sábado, 27 de septiembre de 2014

La mujer que leía demasiado (Bahiyyih Nakhjavani)

Estoy haciendo una colección de Círculo de Lectores que tiene como protagonistas a las mujeres. me pareció que podía ser interesante, por supuesto.

Y este libro, con ese título, me pareció que tenía que ser estupendo. PUES, NO. ya está. Como dijo Schuster una vez, "no hace falta decir nada más"

Pero, claro, no voy a dejar la reseña así, sin más... Mi problema con el libro es que no he sido capaz de enterarme de nada. Con esto quiero decir que es posible que el libro ea muy bueno y el problema lo haya tenido yo, es posible. También es posible que lo haya leído en un mal momento y por eso el libro y yo no hayamos podido "conectar". A mí, con los libros, me pasa un poco como con las personas: si no conectamos, estamos perdidos. La desventaja que tienen los libros es que con ellos no se puede establecer una charla social...

Para que nos hagamos una idea, voy a reproducir un trocito del prólogo: "Esta obra está dedicada a la memoria de una mujer persa del siglo XIX que a pesar de aparecer en una lápida nunca mereció el honor de un epitafio. Es un tributo a Tahirih Qurrau'l-Ayn, cuya vida adelantada a su tiempo y cuyos años finales transcurridos en una cárcel de Teherán donde 1847 hasta 1852, inspiran la narración. Recupera en sentido inverso una historia enterrada que abarca desde el asesinato del sha Nasiru'd-Din en 1896 hasta el primer atentado contra su vida en 1852."

El subrayado es mío porque creo que mi problema con el libro radica fundamentalmente en eso, en el "sentido inverso". No he sido capaz de saber dónde estaba en cada momento, ni temporal ni espacialmente....

Lo único que me ha quedado claro es que esta pobre criatura, la prota (o no, porque no termino de saber si es ella la protagonista), es condenada en todos los sentidos porque... entra sin velo en una sala donde están reunidos los hombres. ¡Qué horror!. Además, comete otro horrible pecado, porque la muchacha sabe leer. Termina en la cárcel pero de su historia nos cuentan muy poquito.

No me merece la pena extenderme más porque el libro ha pasado por mí sin pena ni gloria. Bueno, un poco de pena, sí, la verdad. He perdido un tiempo precioso para leer otra cosa. ¡Qué le vamos a hacer!

Voy a acabar con una frase de la sobrina del ulema que puede hacer reflexionar un poquito: "La muerte es la última oportunidad que brinda la vida ara remediar la falta de armonía".

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