera pasó por entre las ramas del arbusto y soltó tres hojas, que fueron a caer en el agua hirviendo y le proporcionaron una delicada coloración. Shen Nung esperó un poco antes de probar aquello, lo encontró deliciosamente refrescante y estimulante y fue así, según la leyenda, como nació el té." Interesante ¿verdad?

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